Gabriela Rivera, Jonathan Nácar y María Idalia Gómez
A través de reuniones informales en centros recreativos y en iglesias, por medio de chats y las redes sociales, durante cinco meses se fue tejiendo una red que crecía por semanas en forma silenciosa, con un discurso que se volvió uno: la corrupción del poder político pretende corromper los valores de la familia. Unidas, más de mil organizaciones van por la contrarreforma social para enfrentar abiertamente al presidente Enrique Peña Nieto por su iniciativa sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo e incidir en los congresos locales para que rechacen su propuesta.
La construcción de este movimiento, por primera vez, logró unir en objetivos comunes a los líderes de las iglesias más grandes del país, católica, evangélica y mormona, y decidieron salir a las calles para mostrar su poder. Pero su agenda no se limita a frenar el cambio legislativo, incluye impulsar reformas que impidan el avance de lo que consideran el deterioro de los valores y, pretenden influir en los próximos procesos electorales contra el PRI y la izquierda.
El movimiento que comenzó en Nuevo León, prendió en 18 estados, donde los grupos de derecha radical consolidaron una estructura organizada, con capacidad económica y una base simpatizante sólida, que los llevarán este sábado a su primera demostración de músculo al marchar en 120 ciudades del país en contra de la iniciativa presidencial.
“Son grupos muy aliados que se identifican por este conservadurismo, unos desde la curia, otros desde las empresas, otros desde la política como los sectores del PAN”, asegura Héctor Salinas Hernández, coordinador del Programa de Estudios en Disidencia Sexual de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. “Ahí tienes un frente bastante fuerte, porque tienes poder de presión política, de presión ideológica y de poder económico. Es un frente que, aunque sean pocos, pegan muy fuerte”.
A partir de un seguimiento informativo desde 2013, cuando las oficinas de inteligencia identifican las primeras movilizaciones y contactos entre organizaciones de derecha, ejecentral reconstruyó la red de vínculos entre iglesias, sociedad civil, empresarios y políticos, que muestran la capacidad de movilización y presión política que tienen.
Fueron las “ocurrencias” de Peña Nieto las que provocaron “un despertar cívico que no se percibía desde la segunda década del siglo pasado, cuando se dio el respaldo a lo que fue la Liga Nacional por los Derechos de la Libertad Religiosa”, así lo consideró el panista Rodrigo Iván Cortés Jiménez, vocero del Frente Nacional por la Familia.
El tejido
“El 17 de mayo de este año, el presidente se levantó con la chabacana idea de que todo México tenía que ponerse a la moda de la ideología de género y presentó una serie de medidas e iniciativas que no sólo debilitan el matrimonio sino que también atentan contra los derechos de los niños y de los padres de familia. Es la pretensión de subordinar la política interior y exterior del país a una sola ideología, la ideología de género”, aseguró Cortés Jiménez.
Esa decisión afianzó todo. Las reuniones y conversaciones que sostuvieron líderes religiosos en los últimos años se cristalizaron en unos meses en una agenda común. Primero se creó el Frente Nacional por la Familia, organismo que de acuerdo a su vocero, hoy día cuenta con el respaldo de mil asociaciones, redes y coaliciones cívicas como la Red Familia y la Unión Nacional de Padres de Familia; así como la Conferencia Episcopal Mexicana, que buscan frenar la iniciativa del presidente que no solo permite el matrimonio igualitario, también la posibilidad de que estas parejas adopten un hijo, y además se modifique la educación sexual que se imparte en las escuelas.
Ese apoyo y exigencias en común se tradujeron en la iniciativa ciudadana que el Frente presentó a finales de febrero de este año y que exige, entre otras cosas, una reforma constitucional que garantice la protección a la composición de la familia tradicional. 
En junio se conformó la Unión Nacional Cristiana por la Familia, que coordina Luis Alberto Gallego Cortez. Es el corolario de las negociaciones. Por primera vez se integraron 50 líderes de asociaciones religiosas del país y dos mil iglesias, católicas, evangélicas y mormonas del país, que acompañan seglares y simpatizantes.
