Los viajes: del lujo a la experiencia

26 de Abril de 2024

Eduardo Penafiel

Los viajes: del lujo a la experiencia

EDUARDO

Debido a la exigencia de turistas y viajeros en busca de algo diferente, hoteles alrededor del mundo están cambiando los detalles de lujo como los candelabros, mármol y alfombras finas por un tipo de hospitalidad y servicio que le de a los huéspedes una experiencia única, algo que solamente podrían vivir al hospedarse ahí.

No fue hace mucho cuando pagar un precio alto o un premium al viajar tenía que ver en gran parte con el tamaño del cuarto y los aspectos de lujo dentro de un hotel. Hoy, son mucho más importantes detalles como las actividades dentro de sus instalaciones, la calidad de la comida, el servicio, un precio más justo por lo que se consume ahí y sobretodo lo que puede suceder alrededor o fuera de la propiedad.

Desde hace unos años, grandes empresas relacionadas con el turismo están cambiando para captar a un nuevo tipo de usuario capaz de visitar uno o varios destinos por el simple hecho de probar un platillo tradicional de la zona, escalar una montaña, conocer el estudio de un artista, tomar un taller de artesanía y hasta para disfrutar una taza del café local.

Un gran ejemplo es Airbnb que, siendo uno de los líderes en la categoría de alojamiento a nivel mundial, amplió su oferta de servicios para atender estas necesidades lanzando un programa de experiencias que le permite a los usuarios acceder a tours, comer en restaurantes difíciles de entrar como turista y hasta conocer a los locales a través de talleres o aventuras en el lugar. Su campaña utiliza el slogan “No vayas allí, vive allí”, comunicando que al utilizar sus servicios, el lugar físico donde te hospedas es sólo una pequeña parte de una experiencia mucho más grande.

Algo que ha empujado esta tendencia es el poder del acceso a la información de manera inmediata, logrando que cualquier persona con la necesidad de escaparse busque alternativas que cumplan con sus expectativas, exigencias y deseos personales. Una persona con esta necesidad antes buscaba “lo mejor” mientras que hoy busca “lo que más le conviene”, algo que ha empujado a aerolíneas, cruceros, hoteles y hasta ciudades enteras a tener una presencia obligada y más accesible en el ecosistema digital.

Cada vez queda más claro que la economía del turismo, así como los factores que la rigen cambian de manera drástica y que pronto será dominada por generaciones (especialmente las generaciones Y y Z) que no ahorran para su retiro o para un gran viaje, sino que prefieren invertir en el momento. Y aunque esto muchas veces los impulsa a gastar más dinero, generalmente no lo hacen en una sola acción o en un solo destino, prefiriendo las experiencias sobre las cosas y el acceso sobre la propiedad.

Pero no son solamente son las generaciones jóvenes las que se han dado cuenta que una experiencia los hace sentir mucho más especiales que un cuarto o un hotel con buen diseño, hoy todas las generaciones se ven influenciadas por una nueva guía de turismo que generalmente está compuesta por una foto en Instagram, un video en Facebook y un par de recomendaciones vía WhatsApp. Estos factores llegan a tener tal peso que pueden modificar el objetivo de un viaje, el destino, la temporalidad y la espontaneidad para salir de la rutina, a cualquier edad y en cualquier situación.

Vivimos en un mundo con más de 7.5 billones de personas, en donde cada vez cuesta más trabajo conocer lugares interesantes, culturales y naturales sin estar rodeado de turistas. Esto ha intensificado la búsqueda por una experiencia autentica, digna de compartir y sin tener que pagar una cantidad grande de dinero, modificando los hábitos del nuevo viajero y desequilibrado a la industria del turismo en todo el mundo.

Con esto, compañías, marcas y gobiernos tienen que asimilar que el lujo que antes les dejaba una derrama económica importante ha cambiado de manera drástica. Que ha evolucionado de algo caro y pretencioso a algo que se siente más real y más especia. Pero sobretodo, que se puede compartir.