Llegó el 2 de febrero y todos aquellos que sacaron muñequito en la rosca de Reyes deben comprar los tamales. Pero, ¿qué tanto sabemos de esta fecha? En México es común celebrar el Día de la Candelaria en oficinas, escuelas, con amigos y familiares y, como muchas otras fiestas, la festejamos comiendo, compartiendo y departiendo.
El día de la Candelaria es una fiesta religiosa que conmemora la presentación del Niño Jesús en el templo de Jerusalén, así como la purificación de la Virgen María después de haber completado la cuarentena (a partir del día en que dio a luz), para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8). Sin embargo, la fiesta en nuestro país es una fusión de las celebraciones cristianas con las creencias y festividades indígenas precolombinas, que en esa fecha festejaban el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca en honor a Tláloc, Chalchiuhtlicue y Quetzalcóatl, de acuerdo a las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún. En muchos pueblos se llevan (aún en nuestros días) mazorcas a bendecir a la iglesia justo en esta festividad, para sembrar sus granos en el próximo ciclo de plantación, a fin de tener una buena cosecha.
En la época prehispánica los tamales se preparaban como ofrendas a los dioses pues se elaboraban (tal como ahora) a partir del maíz, gramínea de la cual estos últimos “crearon” a los hombres, así que esta tradición sobrevivió a la Conquista y el sincretismo religioso dio como resultado que festejemos esta fiesta católica con comida prehispánica.
En todo el país se preparan tamales (de hecho en toda América Latina, aunque se les conozca con diferentes nombres). En México la palabra tamal proviene del náhuatl “tamalli” que significa “envuelto”, pues la masa y su relleno son envueltos en hoja de maíz, de plátano, carrizo o chilaca antes de cocerlos. Cada región tiene una o varias especialidades, ya sea en la combinación de sabores en el relleno o bien en el tipo de hoja en la que se envuelven. Acostumbramos acompañarlos de atole o chocolate “para que resbalen”.
En esta fecha se bendicen también las velas, veladoras o candelas con las que los creyentes alejan el mal, las enfermedades y piden favores y milagros, y es la fiesta con la que la mayoría de las comunidades indígenas inician su ciclo de purificación y penitencia, para después celebrar el Carnaval, la Cuaresma y finalmente la Semana Santa. Contrariamente al calendario católico que inicia este mismo ciclo (de purificación y penitencia) con el Carnaval.
En España, el dos de febrero se dedica a la fiesta en honor de la Virgen de la Candelaria, que se apareció en Tenerife (Islas Canarias, al suroeste del país) a principios del siglo XV, esta celebración varía de acuerdo a la región y en algunos pueblos la fiesta dura varios días. A la Virgen de la Candelaria también se le celebra en Perú, Chile, Cuba y El Salvador, donde se reúnen miles de personas a bailar y festejar hasta por dos semanas esta fecha religiosa.
En México se comen tamales todo el año, y algunos autores sostienen que hay entre 200 y 500 variedades a lo largo y ancho del país. Sin embargo, y a diferencia de otras fiestas, el convite es siempre basado en tamales. El Día de la Candelaria es por excelencia el día de la tamaliza. ¿Me guardarían uno de verde? @didiloyola