1.- Salir al aire y reconocer el error: Estimados radioescuchas, cometimos una equivocación sin mala fe de por medio: en este espacio siempre hemos utilizado el nombre de “Peréz Radio con Cadenita Flores”, y como tal, nos inscribimos en la plataforma de MusaLeaks. Sin embargo, al hacerlo utilizamos erróneamente el nombre registrado y propiedad de Peréz Radio pero corregiremos de inmediato y haremos la aclaración pertinente: quien se suma a la plataforma de MusaLeaks es Cadenita Flores y su grupo de investigación. Creemos que es una necesidad imprescindible que en nuestros días, la gente pueda hacer denuncias anónimas para que investiguemos todos los que nos dedicamos al periodismo profesional. Y lo que resulte de tales investigaciones, se las ofreceremos como hasta ahora, a través de este espacio en Peréz Radio. Ofrecemos una disculpa por las confusiones que se hayan creado por este error. Y ahora sí, continuamos con la agenda del día: “el presidente no ha podido demostrar que no existe conflicto de intereses por su casa rosada...” Cadenita Flores, habría con eso puesto fin al episodio lamentable y habría podido incluso renegociar —en privado— la recontratación de su personal, o podría haber hecho uso de un recurso legal contractual que la dota de independencia editorial o incluso, habría podido recontratarlos por fuera.
2.- Salir al aire y negar toda responsabilidad, acusando de censura a sus jefes hasta acorralarlos: nos extraña que Peréz Radio esté creando una campaña desmedida, inédita, desproporcionada, recurriendo a la estridencia mediática y a crear un clima de ruptura con nosotros al grado de despedir a dos empleados que debieron ser premiados. Y como esto es un pleito, actuaré con la misma estridencia: aunque no tengo autoridad ninguna, los reinstalé en sus puestos de trabajo y le aviso a la dirección que la reinstalación es una condición irrenunciable para seguir adelante, porque ya no es tiempo de sometimientos, ni ante los dueños de ninguna empresa ni ante ninguna autoridad: ¡que se sepa que los empleados mandamos y tenemos derecho a no aceptar un vendaval autoritario de regresiones!.
Desgraciadamente, en este planeta y en este país de la Musa Acuminata, Cadenita Flores se ensimismó y con soberbia tomó la segunda decisión, haciendo que todos perdiéramos: primero el dueño perdió a uno de sus grandes activos pero no podía permitir que nadie pasara por encima de su autoridad y lo retara abierta y públicamente. Segundo, perdió el gobierno porque ahora se cree que ellos son tan absolutamente idiotas (más que antes) que están detrás de todo el asunto. Tercero, perdió el país porque aparte del escándalo internacional, Cadenita era una voz del disenso muy necesaria para permitir que cada quien se formara un criterio propio. Y cuarto, perdió la verdad porque no salió a relucir ni en los discursos.
Sólo resta preguntar: ¿Cuándo todos parecen perder?, ¿quién es quien realmente gana?. Porque si a alguien le conviene encontrar la cadenita y terminar el escándalo a toda costa, es al gobierno.