Aunque Rafael Márquez quedó en la lista final de seleccionados nacionales para ir al Mundial de Rusia 2018 este lunes, el defensa veterano además de convertirse en el tercer jugador mexicano en la historia en disputar cinco copas, también será el primero en hacerlo tras ser acusado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, como prestanombres de un presunto líder del narcotráfico e incluido en su lista negra, lo que lo coloca como incómodo para los patrocinios. Esta decisión dejó a Márquez lejos de las canchas y del Tri durante buena parte del año pasado y las firmas que patrocinan a la Selección Nacional temen contravenir alguna ley de tener acuerdos con él. Mientras lo demás seleccionados entrenaron durante mayo con playeras con logotipos de algunos patrocinadores como Coca-Cola, Citibanamex y Movistar, el tapatío debió hacerlo con una playera blanca o sin algún logo.
Muchas de estas compañías tienen operaciones en Estados Unidos y adoptaron un enfoque de ‘mejor prevenir que lamentar’”, dijo Farhad Alavi, abogado que radica en Estados Unidos y es experto en sanciones, en entrevista con The New York Times.
Las empresas con operaciones en Estados Unidos y los estadounidenses usualmente no pueden tener relaciones empresariales con individuos que se encuentran en dicha lista del Tesoro. Márquez ha rechazado cualquier vínculo alguno con el narcotráfico. La Federación Mexicana de Fútbol señaló que la decisión de retirar los logotipos del uniforme de Márquez se tomó para que pudiera enfocarse “100 por ciento en lo deportivo”. Fue en agosto de 2017 cuando el Tesoro lo incluyó en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su siglas en inglés), en la que lo señala por tener bienes que sirven como frente o fachadas para las operaciones de Raúl Flores Hernández, señalado como sospechoso de encabezar la organización del narcotráfico “Flores”. Esta decisión, además de prohibir que empresas estadounidenses tengan negocios con él, congeló sus bienes en Estados Unidos y le complica viajar, incluso lo dejó sin visa a ese país. Tan es así, que la semana pasada no acudió al partido amistoso que México jugó contra Gales en Los Angeles. El primer partido que juega tras las sanciones fue el del sábado pasado cuando entró como sustituto en un amistoso contra Escocia. Oficiales de la Federación han defendido su presencia en las canchas al recalcar que consultaron a “expertos” que les aseguran que no habría riesgo legal ni para él ni para la organización si Márquez juega.
No hay un impedimento para que represente a la selección mexicana”, declaró su abogado José Luis Nassar a ESPN en abril pasado.
Nassar señaló entonces que las investigaciones ante la autoridad estadounidense “van avanzando”, con lo que sugirió que el defensa mexicano busca cómo salir de la lista de la OFAC.
De acuerdo con Doug Jacobson, abogado de Jacobson Burton Kelley, firma especializada en derecho comercial, dijo al diario neoyorquino que los investigadores de OFAC algunas veces actúan según información pública, por lo que reportes noticiosos o fotografías de Márquez con patrocinios podrían despertar su interés.
Quizá con ello emiten una citación administrativa para solicitar más información sobre la relación”, dijo Jacobson. “¿El pago es directo a los jugadores o ellos se benefician de los fondos que emanan de los patrocinios? Eso podría resultar en preguntas incómodas y en solicitudes de información que las empresas probablemente no quieren tener que enfrentarse”.
El uso de una playera sin logotipos es un intento por mitigar riesgos legales o de reputación para las empresas, que tienen contratos con la Federación y no con el veterano capitán Márquez. (Con información de The New York Times)