El desperdicio alimentario en tiempos de crisis

13 de Mayo de 2024

Simón Vargas
Simón Vargas

El desperdicio alimentario en tiempos de crisis

Simon

En la lucha contra el hambre, las pérdidas y los desperdicios de comida tienen un impacto negativo en la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, en principio, al reducir la disponibilidad local y mundial de alimentos, así como generar pérdidas a los productores y sobreprecios a los consumidores.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) define al desperdicio como las pérdidas derivadas de la decisión de desechar los alimentos que todavía tienen valor.

En esta decisión intervienen en su mayoría vendedores, establecimientos de alimentos y bebidas y finalmente los consumidores. Tan sólo con el desecho que producen los supermercados, ferias, puestos y almacenes se podría alimentar a 30 millones de personas.

A nivel mundial, aproximadamente 1 millón 300 mil toneladas de alimentos para consumo humano se pierden o desperdician, de esto, el 30% son cereales, entre el 40 y 50% son frutas, hortalizas, semillas y raíces, 20% es carne y productos lácteos y 35% de producto pesquero. https://bit.ly/1K89sqa

El desperdicio se produce en todos los eslabones de la cadena alimentaria, el consumidor y la producción representan el 28% cada uno, el mercado y la distribución el 17%, en el almacenamiento y manejo el 22% y en procesamiento el 6%.

Aunque Estados Unidos y China tienen cifras alarmantes de desperdicio, la región Latinoamérica y el Caribe es responsable del 6% de la comida tirada a nivel global, y en esta misma región el 8% de su población padece hambre.

Aunado a esto, también implica un costo ecológico, al sobrexplotar la tierra y el respectivo consumo de recursos no renovables para cubrir la demanda alimentaria; mientras que en los vertederos, los alimentos tirados producen y emiten metano, un gas 21 veces más potente que el CO2. https://bit.ly/1jPPY2c

En México el 37.26% de los alimentos producidos se pierden o desperdician, así lo indica el estudio de la Línea Basal de Pérdidas y Mermas de Alimentos. https://bit.ly/2g7IKKd

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 en 8 millones 322 mil 486 hogares no consumieron la cantidad suficiente de alimentos o, en algunos casos, una persona se quedó sin comer en todo el día, en total hay 27 millones de personas viviendo en pobreza alimentaria.

Las áreas rurales son las que presentan los mayores casos de inseguridad alimentaria (35.4%), es decir, que no tienen acceso permanente a alimentos suficientes, inocuos y que cubran sus necesidades nutricionales.

Los hogares con mayor índice de inseguridad alimentaria en el país son Tabasco con 49%, Guerrero con 44%, Chiapas con 38.9%, Oaxaca con 38.6% y Campeche 35.9%. https://bit.ly/2gQw5dI

Los alimentos más desperdiciados son la guayaba, la leche de vaca, el mango, los pescados y sardinas, el aguacate, el plátano verde y tabasco, el nopal, el arroz y el pepino.

De la canasta básica mexicana, anualmente se desperdicia 57% de la leche, 29% de las tortillas, 45% del pan, 39% de la carne de pollo y 37% del huevo.

La FAO identifica como las principales causas de pérdidas y desperdicios alimentarios la falta de certificaciones y estándares de calidad, administración ineficiente y malas prácticas en el manejo de insumos, además de las deficiencias en transporte, distribución y almacenaje; también el consumo irresponsable como compras excesivas, y prácticas equívocas en el manejo higiénico y seguro de los alimentos. https://bit.ly/2gQBNfw

Aunque las organizaciones internacionales han recolectado una serie de datos importantes en materia de seguridad alimentaria, todavía existen ciertos vacíos en los estudios a nivel mundial.

No obstante, este año se presentó el FWL Standard (Food Loss and Waste Accounting and Reporting Standard) que pretende establecer los lineamientos para cuantificar de forma unificada los reportes sobre este tema, pero apenas está en su fase inicial. https://bit.ly/2h4O3tA

A nivel mundial, las industrias y los distribuidores deben cambiar sus políticas de aprovechamiento, en especial, donde la cultura propicia comportamientos consumistas y desechables que sólo incrementan la demanda de forma desproporcionada y desigual.

La seguridad alimentaria depende de atender la demanda mundial, pero este crecimiento debe ser sustentable, de forma que la producción sea equiparable al acceso de los alimentos con acciones conjuntas en reducción de pérdidas.

En nuestro país, la Cruzada Contra el Hambre tiene entre sus objetivos minimizar las pérdidas poscosecha, a la par, se trabaja en políticas públicas dirigidas a transformar el uso secundario de los desperdicios, no obstante, el verdadero trabajo está con la sociedad, la cual debe sensibilizarse sobre el coste de arrojar cada alimento a la basura. *Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n

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