México a traviesa por momentos decisivos en materia de derechos humanos y su observancia. Abierto al escrutinio público e internacional, nuestro país ha demostrado su disposición para seguir avanzando en la materia y vencer los obstáculos que siguen haciendo posible la vulneración de los derechos más elementales de la población.
En esa encomienda todos tenemos mucho que hacer, para empezar la denuncia, pues ésta es la primera herramienta que nos permitirá cambiar las anomalías por actos de justicia y con ello, se consolide el estado de derecho y la confianza ciudadana hacia las instituciones públicas.
Por ello, es de reconocerse que sea el propio gobierno mexicano el que esté impulsando esta reflexión interna y el que esté alentando a diversos actores internacionales para que vengan a territorio nacional y compartan su visión de lo que acontece en el país.
En este contexto de apertura, transparencia y responsabilidad, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos Zepeda, ha hecho declaraciones cuyo contenido revela su visión sobre algunos de los acontecimientos que lamentablemente han marcado a nuestro país en los recientes tiempos y el papel que las Fuerzas Armadas mexicanas han tenido en ellos.
Al respecto, vale la pena destacar que uno de los distintivos del actual General Secretario es que cotidianamente concede entrevistas y declaraciones públicas, lo cual demuestra su estilo personal de trabajo y su interés por comunicar eficazmente su labor a la población.
Poniendo los hechos en su justa dimensión y teniendo como marco el constitucional y legal que norman el accionar de los militares mexicanos, el Gral. Salvador Cienfuegos ha dejado en claro que el 27o. Batallón de Infantería apostado en Iguala, Guerrero, nada tuvo que ver con los hechos fatídicos de aquel 26 de septiembre de 2014, en los que 43 jóvenes perdieron la vida en manos de delincuentes con la ayuda de policías municipales.
Ésa es la verdad de los hechos que algunos se niegan a aceptar e insisten en querer inculpar a los militares como si ellos hubieran sido responsables de lo sucedido.
Tal insistencia puede deducirse por dos variables: ignorancia o malicia. En cuanto a la primera, debo reconocer que incluso el llamado círculo rojo, aquél conformado por académicos y periodistas que hacen sus comentarios a través de los diversos medios de comunicación, demuestra su desconocimiento de la ley y habla del Ejército como si se tratara de civiles que pueden hacer lo que les venga en gana cuando quieran.
La realidad castrense no es así, sino que se trata de un grupo militar adiestrado que actúa permanente e invariablemente con base en órdenes, procedimientos y misiones, sin dejar lugar para la improvisación. En ese sentido, el Ejército mexicano, en particular el 27o. Batallón, no posee facultades para sustituir a la policía municipal de Iguala y mucho menos a la estatal de Guerrero, sino que su participación en la lucha contra la delincuencia siempre se da en auxilio y petición de la autoridad civil responsable.
Tal petición no existió en el caso de Iguala. Los militares no fueron solicitados por las autoridades civiles y por lo tanto, no podían actuar por sí mismos. Incluso en el Senado, en el que cada uno de sus integrantes debiera conocer plenamente la ley, hay senadoras que buscan desconocer la realidad jurídica y siguen repitiendo días tras día un conjunto de mentiras que con ese ejercicio busca volverlo realidad. Pero no es así.
Si existe una institución pública que ha demostrado capacidad de transformación, modernización, responsabilidad y transparencia, ésa son las Fuerzas Armadas, las cuales, a pesar de ser diezmada en su disciplina militar con reformas legales poco afortunadas, han demostrado su compromiso con México y su población.
El general Salvador Cienfuegos ha dejado en claro que, a pesar de no tener ninguna relación con los hechos de Iguala, más de 100 militares han acudido al llamado del Ministerio Público de la PGR y ofrecido su declaración. De ahí que sea mentira que el Ejército no esté abonando para el esclarecimiento de los hechos, sino todo lo contrario.
Aspecto distinto es acudir al llamado del grupo de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, puesto que carece de facultades para ello y mal haría nuestro gobierno al permitir que militares mexicanos sean llamados a cuentas por autoridades que no sean las nacionales. Se trata de un principio de soberanía que en todos los países democráticos y modernos se observa y se respeta. No encuentro la razón de que México sea distinto.
El General Secretario señalaba que cada día los militares realizan mil quinientas acciones en todo el país, y de ellas no hay quejas permanentes, sino al contrario, el trabajo cuidadoso y cauteloso que realizan el Ejército, Fuerza Aérea y Marina Naval permite que la población los reconozca como la institución más apreciada y respetada, lo cual no es un hecho menor.
De ahí que la primera institución que cumple con las leyes, que se encuentra en permanente escrutinio y que hace su trabajo sin vacilar, esté poniendo el ejemplo y se consolide como garante de la soberanía nacional.
@jlcamachov