Finalmente desenmascaran identidad del Yeti

26 de Abril de 2024

Finalmente desenmascaran identidad del Yeti

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Un estudio científico confirmó el origen del abominable hombre de las nieves

PARIS, Francia.- La genética lo desenmascaró: el yeti, el “abominable hombre de las nieves” que ha alimentado la leyenda durante décadas, es en realidad un oso de las altas montañas de Asia, según un estudio publicado este miércoles. Aunque para ser exactos, el temible ser corresponde a tres tipos de osos: el negro asiático, el pardo tibetano y el pardo del Himalaya, todos ellos habitantes de los Himalayas. “Nuestro hallazgo apunta a que los elementos biológicos que sustentan la leyenda del yeti corresponden a osos locales”, indicó Charlotte Lindqvist, que dirigió el estudio publicado en el Royal Society journal Proceedings B. Aunque no es el primero que reduce el mito del yeti a un oso, el informe reunió por primera vez una gran cantidad de pruebas genéticas procedentes de huesos, dientes, piel, pelo y muestras fecales atribuidas a la legendaria criatura. Todos estos elementos, procedentes de colecciones privadas y de varios museos en el mundo, corresponden en realidad a 23 osos, pertenecientes a las tres subespecies mencionadas. Más allá de desmontar un mito, la reconstrucción del genoma completo mitocondrial de cada ejemplar permitió revelar importantes factores sobre estos carnívoros y su evolución.

Los osos pardos que deambulan en las grandes altitudes del Altiplano Tibetano y los que se hallan en las montañas occidentales de los Himalayas pertenecen en realidad a dos poblaciones separadas hace 650 mil años, durante el periodo glaciar, dijo Lindqvist, profesora asociada de la universidad neoyorquina de Buffalo College of Arts and Science.

Ambas subespecies probablemente permanecieron aisladas entre ellas, pese a hallarse relativamente próximas. El oso pardo del Himalaya, cuyo color de pelo rojizo es más suave que el del pardo tibetano, está considerado en peligro crítico de extinción por la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Seducidos por el misterio

Durante el siglo XX, la fascinación de Occidente, sobre todo de Estados Unidos y Gran Bretaña, por la leyenda del yeti fue intensa. En un libro que narra su expedición por el paso de Lhagba La cerca del Monte Everest en 1921, el teniente coronel Charles Howard-Bury describió huellas que parecen más bien las de un hombre descalzo. Aunque las atribuye a un gran lobo desplazándose a zancadas sobre la nieve, sus guías aseguran que se trata de un “metoh-kangi”, es decir, “un hombre-oso de las nieves”. El informe en 1925 de un miembro de la Royal Geographical Society alimenta el misterio, al asegurar haber visto una silueta parecida a la de un hombre cruzando un glaciar a una gran altitud. Al menos dos expediciones fueron organizadas en los años 1950 con el objetivo de encontrar al yeti, mientras las reivindicaciones sobre su supuesta existencia se extendieron a lo largo de la segunda mitad del siglo XX (Foto: Especial). MR