Irán, destino para descubrir

14 de Mayo de 2024

Ana Saldaña

Irán, destino para descubrir

ana saldana

Hoy en día son pocos los destinos que aún le permiten al turista aventurero descubrirlo. Irán es uno de estos lugares, no solo cuenta con una riqueza cultural increíble, sino que también la curiosidad innata, calidez y ganas de conversar en inglés de los locales hace que sea un viaje excepcional. Sin lugar a duda rompe de tajo con las percepciones que como occidentales tenemos de este país.

Para muchos, es un lugar que intimida y no es para menos. Aquí no hay nada de la separación de la iglesia y estado, es una República Islámica y como tal, uno tiene que respetar las reglas: incluyendo como mujer vestirse recatadamente cubriéndose en todo momento la cabeza, no consumir bebidas alcohólicas, no mostrar demasiado afecto con su pareja y en general no meterse en asuntos de política o religión. Sin embargo, si uno puede dejar a un lado lo anterior, es un país que te envuelve con su magia, historia, arquitectura y gastronomía.

Foto Ana Saldaña

La hospitalidad iraní es fuera de este mundo. Ya me lo habían advertido, pero pensé que era imposible que me sucedería a mí. Me decían que si corría con suerte seguramente me invitarían a comer a una casa. En Isfahán, conocí a Venus, una joven ama de casa, al pedirle ayuda para llamar un taxi en un centro comercial con una aplicación similar al UBER, llamada Snap. Al ver que no llegaba el conductor, se ofreció a llevarnos en su auto hasta nuestro hotel. El día siguiente, nos dio un recorrido de su ciudad que culminó en una comida en uno de los mejores y más tradicionales restaurantes de la ciudad, el restaurante Shahrzad, en donde con su ayuda como traductora y experta gastronómica comimos excepcionalmente. El día siguiente nos invitó a su casa con su familia, incluidos su esposo, hija pequeña, así como sus padres y hermano. Nos regaló una experiencia que guardaré en mi corazón no solo por su deliciosa sazón, sino por el privilegio de sentirnos tan apapachados en familia. En Shiraz, conocimos en una galería de arte a Amir, un estudiante de literatura quien nos invitó esa noche a casa de su mamá, para probar botanas tradicionales con sus amigos. El día siguiente nos llevó a las afueras de la ciudad para recorrer un pequeño pueblo en donde la gente va a rodearse de los bosques frescos, riachuelos, así como descansar y desconectarse del ajetreo cotidiano. Ambos se convirtieron en amigos entrañables que marcaron nuestro recorrido por el país. Pero esto es solo un reflejo de lo abiertos que son los iraníes. Panadería, carnicería o lugar en donde quisiera tomar foto, era bienvenida y llevada literalmente a la cocina. En algunas mezquitas, como extranjeros fuimos recibidos con té y un lugar fresco en donde descansar. En muchas ocasiones nos paraba la gente para charlar o hacernos preguntas y practicar su inglés.

Foto Ana Saldaña

Su gastronomía es excepcional. Erróneamente me había imaginado que comería comida árabe. Sin embargo, no se parece en nada, resultado de sus raíces que se pueden trazar a la antigua Persia. Es una gastronomía elegante en donde ingredientes como las rosas, azafrán, pistaches y hierbas aromáticas les dan una personalidad única. Visualmente son hermosas sus presentaciones. La proteína favorita es el cordero, pero también muchos platillos vienen acompañados de lácteos, tanto de cabra como de vaca. El pan, con un sin fin de variaciones se encuentra en todo el país, recién salido todavía de los hornos de barrio en donde aún se utilizan los métodos tradicionales. Pero si algo no puede faltar en una comida es el arroz. Arroces cocinados a la perfección aromatizados con azafrán y otros con más complejidad de sabores como las frutas y nueces, eso sí siempre con abundantes cantidades de mantequilla. Y bueno, dulces excepcionales. Un verdadero deleite de pequeños postres preparados con mantequilla combinados con complementos delicados como agua de rosas, de naranjo, pistaches y almendras.

Foto Ana Saldaña

Su arquitectura, también es impresionante. Desde las antiguas ruinas de Persépolis, los antiguos palacios, las increíbles e imponentes mezquitas con minuciosos trabajos que hacen que uno pueda pasarse horas descubriendo detalle tras detalle, los baños públicos cubiertos con hermosos azulejos de colores, así como los extremos en donde la modernidad de las nuevas edificaciones y el arte contemporáneo hablan de una sociedad totalmente globalizada.

Así se me fueron los casi 15 días que pasé en este hermoso país como agua. Sin lugar a duda, son menos y menos los lugares en que uno todavía se puede sorprender con lugares y experiencias extraordinarias, e Irán es uno de estos.

Espero que tengas un buen día y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!

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Datos útiles

Para llegar.

British Airways tiene vuelos vía Londres que son muy cómodos.

Hoteles

Existe una página de internet www.apochi.com en donde se pueden hacer las reservas de hoteles y prepagar.

Tarjetas de crédito

El sistema de pagos, aunque moderno, no está conectado con el resto del mundo por el tema de las sanciones, por lo que es necesario llevar efectivo. Recomiendo llevar dóalres o euros. Solo se puede cambiar dinero en casas de cambio autorizadas. Son pocos los lugares en donde uno puede pagar con PayPal.

Transporte

En muchas ciudades cuentan con el equivalente de Uber que se llama Snap. Para usar la aplicación uno requerirá un número local en Irán y la ayuda de locales para confirmar la dirección en donde se encuentra uno. En el hotel Espinas en Teherán el área de Concierge me ayudó con el chip y a cargar el teléfono con crédito. Para moverse entre ciudades hay camiones, pero recomiendo rentar autos particulares para llevarte de un destino a otro. También uno puede moverse en los trayectos más largos por avión y recomiendo Mahan Air.

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