"Carmen, se te perdió la cadenita. El arte de perder-perder"

13 de Mayo de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

“Carmen, se te perdió la cadenita. El arte de perder-perder”

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Había una vez una galaxia y dentro de ella un planeta llamado Ertam, que tenía una civilización incipiente. Dentro de tal planeta, había un país llamado República de la Musa Acuminata, y dentro de tal país, había una estación de radio llamada Peréz Radio, que era a decir verdad, bastante mediana. Dentro de muchos errores y aciertos, los dueños de Peréz Radio contrataron a una locutora llamada Cadenita Flores, quien pronto se convirtió en un gran activo, pues se tornó en estandarte de las causas perdidas: lo mismo hablaba de conspiraciones falsas, que desentrañaba y desenmarañaba investigaciones reales que demostraron grandes conflictos de interés y corrupciones. Y llegó el momento de renegociar el contrato de Cadenita y Cadenita se extravió. Porque su gente cercana cometió un error terrible, usaron la marca de Peréz Radio para sumarse a una iniciativa de denuncias anónimas: “Peréz Radio se suma a la iniciativa de MusaLeaks”. Y el dueño de Peréz Radio le llamó por teléfono: “Cadenita, por favor no uses el nombre de Peréz Radio para tus fines personales. La plataforma nada tiene de malo —ni de nuevo—, pues casi todas nuestras investigaciones vienen de denuncias anónimas, pero la línea empresarial es clara: nadie debe usar la marca Peréz Radio sin el permiso de sus accionistas. Imagina que un repartidor de las pizzas de Pokar dijera que la pizzas de Pokar participan en un evento del Ku Kux Klan con el que él simpatiza...” —Pero es un asunto serio que nada tiene que ver con el KKK, y es que mi espacio siempre se ha llamado Peréz Radio con Cadenita Flores —replicó. —Entiendo, pero Cadenita Flores es tu nombre, Peréz Radio, el nuestro. ¡No lo uses! —Pues mientras éste espacio exista, lo seguiré usando como se ha hecho hasta ahora. El dueño de Peréz Radio incrementó el problema al día siguiente al sacar un desplegado aclaratorio: “El uso de nuestra marca Peréz Radio, sin autorización expresa de sus propietarios, constituye un lamentable abuso de confianza”. Y decidió tomar medidas: despedir a los dos reporteros que habían hecho uso indebido de su propiedad intelectual y que se negaron a rectificar. Y Cadenita Flores tenía dos opciones:

1.- Salir al aire y reconocer el error: Estimados radioescuchas, cometimos una equivocación sin mala fe de por medio: en este espacio siempre hemos utilizado el nombre de “Peréz Radio con Cadenita Flores”, y como tal, nos inscribimos en la plataforma de MusaLeaks. Sin embargo, al hacerlo utilizamos erróneamente el nombre registrado y propiedad de Peréz Radio pero corregiremos de inmediato y haremos la aclaración pertinente: quien se suma a la plataforma de MusaLeaks es Cadenita Flores y su grupo de investigación. Creemos que es una necesidad imprescindible que en nuestros días, la gente pueda hacer denuncias anónimas para que investiguemos todos los que nos dedicamos al periodismo profesional. Y lo que resulte de tales investigaciones, se las ofreceremos como hasta ahora, a través de este espacio en Peréz Radio. Ofrecemos una disculpa por las confusiones que se hayan creado por este error. Y ahora sí, continuamos con la agenda del día: “el presidente no ha podido demostrar que no existe conflicto de intereses por su casa rosada...” Cadenita Flores, habría con eso puesto fin al episodio lamentable y habría podido incluso renegociar —en privado— la recontratación de su personal, o podría haber hecho uso de un recurso legal contractual que la dota de independencia editorial o incluso, habría podido recontratarlos por fuera.

2.- Salir al aire y negar toda responsabilidad, acusando de censura a sus jefes hasta acorralarlos: nos extraña que Peréz Radio esté creando una campaña desmedida, inédita, desproporcionada, recurriendo a la estridencia mediática y a crear un clima de ruptura con nosotros al grado de despedir a dos empleados que debieron ser premiados. Y como esto es un pleito, actuaré con la misma estridencia: aunque no tengo autoridad ninguna, los reinstalé en sus puestos de trabajo y le aviso a la dirección que la reinstalación es una condición irrenunciable para seguir adelante, porque ya no es tiempo de sometimientos, ni ante los dueños de ninguna empresa ni ante ninguna autoridad: ¡que se sepa que los empleados mandamos y tenemos derecho a no aceptar un vendaval autoritario de regresiones!.

Desgraciadamente, en este planeta y en este país de la Musa Acuminata, Cadenita Flores se ensimismó y con soberbia tomó la segunda decisión, haciendo que todos perdiéramos: primero el dueño perdió a uno de sus grandes activos pero no podía permitir que nadie pasara por encima de su autoridad y lo retara abierta y públicamente. Segundo, perdió el gobierno porque ahora se cree que ellos son tan absolutamente idiotas (más que antes) que están detrás de todo el asunto. Tercero, perdió el país porque aparte del escándalo internacional, Cadenita era una voz del disenso muy necesaria para permitir que cada quien se formara un criterio propio. Y cuarto, perdió la verdad porque no salió a relucir ni en los discursos.

Sólo resta preguntar: ¿Cuándo todos parecen perder?, ¿quién es quien realmente gana?. Porque si a alguien le conviene encontrar la cadenita y terminar el escándalo a toda costa, es al gobierno.

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