El Tsunami a 10 años. Una historia

26 de Abril de 2024

Tuni Levy

El Tsunami a 10 años. Una historia

TSUNAMI

EJECENTRAL

Empapada. Envuelta en una toalla. Regresando de nadar unas cuantas vueltas. Estela está en la puerta: “¿Tu hermano sigue en Tailandia?”. “¿Qué?... Si, ¿por?”, “Una ola gigante inundó algunas islas y arrasó con todo”.

Las imágenes de la televisión anestesian mis sentidos. La llamada a mi madre me deja sin respuestas: “No ha llamado”. “OK ma, me avisas.”

Mi hermano. El menor, de 27 años. Al que supuestamente yo debía cuidar, pero quien resultó ser la persona que cuida de nosotros desde su temprana edad. El reloj que me compró cuando tenía 10 años. Las tardes de viernes en que me acompañaba a recorrer todas las mueblerías de la ciudad buscando un sillón para mi sala. Mi responsabilidad desde que mi padre murió hace algunos años. Mi ejemplo. Mi amigo.

No puedo respirar. No puedo pensar. No soporto el trascurrir del tiempo. No puedo estar en ningún lugar, ni escuchar, ni hablar. Diez minutos que rebasan toda proporción. Diez inmedibles minutos.

Mi madre marca. Rafael no encontró boleto para el ferry de la tarde y por eso tuvo que tomarlo muy temprano en la mañana. Ambos puertos en Tailandia: Phi-Phi, desde donde abordó el ferry, y Phuket, a donde desembarcó, fueron arrasados. El tsunami lo sorprendió a él y a sus amigos en el mar, donde -curiosidades de la Madre Naturaleza- no causó daño. “Está vivo, Tuni”, “No va a regresar sino hasta la próxima semana; se queda para ayudar a la hermana de su amigo a buscar a su esposo”. Respiro de vuelta.