La burla que se convirtió en parte de la identidad de River Plate
Foto: X - @RiverPlate
Tras perder una final de la Copa Libertadores se empezó a decirle “gallinas” a River Plate en modo de burla, aunque con los años el apodo fue adoptado por los aficionados
Este domingo River Plate juega contra Boca Juniors una edición más del llamado “Superclásico”. Ambos equipos se disputarán el pase a las semifinales de la Copa de Argentina. Con motivo de este duelo compartimos el origen del mote de gallinas que ha acompañado a club millonario desde 1966.
“Señores, yo soy del gallinero”, cantan a todo pulmón los aficionados desde las tribunas mientras los 11 jugadores que portan el escudo de River Plate en el pecho salen a la cancha para jugar. Si bien actualmente el mote de gallina es motivo de orgullo entre los seguidores del club, este surgió como una crítica y burla para el equipo que de forma increíble perdió una final de la Copa Libertadores.
Fue el 20 de mayo de 1966 cuando River Plate se enfrentó a Peñarol. Se trataba del partido de desempate de la final, el cual definiría al nuevo Campeón de América. El primer partido lo ganaron los uruguayos 2-0 en el estadio Centenario de Montevideo el 14 de mayo; mientras, dos días después, en el segundo se impuso el cuadro argentino en el estadio Antonio Vespucio Liberti, mejor conocido como El Monumental.
De esta forma, tal y como lo marcaba el reglamento, fue necesario un encuentro de desempate. El partido decisivo debía jugarse en cancha neutral, por lo que el estadio Nacional de Santiago, en Chile, fue el inmueble elegido.
Los pronósticos vaticinaban una victoria de River Plate, debido a que, al contar con jugadores más jóvenes que Peñarol (equipo que tenia en sus filas mayoritariamente a futbolistas experimentados) tendría mejor resistencia física para aguantar un tercer partido en menos de una semana y con dos viajes.
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El encuentro comenzó dando la razón a estas predicciones. El equipo de la franja roja ganaba 2-0 al término del primer tiempo con goles de Onega y Solari. Sin embargo, desde que el árbitro pitó el final de la primera parte, el capitán uruguayo Alberto Spencer se encargó de exigir a sus compañeros levantar la cabeza y reaccionar para evitar una goleada.
Esto propició que al segundo tiempo los 11 jugadores de Peñarol salieran dispuestos a saldar la deuda que generaron en los primeros 45 minutos. Mientras que los 11 de River Plate regresaron a la cancha con exceso de confianza, casi sintiéndose campeones de América por primera vez en su historia.
En un lapso de seis minutos (del 65’ al 71’) el partido se empató con las anotaciones del capitán Spencer y Abbadie. Esto provocó que el partido se fuera a tiempos extra, en donde el empuje uruguayo arrasó con la perplejidad argentina. Al 101’ y al 109’ Spencer y Rocha sellaron la voltereta y le dieron a Peñarol su tercera Copa Libertadores.
Las críticas de la pensa y la burla de los aficionados de los equipos argentinos rivales no se hicieron esperar. Fue justo cuando el mote de gallinas se originó.
El siguiente partido de River Plate fue en cancha de Banfield, en donde un aficiona del equipo local tuvo la ocurrencia de llevar una gallina y lanzarla al rectángulo verde. Las risas y burlas no se hicieron esperar en el estadio Florencio Sola. Por años el mote fue una carga para jugadores y aficionados de River Plate, sin embargo, fue tal la asociación entre el animal y el club que terminó por convertirse en un símbolo de identidad que se canta cada que el equipo “millonario” juega.
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