Si el presidente Enrique Peña Nieto así lo desea, podrá darse más tiempo del que pensaba para designar al próximo gobernador del Banco de México. El presidente tenía pensado mandar al Congreso tan pronto como se reiniciara el periodo de sesiones ordinarias, los tres nombres para que de uno de ellos –o ella– salga el reemplazo de Agustín Carstens, quien anunció el primero de diciembre que renunciaría, a partir de julio próximo, para asumir la gerencia del Banco de Pagos Internacionales, llamado el banco de los bancos centrales. Dicen los que saben que la llegada de Carstens al BPI no será en el verano, sino a partir del primero de octubre, cuando iniciará un periodo de cinco años, con lo que queda abierta la posibilidad de Peña Nieto para que aguante un poco más el envío de la terna y deje que Carstens termine de manejar el Banco de México durante estos primeros seis meses de este año, cuando se definirá qué tipo de relación comercial quiere el gobierno de Donald Trump con México.