"Vienen, medio cumplen y después se van”

14 de Mayo de 2024

“Vienen, medio cumplen y después se van”

La corrupción, las promesas incumplidas de los gobiernos y el diseño de proyectos desde el escritorio
de las oficinas públicas federales explica por qué la región de la Montaña es la más pobre del país

Nacieron huérfanos, porque desde agosto de 2007 que iniciaron clases y se constituyeron como los primeros docentes en la región de la Montaña de Guerrero no los integraron a algún sistema ni dirección educativa, por eso carecen de prestaciones; ni siquiera tienen seguridad social, y a pesar de contar con grados de maestría y doctorado, perciben entre 10 mil y 13 mil pesos al mes.

Se trata de 25 profesores, 10 de ellos de tiempo completo que dan clases en la Universidad Intercultural a 400 estudiantes indígenas —alrededor de 280 de ellos mujeres—, quienes tienen además un espacio para dormir y alimentos diarios allí en el municipio de Malinaltepec.

›Estas escuelas, en total 12 en todo el país, nacieron para incrustarse en zonas de alta marginación, especialmente indígena. Están enfocadas para atender a hombres y mujeres, que suelen tener menos opciones para estudiar.

En dichas aulas aprenden música y lenguas originarias, y todas las tradiciones, incluyendo la medicinal.

Aunque se crearon desde la Secretaría de Educación Pública (SEP) y se exigió a los docentes contar con maestrías y doctorados, al final no se les incluyó en ninguna estructura federal, es por eso por lo que la nómina de la Universidad de Guerrero la paga el gobierno del estado, pero la tiene en el abandono, denunciaron los docentes de la región.

“A nivel estado no hay esperanza, nada más nos dicen que sí nos van a incluir, pero que es muy difícil el sistema ISSSTE para nosotros, porque no están muy reconocidos. A nivel federal en la dirección general de la SEP, hasta donde hemos llegado, dicen que no hay recursos porque si nos integran en alguna dirección no cabemos. Al ser ‘interculturales’, nos anexaron con la Coordinadora General de Educación Intercultural y Bilingüe. Pero queremos depender de la Secretaría de Educación Pública federal, en la dirección que ellos estipulen y queremos ser transformadores en la Montaña. Aquí estamos, los municipios nos respaldan”, señaló Jaime Vivar Martínez, catedrático de la institución ubicada en Malinaltepec.

Añadió, “creemos que después de estar con la Universidad Intercultural por más de 10 años como maestros merecemos que nos atienda el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, que nos vea como maestros de tiempo completo. Nunca se nos ha hecho justicia laboral; el problema es que nacimos huérfanos porque en ninguna dirección nos puso Fox, nunca dijo van a depender de la dirección de educación bilingüe o de la dirección de educación universitaria; nunca nos dijeron que íbamos a ser instituciones solidarias, mitad gobierno federal y mitad gobierno de Guerrero, y así estamos ahorita”.

Abandono. Los habitantes de Xalpa, comunidad de Cochoapa el Grande, llevan décadas de recibir promesas incumplidas. Foto: Angélica Ortiz

De puño y letra del presidente Andrés Manuel López Obrador, presume Vivar Martínez, el pasado 10 de enero, el mandatario firmó de recibido el documento con las peticiones de los maestros guerrerenses, entre las que destacan: que se les entreguen las plazas por las que concursaron, que sean acreedores al seguridad social y demás prestaciones laborales conforme a la ley pues acusó que “no es posible que maestros con doctorado y de tiempo completo estemos ganando seis mil pesos quincenales” para cubrir una matrícula de 400 alumnos.

Este es uno de los muchos ejemplos que en la región de la Montaña sobreviven más por el esfuerzo de los pobladores que por el interés de las autoridades. Vivar Martínez, discípulo del maestro normalista Othón Salazar Ramírez, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador ha llamado como “uno de los mejores dirigentes magisteriales de México”, asegura que “los docentes han aguantado mucho porque son de la región y su misión es atender a nuestros propios hermanos jóvenes”.

Junto al problema de educación, se encuentra el fracaso en las políticas para el desarrollo. Para Vivar Martínez, quien a los 25 años de edad fue presidente municipal de Alcozauca (1996-1999) y en 2006 y 2012 el coordinador de la campaña de López Obrador en la región de la Montaña de Guerrero, sostiene que esta zona del estado ha ido perdiendo su soberanía alimentaria, y ante la ausencia de los apoyos y las políticas públicas necesarias del gobierno para impulsar el desarrollo en educación y salud, hay un rezago que cada vez se agudiza más.

