El título de ésta colaboración corresponde a otra publicación que elaboré y publiqué exactamente el día siete de septiembre del 2014 relacionada con el antiguo ritual del informe presidencial...
En ese entonces me preguntaba si ¿podría ser distinto el informe del Presidente al Congreso de la Unión? sin fastos ni fiesta y se pudiera circunscribir a la entrega por escrito en coincidencia al inicio del período ordinario de sesiones pero sin fanfarrias ni triunfalismos hacer de ese día otra jornada de trabajo intensa en algún lugar de la República entregando obras y resultados tangibles...no meros discursos solemnes con aplausos, vallas y besamanos en palacio nacional.
Ahora se anuncia por voceros de la presidencia de la República que ya no se realizará el tumultuario y costoso acto similar al que se realizaba en el Congreso ante empresarios, embajadores, jerarcas religiosos, organismos cupulares, líderes sindicales, artistas, ex-funcionarios, deportistas, gobernadores y el gabinete en pleno y cuyos automóviles blindados y los de sus guaruras usaban como estacionamiento la plancha del Zócalo capitalino.
Eso es un excelente anuncio pues implicará no solo explorar caminos diferentes y cambios a la ecuación triunfalista que en tiempos de estrujones sociales persistentes y geometrías corrosivas se debe imponer la austeridad y la prudencia para evitar se agriete más el país.
Lo decía entonces y lo repito ahora procedía que a los granujas panistas Fox y Calderón el Congreso se les negara el acceso a la más alta tribuna de la Nación pues había ofensas y actitudes disparatadas de ambas que le faltaron al respeto y a la dignidad del Poder Legislativo que les obligó al mismo ritual con simple cambio de sede para el mismo monólogo a pesar del enojo y el hartazgo colectivo por el tiradero que ambos dejaron y del cual no se hicieron cargo...
Suscitaban furibundos debates, reacciones airadas, ironías y desprecio ganado a pulso por esos dos ex-presidentes que se pasean impunes, brutalmente enriquecidos al malversar los miles de millones de dólares por un barril de petróleo arriba de los cien dólares más los “excedentes” petroleros al venderse muy por encima del precio presupuestado que también desaparecieron, no creció económicamente el país, endeudaron a “Pemex” aberrantemente dejando solo los despojos, rehuir cuando hubo recursos de sobra la construcción de las refinerías que hacen falta al país y que ahora se sangra al país al usar las divisas para importar las gasolinas, el diesel y todos los petrolíferos que se derivan de la refinación.
Un crimen de lesa patria, pues hoy el país está profundamente endeudado...Fox y Calderón se fueron impunes a pesar del rigor cuantitativo de sus fraudes, peculado, desvío y apropiación de recursos públicos como atroz realidad ineluctable de sus catastróficas administraciones actuando ambos como si no fueran responsables de todo lo nefasto que acaeció al país en sus extraviados sexenios y que como vulgares delincuentes no se sientan obligados a la autocrítica más elemental, mucho menos a un citatorio de la PGR por sus excesos, abusos, flagrantes violaciones a la ley, fatales decisiones, caprichos, omisiones, impúdicas y el pandemonium del desastre económico heredado paseando por el mundo como si fueran lección o ejemplos a seguir y no meros farsantes, impostores y prófugos de una historia negra, macabra, espeluznante y vibrante cinismo inercial con el que definieron sus rústicos y viscerales sexenios de profunda vocación por la barbarie compulsiva que los singulariza y con lo cual definieron sus enfermizos y disparatados perfiles sicológicos.
Se la atribuyen a Miguel Ángel otros a Bernard Shaw que de memoria cito a propósito del tal Fox y Calderón el genocida y que dice..."toda burla es una aventura en el útero del tiempo” pero si el escatológico Fox y el despreciable haiga sido con precariedad neuronal pisotearon al país “eso queda en piedra dura permitiendo que duren, que no se olviden haber encenegado al país y haber arrasado con los escombros que aún quedaban del “estado de bienestar”....
México no es ya más el paraíso de los tontos solemnes que todo olvidan.
El pueblo está harto de que en cada sexenio haya que partir de cero y volver a “nadar” desde la orilla cuando suponía se estaba a la mitad de la travesía de la mar canalla, embravecida por la engorda de la grasa del nepotismo ladino y desprestigiado de los mismos apellidos torpemente sobredimensionados y montados siempre de manera alevosa en las mismas cicateras farsas mayestáticas en las que se reeditan las mismas patrañas.
Por ello procedía atrancar la puerta del Congreso a esos dos pelafustanes que se montaron y detentaron durante la “docena trágica” el poder...
Lo que también dije entonces lo sostengo ahora: No puede ser para siempre que un Presidente no acuda a rendir cuentas al Congreso como legalmente procede pero en ese diálogo entre poderes debe imperar esa austeridad republicana de la que hablaba Benito Juárez y en esa comparecencia sin boato ni aparato ser interpelado con respeto.
Si todo ha cambiado y se quedó en el pasado el “día del Presidente” lo dije y también creo oportuno repetir ahora que se podría negociar un formato menos acartonado y más incluyente, más interactivo y de diálogo con la población.
Disposición a innovar y hacer un cambio en la línea discursiva tradicional realizando un informe a la nación de manera itinerante, estratégicamente planeado (hoja de ruta) durante el año de ejercicio y hacer del primero de septiembre el día de los resultados concretos, tangibles, inaugurando obras de infraestructura productiva, nuevas escuelas o las ya renovadas, hospitales equipados y funcionando, entregando becas a estudiantes o créditos con bajas tasas de interés a microempresarios, a productores agropecuarios y campesinos sin acceso al crédito...
Podría ser distinto...
Un primero de septiembre diferente, a cielo abierto, con movilidad y más repercusiones positivas en una población escéptica, cansada de esperar el crecimiento económico real (no el de las variables macroeconómicas con finanzas públicas débiles y enorme deuda pública que no se refleja en más empleos, mejores salarios y un mercado interno como “motor” de la economía) dejando atrás esos apotegmas de la peor jaez de que quién no transa no avanza; un político pobre es un pobre político; un pie en los cargos públicos y otro en los negocios que han sido la divisa, el emblema, el sello conceptual, bandera, insignia y máximas de la más cínica corrupción que provoca ira social, el desorden, la violencia y ahora hasta la perspectiva negativa de las Calificadoras.
El cambio y el orden son vitales para corregir la deriva y la amenaza de quedar al pairo como país...
México da un paso relevante al cancelar el ritual del presidencialismo triunfalista en un acto similar al antiguo en el Congreso y donde solo las élites acudían a aplaudir para luego pasar factura pues no tienen interés alguno en que las cosas cambien y se instrumenten verdaderas transformaciones al haberse procurado como siempre sus propias vías de “salvación”.
“La derecha plutocrática ya no debe oponerse a que el Estado haga las cosas de manera diferente y solo para protegerla en su enriquecimiento a costa de la gobernabilidad por el incesante y permanente abandono a las mayorías excluidas propiciando que la precariedad perpetua sea hoy la principal amenaza de la estabilidad y de la cohesión social”.
Podría ser distinto y ya no parar en los cambios a las políticas económicas y sociales que han traído crisis de violencia, crisis de credibilidad y disfuncionalidad por la inseguridad, de tal suerte que aquí y ahora ya no pueden desatenderse las exigencias por una real y sostenida renovación y así superar anacronismos perniciosos.
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