Sadot Sánchez, Enrique Burgos, Enrique de la Madrid o José Narro Robles

13 de Mayo de 2024

Jose Luis Camacho
Jose Luis Camacho

Sadot Sánchez, Enrique Burgos, Enrique de la Madrid o José Narro Robles

jose luis camacho

El camino de México por la democracia es considerado por algunos sólo en términos electorales y estadísticos, olvidando que ese trayecto ha implicado la superación de retos en el orden interno, así como la formación de una ciudadanía interesada por los asuntos públicos y por participar en su tratamiento. Es decir, ha implicado el desarrollo político de la Nación, término que si bien encuentra su origen en el contexto de la Guerra Fría, ha sido el paradigma bajo el cual nuestro país ha orientado la modernización de su estructura política, económica y social, para enfrentar hoy día nuevos retos para hacer de la mexicana una democracia más eficaz. La participación de 56 millones 611 mil 27 ciudadanos el pasado 1 de julio no es resultado de la casualidad, sino de un proceso democrático que ha ensanchado sus avenidas y logrado captar, por diversas razones, la atención de la población. Ese día, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recibió el más claro de los mensajes que una nación puede enviar a sus representantes: No estoy satisfecho con lo que has hecho y opto por alguien más. Muchas son las razones e interpretaciones a ese mensaje, pero lo cierto es que el PRI demostró incapacidad e insensibilidad al atender a una población cada vez más demandante e inconforme con sus condiciones de vida. Ante ello, ese mismo día el líder nacional del tricolor, René Juárez Cisneros, convocó a la militancia a realizar una reflexión abierta y profunda sobre lo sucedido, ejercicio que colmará parte de la atención de este partido comandado hoy por Claudia Ruiz Massieu y que, coincidiendo en lo expresado por Manlio Fabio Beltrones, deberá traducirse en nuevos cambios a los Estatutos del PRI. No se trata de señalar que la culpa está en los Documentos Básicos, al contrario, la raíz del mal estuvo en el apartamiento del programa de acción respecto a los principios, ideales y valores que a lo largo de 89 años han permitido la cohesión, convencimiento e identidad priistas. La militancia partidista debe seguir siendo la piedra angular del PRI. Por ello, nunca más un líder partidistas que no sea priista ni conozca a los priistas. Estoy convencido que éste no es el fin del PRI, sino una dura lección que debe guiar su actuar y responsabilidad en todo momento. Pero no cualquiera puede encabezar al PRI en la ardua y difícil tarea que tiene frente a sí en los siguientes años. Se requiere, antes que todo, a un priista de militancia comprobada; que se haya sometido al rasero de las urnas electorales y defendido en todo momento los ideales del PRI; que posea una trayectoria profesional y partidista propias; que sea capaz de entreverar a distintas generaciones de militantes y hablar con cada uno de sus integrantes; que no le tenga miedo a ensuciarse los zapatos ni a sudar la gorra y la camiseta del PRI; que tenga la capacidad de escuchar y reconocer insuficiencias, así como de marcar objetivos y derroteros; que con astucia y honestidad denuncie insuficiencias pero también soluciones. En pocas palabras: un estadista priista. Por fortuna, el PRI ha tenido la sabiduría y vocación de formar cuadros y en 2018 hay quienes tienen la capacidad de dirigir los esfuerzos de la militancia para renovar al PRI, al tiempo de regresarlo a su esencia y ser capaces de construir la plataforma que responda a la sociedad y sea capaz de sacarlo adelante en su tercera transformación más importante. Por supuesto que no me refiero a simples cambios de siglas o colores, sino de esencia y actuación. Me refiero a cuadros como el priista Sadot Sánchez Carreño, político de gran experiencia, capacidad, talento, arraigo y honradez, que a base de esfuerzo y tenacidad ha construido una trayectoria prestigiosa y honorable. Es conocido y reconocido entre los priistas. El senador queretano Enrique Burgos García es un político de gran trayectoria, reconocimiento y visión. Exgobernador del Estado de Querétaro, exdiputado y senador de la República en dos ocasiones, Burgos García es un personaje público de gran trayectoria partidista. Asimismo, el actual secretario del Turismo, Enrique de la Madrid, es un priista de viejo cuño, que ha sido diputado federal y candidato priista a diversos cargos de elección popular. Hombre preparado y poseedor de una visión comprometida con el país, De la Madrid Cordero es uno de los cuadros más importantes del PRI. El doctor José Narro Robles es un servidor público reconocido en el país y al exterior, poseedor de una amplia experiencia no sólo en responsabilidades públicas, sino también al interior del PRI. Tras haber sido rector de la UNAM y secretario de Salud, se trata de un político preparado y capaz. Se trata de cuadros destacados del Partido Revolucionario Institucional que cuentan con el reconocimiento partidista y cartas credenciales profesionales para tomar el timón de este partido de manos de la senadora electa Claudia Ruiz Massieu y conducirlo en la difícil tarea de la transformación y reconformación. Al tiempo.

@jlcamachov

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