“A los pueblos originarios, los pobres de la Montaña nos vendieron la idea de la Coca-cola, del Bimbo, y de otras trasnacionales. Dejamos lo que producimos, se perdió el mercado comunitario, antes luchábamos siempre por un mercado comunitario donde hubiera trueque, eso había antes y funcionaba y ni siquiera nos dábamos cuenta si existía la Coca Cola, la Pepsi Cola, la Corona, Bimbo y las chacharas de Sabritas. Se perdió esa soberanía alimentaria, ese autoconsumo”.

Hay esperanza para la montaña

Para Vivar Martínez la mejor manera de incentivar a los productores del campo es con créditos que estimulen el trabajo y el desarrollo local a base de educación y oportunidades, y no a través de “la política clientelar que llegó a educar a nuestra gente para esperar a ver a qué hora llega papá gobierno”.

Paisaje. En las comunidades de la Montaña es común que el inmueble mas vistoso sea una iglesia. (1) Fotos: Angélica Ortiz, Eduardo Castellanos y Especial.

¿Cuál es el papel del gobierno?

—“Están mal planteadas las políticas públicas para empezar. No se hace con la gente, se hace desde allá, vienen la aplican, medio la cumplen y se van. Duele decirlo, pero es corrupción, siempre. Ya no llega (el recurso) que tenía que llegar y si llega le llega al compadre. Es lo que ha habido aquí.

Y pone un ejemplo: “Cuando fui presidente municipal de Alcozauca me tocó ver cómo llegaban los apoyos de Procampo. Diez, veinte cheques a un solo campesino que no sembraba una sola milpa. Eso es corrupción; y el verdadero campesino ahí anda rifándola solo. Entonces, si a eso le agregamos que la política clien es a cambio del voto, pues no le llega al verdadero campesino. Se necesita tratar directamente con la gente, necesitamos revisar la inversión”.

Campaña. Andrés Manuel López Obrador, de gira por la región de la Montaña de Guerrero, en 1996, en compañía del profesor Othón Salazar. (2)Fotos: Angélica Ortiz, Eduardo Castellanos y Especial.

La enseñanza que por más de 30 años recibió de Othón Salazar, uno de los luchadores sociales más reconocidos del país, le dejo en claro a Vivar Martínez que con los apoyos necesarios en cuanto al acceso a la educación de calidad y de servicios de salud, con la esperanza de que se pueda invertir bien sin que haya fuga de recursos, “a lo mejor se puede transformar la Montaña para que no sea presa fácil cada tres y seis años que vengan a engañarnos. Hasta abren campañas acá con los indígenas todos los que han pasado como candidatos, incluyendo a nuestro presidente”.

—¿La violencia es factor de esa mala repartición de recursos?

Aunque en menor grado que en otras partes de Guerrero, pero hay que aceptar que sí está entrando (la violencia).

Entran a utilizar a los campesinos, desde la siembra de los enervantes. No se expresa mucho como en las ciudades, primero porque aquí todos nos conocemos y somos buenos vecinos; afortunadamente aquí el pueblo se organiza y tiene su propia coordinadora de seguridad pública.

La Policía comunitaria es la que se elige la misma comunidad por sus buenos méritos y buena conducta no es la que se levanta de la noche a la mañana porque está harta de injusticia. La comunitaria es una institución para nosotros; su presencia nos da más confianza y no tiene la misma expresión la violencia en estos municipios que en otras partes, son casos aislados.

—¿Es un pretexto para no atender a las comunidades?

Puede ser, pero no necesitamos ser violentos para invertirle, al contrario. Habría que premiar aquí donde hay gente que se organiza, que trabaja por sí sola, porque no necesitamos del Ejército que nos cuide, nos cuidamos solos, pero no hay medios; no se debe utilizar como pretexto de ‘es que aquí no hay violencia está muy calmadito, no, es donde más se debe de invertir. Para que haya paz debe haber trabajo, para que hay paz hay que matar el hambre, para que haya paz hay que hacer justicia y borrar el cáncer de la corrupción.

Fervor. Habitantes de Metlatónoc durante una festividad local. (3) Fotos: Angélica Ortiz, Eduardo Castellanos y Especial.

¿Cómo percibe al gobierno de López Obrador?

—Le tenemos esperanza al nuevo gobierno, pero que nos escuchen, que no nos manden súper delegados de escritorio. Queremos gente de campo, gente que sufra ahí con la gente; hay que gastar, pero gastar bien el recurso que mandan.

¿Está obligado el Presidente a regresar a la región?

—Claro. Amor con amor se paga. La Montaña le espera. Lo recibió de corazón Metlatónoc así es que tiene que venir y dejar su nombre escrito en una obra de talla regional: “esta lo hizo López Obrador”. Eso es lo que queremos que haga nuestro presidente actual, que deje su nombre y lo vamos a recordar por siempre en una obra de magnitud regional de salud en Metlatónoc, y lo comparta con Cochoapa y lo comparta con Tlacoachis (Tlacoachistlahuaca).