“Enfatizamos la postura de las iglesias cristianas que venimos el día de hoy a manifestarnos, que el matrimonio debe continuar entre un hombre y una mujer, y que los niños tienen el derecho de tener un padre y una madre para cumplir con su destino”, demandaron los dirigentes de las iglesias en el documento entregado a los legisladores.
Una de las estructuras que ha permitido articular la acción de la derecha es Confamilia, que encabeza Dabdoub Giacoman. Surgió hace seis años en Monterrey, Nuevo León, y es la única organización no gubernamental que defiende el matrimonio y la familia.
Más allá de una religión
Los fundadores de este movimiento niegan identificarse con una sola posición ideológica. Dabdoub Giacoma, quien comenzó esta contrarreforma recorriendo el país, aseguró que ni son de ultraderecha ni pertenecen a la iglesia católica, como los señalan sus detractores.
“Somos los únicos que nos especializamos en el entorno que rodea las familias, en todos los temas que afectan a la familia desde fuera”, explicó. “Nuestro campo de batalla es la opinión pública, lo nuestro es participar en la batalla por la opinión pública”.
En los hechos, las vinculaciones políticas son claras. Una revisión de sus miembros realizada por EJECENTRAL encontró que el vicepresidente de la organización, Fernando Guzmán Pérez Peláez, está afiliado al Partido Acción Nacional. Fue secretario de Gobierno en Jalisco y candidato a la gubernatura de esa entidad. También fue director de la Asociación Política Nacional de Desarrollo Humano Integra y Acción Ciudadana (DHIAC), una organización civil vinculada directamente con El Yunque, nombre coloquial con el que se identifica a la extrema derecha panista.
En tanto, Rodrigo Iván Cortés, también integrante de ConFamilia y vocero del Frente Nacional por la Familia, también milita en el PAN y a la Iglesia católica; fue él quien presentó la iniciativa ciudadana de la asociación al Papa Francisco la semana pasada en El Vaticano.
No son los únicos. En la red de vínculos elaborada por EJE CENTRAL, se muestran a otros líderes y agrupaciones relacionadas con partidos políticos e intereses empresariales.
Hugo Erick Flores, presidente y diputado del Partido Encuentro Social, sostuvo que aún y cuando comparten las demandas de las organizaciones, pidieron a sus militantes ya no participar en las marchas.
“La causa que ellos persiguen es muy parecida a la de nosotros, simplemente vamos en carriles distintos y nos preocupa un poco la connotación religiosa que se le está dando”, afirmó.
En lugar de salir a las calles, el partido trabajará en la aprobación de la iniciativa que presentaron las iglesias evangélicas el 1º de septiembre pasado y a la que se adhirieron 47 diputados, entre ellos Encuentro Social, PRI, PAN, PRD y Morena.
Los riesgos
“Estas organizaciones de distinto corte cristiano, donde incluiríamos a los evangélicos, católicos, cristianos protestantes, no se unen para proponer cosas positivas, tienen diferencias bastante marcadas, pero resulta paradigmático que se ponen de acuerdo en este tema. Lo que iguala a todas estas organizaciones es el discurso de odio y el miedo a la trasformación social”, detalló Salinas Hernández.
Jorge Saavedra, ex director de Censida y miembro de AIDS Healthcare Foundation, explicó que todas estas organizaciones que se sumaron a Confamilia, como la Unión de Padres de Familia o Red Familia, nacieron en el seno de las distintas iglesias, que son las encargadas de financiar las marchas, los mensajes y los comerciales.
Sólo para tener una idea de la dimensión que significa esta gran alianza, las iglesias evangélicas en México tienen recursos económicos por 11 mil 22 millones de pesos, la mayoría concentrados en edificios y terrenos, reportó a la Secretaría de Gobernación en 2014.
Grupos prioritarios
Desde hace décadas las oficinas de inteligencia dan seguimiento a las diferentes asociaciones religiosas, por ser grupos de poder e influencia. El año pasado se volvieron prioritarios para esta administración, cuando los investigadores y analistas confirmaron que se intensificaron sus reuniones para organizarse en un frente común de presión y para influir en el proceso electoral en estados como San Luis Potosí, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Tlaxcala y Zacatecas.
