Un grupo de padres de familia —entre ellos evangélicos que pertenecen a diversas congregaciones de San Cristóbal de las Casas—, quemaron en el interior de una escuela primaria cajas que contenían libros de texto gratuitos gritando consignas como: “son del diablo… son de ideología sólo para adultos y no para niños… queremos libros anteriores, no triple X…”. Varios niños de la primaria “Benito Juárez”, donde se hizo la quema, fueron testigos.
Se aprecia en videos que en la comunidad de San Antonio del Monte, de ese municipio considerado como “Pueblo Mágico”, los padres de familia rocían combustible a las cajas de libros, acto que fue convocado por redes sociales.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo la fogata de los impresos fue un “acto irracional” y le endosó la factura al presidente del Partido Acción Nacional, Marko Cortés, quien a principios de agosto aconsejó a los padres a destruirlos en su totalidad, o arrancarles las hojas o partes “que no coincidan con la educación de sus hijos”. Al interior del PAN existen grupos de ultraderecha que participan activamente incluso en iglesias evangélicas.
Las protestas se están intensificando entre grupos cristianos, principalmente de los que están en contra de la política de la 4T. La iglesia Nacional Presbiteriana, en su capítulo Olmeca (Tabasco), concluyó, quizá después de un análisis de los libros que “existe riesgo de dar lugar a depredadores sexuales… se promueve la inducción a los niños en la práctica de los diversos roles de género… los contenidos atentan contra nuestro sistema confesional… existe el riego de que los niños (presbiterianos) sufran acoso escolar y discriminación por no converger con los contenidos…”, y por todo ello exhortarán a las autoridades del Estado para que los impresos de la SEP sean devueltos.
En abril de 2001, el entonces secretario de Gobernación, Carlos María Abascal, se quejó ante la SEP porque una profesora de tercer grado de secundaria dejó a sus alumnas la tarea de leer la novela Aura, del escritor mexicano Carlos Fuentes, como parte de sus obligaciones para obtener una calificación, lo que provocó la reacción puritana del funcionario, pues una de esas alumnas era su hija, de nombre Luz Abascal.
Y así como este hay cientos de casos donde los padres de familia han censurado el contenido de libros de texto, noveles clásicas, cuentos, estudios científicos y hasta partes de la Biblia, que consideran “no adecuados”, pero no así los contenidos violentos, que evocan al bullying, o que tienen contenido explícito sexual que constituyen delitos en tabletas, celulares y otros dispositivos que rara vez son supervisados por un adulto. Datos de la Policía Cibernética Federal indican que los acosos sexuales y otros delitos van al alza por la poca vigilancia que existe en el entorno familiar.
Ministros de culto provida están propagando la idea de que el gobierno obradorista pretende imponer una doctrina contraria a los valores del cristianismo, aunque los mismos pastores tengan entre sus filas a depredadores sexuales que siguen actuando con impunidad e invitando a predicadores extranjeros que comparten el evangelio de la explotación a los pobres.
PALABRA DE HONOR: Y siguiendo con la piromanía: el pastor presbiteriano Gilberto Díaz Pérez, indígena tzotzil, se encuentra hasta estos momentos privado de su libertad en el ejido Berlín, Municipio de Simojovel, Chiapas, a quien pobladores del lugar han amenazado con quemarlo por ser evangélico.