Agrega: “Ahora sí, él tiene que buscar esa transformación que tanto soñó el maestro Othón, y hasta en su triunfo lo ha mencionado, dijo: ‘mi maestro Othón Salazar’. Sí, de Othón aprendió mucho él. Por justicia social y revolucionaria, tiene que regresar”.

Corrupción ahonda penurias en triángulo de la vergüenza

La fórmula para sacar a Cochoapa, Metlatónoc y Tlacoachistlahuaca del abismo social en que se hallan pasa por aprovechar las vocaciones productivas de las comunidades: expertos

José Antonio Rivera Rosales/redaccion@ejecentral.com.mx

Ometepec, Gro. Hablar de la Montaña de Guerrero es hablar del “triángulo de la vergüenza de México”, un trío de municipios donde el problema de fondo es la corrupción, ese mal que ha convertido esta zona en un pozo sin fondo.

El término fue acuñado por el gestor social Basilio Goytia, quien se refirió así a la región geográfica ubicada en la confluencia de los municipios de Cochoapa El Grande, Metlatónoc y Tlacoachistlahuaca, una de las regiones más pobres de América Latina.

Abordar las razones de la miseria en la Montaña Alta de Guerrero es muy complejo, “son tantos y tan distintos factores que han permitido que la pobreza sobreviva por siglos en esta parte del país, que sería irresponsable dar una fórmula mágica para acabar o al menos disminuir los niveles de marginación en los que viven los pueblos indígenas de la región”, comenta Goytia en entrevista con ejecentral.

Desde su punto de vista, los pueblos originarios que sobreviven en estos cerros fueron obligados siglos atrás a refugiarse en esa cordillera, la región que conocemos como La Montaña, defendiendo su identidad, costumbres, negándose a ser conquistados o domesticados.

Y casi lo logran, salvo por “la imposición de la fe católica” a la que ahora, casi en la totalidad de los pueblos, la defienden a muerte como suya, explicó el analista.

Basilio Goytia, abogado egresado de la Universidad Autónoma de Baja California, preside la Federación de Núcleos Agrarios del Estado de Guerrero (Fenagro), organización gestora con presencia en 25 municipios de muy alta marginación de la entidad. Sostiene que para que las condiciones de vida de sus habitantes mejoren, “tendríamos que comenzar por conocer y entender cómo viven y en qué creen los pueblos originarios”, es decir, aportar nuestros conocimientos, pero sin querer cambiar su esencia., algo necesario para evolucionar de una economía de autoconsumo precario a otra que explote las vocaciones productivas de cada comunidad.

“Sin esa condición simplemente cualquier esfuerzo, por millonario que sea, será en vano. La falta de esta premisa es lo que ha permitido que durante muchísimos años se le haya utilizado sólo como una zona donde la justificación del recurso gubernamental ha encontrado un paraíso. Estos actos de corrupción sólo saltan a la vista cuando recorres esos pueblos y te puedes percatar de la postración en que se encuentran”, afirma uno de los activistas que más conoce a los pueblos indios.

Y coincide con él Cuauhtémoc Contreras, secretario de la Fenagro, quien

explicó que la Montaña históricamente ha ocupado los últimos lugares en desarrollo del estado, donde la marginación ha sido una constante, producto de la mala aplicación de los recursos públicos destinados a resarcir el grave atraso que se vive en la región, muchas veces con la complicidad de autoridades y/o liderazgos con algunos servidores públicos impiden que los recursos lleguen a su destino, ya que se desvían a otros fines o “desaparecen”.

Contreras afirmó que la corrupción se puede palpar en la Montaña, en las brechas de terracería en pésimas condiciones reportadas como pavimentadas, con centros de salud sin medicinas, sin enfermeras, sin médicos; con centros educativos sin maestros; con obras sin ejecutar o sin terminar reportadas como concluidas.

Para combatir la corrupción, una premisa fundamental radica en parte en las mismas comunidades: la organización de todos esos pueblos olvidados. Si iniciamos por generar una verdadera revolución organizativa, podrán hacer exitosos todos los trabajos y entonces, sólo entonces, podrá verse luz al final del túnel, sentenció.

Mientras sea a través de “ocurrencias gubernamentales y decisiones de escritorio” como los tres niveles de gobierno pretenden ayudar a esta zona, habrá actos de corrupción que se traducen en pueblos cada vez más miserables -si es que se puede ser más miserable”, refirió.

