El triunfo ruso de Trump

13 de Mayo de 2024

Juan Antonio Le Clercq
Juan Antonio Le Clercq

El triunfo ruso de Trump

Juan Antonio Le Clercq

La victoria electoral de Donald Trump se ha consumado. El lunes pasado el Colegio Electoral, esa rancia y antidemocrática institución del sistema electoral estadunidense, ha ratificado los votos electorales que el magnate neoyorquino obtuvo el pasado 8 de noviembre.

No hubo sorpresa o rebelión entre los 538 delegados al Colegio Electoral, a pesar de los rumores que señalaban podría ocurrir, y los representantes de cada partido prácticamente ratificaron el resultado obtenido por sus candidatos en cada estado. No tuvieron impacto las protestas sociales, la ventaja en voto popular de Clinton, las investigaciones sobre la intervención de hackers rusos en la contienda, los conflictos de interés de Rex Tillerson con empresas petroleras rusas o la revelación de que Trump ha mentido reiteradamente al respecto de su relación personal con Putin.

Trump será el Presidente de los Estados Unidos número 45, de acuerdo con las reglas electorales estadunidenses. Se ha ratificado como Presidente a quien ha usado conflictos de interés, discurso de odio racial, mentiras evidentes y en lo que puede ser aún peor, a quien ha permitido la intervención de una potencia externa en una decisión que solo corresponde a los ciudadanos estadunidenses. Lo cual abre un dilema político terriblemente complejo y una profunda incertidumbre sobre el comportamiento político, económico y diplomático de la primera potencia mundial en los próximos cuatro años.

El dilema en el que se encuentran los estadunidenses golpea el corazón de la legitimidad de su próximo Presidente, pese a que el Colegio Electoral cumplió con la formalidad de ratificarlo. Por instrucciones de Barack Obama y con el respaldo de los principales liderazgos republicanos en ambas cámaras, la CIA tiene instrucciones explícitas de investigar la intervención rusa en las elecciones para afectar la candidatura de Clinton e impulsar el triunfo de Trump. Algunos medios estadunidenses han llegado a señalar la participación directa de Putin en el incidente.

Trump ha minimizado los hechos, como ya es costumbre, a través de su cuenta personal en Twitter.

Para millones de estadunidenses, como para la comunidad internacional, el problema no puede ignorarse tan fácilmente.

La duda está sembrada y es más que razonable pensar que Donald Trump será Presidente gracias a la intervención rusa en las elecciones estadounidenses, posiblemente con la complacencia y colaboración misma de Trump y el FBI.

Con su decisión de investigar la intervención de Rusia en las elecciones, Barack Obama ha sembrado una bomba de tiempo que de una u otra forma terminará afectando la imagen política de los republicanos. Han decidido cerrar los ojos y aupar a Trump, dejando de lado que, cual república bananera, esto implica aceptar que una potencia externa influya en decisiones soberanas e ignorar los hechos representa simple y llanamente un acto de guerra.

Es claro que al instruir una investigación, Obama buscaba mandar un mensaje al Colegio Electoral, situación que no ha funcionado.

Conforme la relación de la nueva administración con Putin afecte aún más la seguridad nacional y los intereses estadunidenses, en tanto aparezcan nuevas filtraciones sobre las actividades rusas o si Trump no es capaz de cumplir sus promesas de campaña, el incidente de la influencia rusa indebida en las elecciones regresará para cobrar una factura que prácticamente equivale a traición.

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