Indignación e impunidad

13 de Mayo de 2024

Diana Loyola

Indignación e impunidad

DIANA LOYOLA

Un periodista más es asesinado en México por hacer su trabajo, por investigar, por compartir la información, por ser valiente, ético y apasionado de su oficio. Javier Valdez fue muerto a balazos frente a las oficinas del semanario que fundó en el estado de Sinaloa. Son seis los periodistas asesinados en los primeros cinco meses de este 2017, no hay un solo detenido.

El dos de marzo Cecilio Pineda, director del diario La Voz de la Tierra Caliente y colaborador de El Universal, fue asesinado en Guerrero. Él cubría la fuente policiaca y fue amenazado de muerte varias veces por grupos de delincuencia organizada de ese estado, antes de su deceso.

El 19 de marzo Ricardo Monlui, director del impreso El Político y dueño del portal digital elpolitico.com.mx, fue asesinado en Veracruz. Su columna “Crisol” la publicaba en El Sol de Córdoba y trataba temas cañeros y temas políticos.

El 23 de marzo Miroslava Breach, corresponsal del diario La Jornada en Chihuahua y colaboradora del Norte Digital Ciudad Juárez, fue asesinada al salir de su casa en el estado de Chihuahua. Entre otros temas, la periodista investigó cómo el narco desterró de la sierra a cientos de familias tarahumaras para sembrar amapola.

El 14 de abril Maximino Rodríguez, reportero de la sección policial del Colectivo Pericú -un blog de denuncia ciudadana y noticias sobre corrupción, abusos y casos de discriminación-, fue muerto en Baja California Sur a punta de balazos en plena luz del día.

El 29 de abril Filiberto Alvarez, locutor y periodista, fue asesinado a balazos mientras se dirigía a su casa en el estado de Morelos.

El 15 de mayo Javier Valdez, escritor, periodista y fundador del semanario Ríodoce, escribió e investigó temas de seguridad y narcotráfico. Fue acribillado en la calle en pleno día, en el estado de Sinaloa.

Estas muertes significan familias rotas, demolidas, pérdidas irreparables, dolor y vergüenza profundos, son golpes en el corazón de muchos. El periodismo en México es un gremio mermado por informar, hombres y mujeres asesinados por no guardar silencio, por señalar abusos, narcotráfico, delincuencia organizada, una clase política corrupta y coludida con el bajo mundo… los matan por hacer su trabajo, por investigar, por poner su grano de arena denunciando y defendiendo. Ser periodista en México hoy es un riesgo mortal, y Javier Valdez lo asumía. Escribió en su cuenta de twitter cuando murió Miroslava Breach: “A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos, si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio”. Y no se calló, lo callaron, tan cobardemente como se espera de esa gente desalmada.

El presidente condena el homicidio del periodista. Vaya, por fin se pronuncia. La población pide “No más mensajes de condena, resultados”. Ni la burocracia ni la lamentocracia sirven para resolver el problema. No hay justicia, no hay detenidos, no hay investigaciones eficientes ni consecuencias para los delincuentes. Este país sangra y todos pasmados. Daniel Moreno Chávez, director de Animal Político escribió: “En México se mata a periodistas porque se puede, porque no pasa nada”. Y no pasa nada.

Como sociedad yo me uno a la voz de Mar, abogada y defensora de derechos humanos: “Somos la razón de ser del periodismo crítico. No podemos dejarlos solos. No podemos leer sus notas y luego sus obituarios sin hacer nada”. Exigir justicia, no olvidar, leer, apoyar al periodismo independiente, informarnos, no votar por quienes fomentan la impunidad, exigir resultados y cuentas a nuestro diputado y senador… se puede hacer mucho. Es hora de hacerlo.

Mi solidaridad y mi corazón con los familiares de las víctimas, con sus compañeros, con sus amigos.

@didiloyola

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