Contreras consideró que los graves problemas de pobreza que se viven en la parte alta de la Montaña y la Costa Chica no desaparecerán con prontitud ni con la aplicación de cientos de millones de pesos, en obras fantasma o en programas de combate a la pobreza, si antes no se crean proyectos de desarrollo comunitario tomando en cuenta realmente a las comunidades, incluyéndolas en la toma de decisiones. “Se debe entender como una deuda histórica la que existe con La Montaña”, expresó.

Sin alcalde, sin apoyos, sin porvenir

TLAPA DE COMONFORT, Gro. A donde quiera que vaya, sola o acompañada, debe hacerlo con escolta. No avisa dónde estará ni cuánto tiempo permanecerá en un lugar, debido al temor a ser víctima de un atentado. No quiere desaparecer, como hace seis meses ocurrió con su marido, Daniel Esteban González, alcalde electo de Cochoapa el Grande, en la montaña de Guerrero, donde el miedo es más fuerte que el gobierno.

Así son los días de Edith López Rivera, alcaldesa interina de Cochoapa, quien asegura que a causa del conflicto por las pasadas elecciones en las que resultó ganador su esposo, el municipio está “paralizado” y olvidado por las autoridades estatales y federales. Los primeros, por no resolver la ingobernabilidad y la toma del ayuntamiento; los segundos, por no considerarlos en el censo para los apoyos sociales.

“Nos está obstaculizando, porque no sólo me afectan a mí, nos retrasan en todos los programas del gobierno federal. Por estar peleando la gente que está censando no quiere ir a Cochoapa, no quieren ir, tienen miedo; encerraron a su mismo compañero priista, estuvo una noche encerrado, él dijo que eran sus amigos que no la hacían nada y lo encerrando una noche”.

Agrega que los problemas en el municipio, considerado de los más pobres del país, se agudizaron desde la elección, pues “no dejaron votar los compañeros priistas”.

En Tlapa, donde está el distrito, “mi esposo se vio favorecido, pero en el tribunal electoral del estado le dieron el triunfo en favor a la candidata del PRI, Hermelinda Rivera Francisco; él (Daniel Esteban) fue al Trife a la sala regional y ahí le devolvieron el triunfo, ellos se inconformaron en la sala superior y ahí es la última instancia, ahí le dieron el triunfo definitivo a él”.

No obstante, al fallo del tribunal, la candidata priista tomó protesta el 30 de octubre, un mes después de la toma de protesta legal que debió haber ungido a su esposo, el candidato perredista desaparecido desde el 2 de septiembre de 2018.

“Ellos tomaron el ayuntamiento y no me dejan tomar protesta, que, porque no estuve en la campaña y otra que, porque soy mujer, dicen que va a estar tomado los tres años”, contó López Rivera, originaria de la comunidad indígena de Cahuañaña, en Cochoapa.

Para la alcaldesa, el municipio “está paralizado”, ya que las gestiones en temas de salud, educación e infraestructura no están avanzando con el ayuntamiento bloqueado, y aunque se tuvo una asamblea comunitaria con los enviados del gobierno federal para los apoyos de Bienestar en la producción de maíz y frijol, ellos no querían ir a Cochoapa por el conflicto.

“Nos estaban dejando hasta el final, no dijeron que lo veían al final porque estaban pelando y no había condiciones”, dijo.

La médico general de profesión relató a ejecentral que su nombramiento no ha sido reconocido oficialmente, pues ni siquiera le han permitido tomar protesta debido a los grupos de oposición, que mantienen bloqueado el ingreso al palacio del ayuntamiento.

Comentó que en el proceso para que le fuera ratificado el triunfo definitivo por parte de la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, su esposo desapareció.

Seis meses han pasado desde la última vez que vio a su marido Esteban González, quien en 2012 ya había sido electo como alcalde de Cochoapa el Grande, aquel fue el segundo periodo de gobierno en su incipiente historia como municipio independiente de Metlatónoc.

Edith suelta en llanto al asegurar que no hay ningún avance en las investigaciones para dar con el paradero del político perredista. “Mi hija pregunta por él, me dice que por qué su papá ya no quiere regresar a la casa, pero no me dicen nada, no hay avances”.

Bajo estas circunstancias es que la joven madre de una pequeña de tres años y un niño de un año pidió la intervención de las autoridades para aminorar el conflicto y permitir el censo de los programas y apoyos del gobierno para las regiones más necesitadas.

“La montaña alta que es Cochoapa el Grande y Metlatónoc, necesita que nos ayuden con los programas, que intervenga (el gobierno) para solucionar el problema, porque no es conveniente que nosotros estemos peleando porque somos hermanos indígenas, todos necesitamos de su apoyo. Solicito (al presidente López Obrador) su intervención para que nos ayude a solucionar los problemas en el municipio de Cochoapa”.

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