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Los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) arrestaron la semana pasada a por lo menos 680 inmigrantes en situación irregular en las redadas simultáneas en distintas ciudades, confirmó este lunes el secretario de Seguridad Interna, John Kelly.
En un comunicado, subrayó que “aproximadamente el 75 por ciento” de los 680 eran “inmigrantes criminales” condenados por delitos como homicidio, abuso sexual, tráfico de drogas, conducir automóviles bajo embriaguez y posesión ilegal de armas.
“Estas operaciones se dirigieron a (detener a individuos que representaran) amenazas a la seguridad pública, como inmigrantes criminales con sentencias en su contra y miembros de bandas criminales”, precisó Kelly.
Kelly insistió en que el ICE lleva “muchos años” desplegando “de forma regular” ese tipo de redadas. Y precisó que la instrucción del presidente Trump ha sido “centrarse en deportar a inmigrantes indocumentados que han violado las leyes de inmigración, con un enfoque específico en los que representen amenazas a la seguridad pública”.
Los arrestos se dieron tras operativos en California, Georgia, Illinois, Nueva York, Texas, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Missouri, Kansas, Indiana, Wisconsin y Kentucky.
El mayor número de deportaciones ocurrieron en Illinois, Indiana, Wisconsin, Kentucky, Kansas y Missouri, con 235; California, con 161; Georgia, 87; Nueva York, 41; Texas, 28 y Carolina del Sur, 19, son los más afectados.
El domingo el propio presidente Trump expresó su satisfacción ante las redadas a través de sus ya tradicionales tuits.
“La avanzada contra el crimen es apenas el cumplimiento de mi promesa de campaña. ¡Miembros de pandillas, vendedores de drogas y otros están siendo removidos!”, publicó a través de la red social. EC