Frases como “estamos en lucha”, “es una lucha contra el autoritarismo”, se deben “frenar (los embates) del poder corrupto” o llegar “hasta sus últimas consecuencias”, “un ejército” debe defender a la familia, se volvieron frases repetidas en las reuniones informales de padres de familia o agrupaciones en los que se discutían la agenda a mediano y largo plazo, reportaron los investigadores. Esta determinación por constituirse como una fuerza pública, alertó aún más a las autoridades.
De acuerdo a las fuentes consultadas, fueron identificadas 20 organizaciones civiles, vinculadas a las cámaras empresariales y partidos políticos, con intereses religiosos, económicos y electorales. Uno de estos grupos es ConFamilia.
En este tiempo, estas organizaciones construyeron puentes que les permite movilizar información o células de simpatizantes en pequeñas ciudades o puntos clave. El mayor flujo de recursos, de acuerdo al seguimiento de inteligencia, proviene de empresarios radicados en Nuevo León, Jalisco, Chihuahua, Coahuila y Puebla, lo que permite financiar viajes de sus fundadores, sus mensajes a través de conferencias de prensa, páginas de internet, materiales de soporte y redes sociales.
Las oficinas del gobierno federal detectaron la participación de integrantes de grupos radicales de derecha que pretenden influir, aunque por ahora mantienen un perfil moderado. Como parte del andamiaje que han construido, explicaron las fuentes consultadas, diseñaron una especie de estructura multicelular, que complica el seguimiento de recursos financieros, vínculos e identificar el número de simpatizantes y su capacidad real, ya que crearon pequeños movimientos o pequeñas redes con diferentes nombres que dan la apariencia de expansión, aunque sea las mismas organizaciones las que participan.
“Voto de castigo”
“Al ver que la sensibilidad del presidente es nula, convocamos a un voto de castigo el 5 de junio y ya sabemos los resultados históricos de la derrota sin precedentes que tuvo el partido en el gobierno”, reconoció Cortés Jiménez, ex miembro del Consejo Nacional del PAN.
En el caso de Aguascalientes, relató, el rechazo a las iniciativas fue un factor importante en los comicios locales que ganó el panista Martín Orozco. Tres meses después las movilizaciones del próximo sábado serán un hecho sin precedentes. “Cuando lo imaginamos en un inicio era la cuestión de armar 32 marchas pero ahora tenemos más de 100 convocadas para este 10 de septiembre, esto es porque la gente, los padres de familia, en verdad están muy preocupados y con una gran disposición de mostrar su rechazo nuevamente, porque ya lo hicieron una vez el 5 de junio en la elecciones locales”.
Aunque las iniciativas en favor del matrimonio igualitario difícilmente serán aprobadas, a pesar de que este martes el PRD hizo un nuevo intento al presentar una iniciativa idéntica a la del presidente, el panista advirtió que el Frente Nacional implica “una fuerza muy considerable a valorar, un gran despertar cívico en donde las iglesias están activándose por el bien de los derechos ciudadanos”.
“El 17 de mayo, el Presidente se levantó con la chabacana idea de que todo México tenía que ponerse a la moda de la ideología de género y presentó una serie de medidas e iniciativas que no sólo debilitan el matrimonio, sino que atentan contra los derechos de los niños”.
¿Quién es Juan Dabdoub Giacoman?
Juan Dabdoub Giacoman se dedicó a la mercadología en empresas trasnacionales en Nuevo León y la Ciudad de México. Hace 22 años comenzó su activismo social como defensor del matrimonio y la familia, actividad a la que se dedica de tiempo completo desde hace seis años.
el año pasado, el activista comenzó a recolectar miles de firmas que apoyan la iniciativa ciudadana elaborada por ConFamilia para proteger el modelo de familia tradicional desde la Constitución. 
Sus acciones lo llevaron a encabezar el top ten de los personajes más homofóbicos en México en un empate con en el primer lugar con el cardenal Norberto Rivera, según una lista creada por líderes de la comunidad gay.
“Si nosotros somos de ultraderecha ¿dónde dejan a Hitler? Porque nos mandaron hasta el fondo. Me esfuerzo por ser un buen católico, pero no me considero un radical en ningún sentido”, asegura Dabdoub Giacoman.
Los distintos grupos de la comunidad gay lo identifican como el principal promotor de las marchas en contra de los derechos de los homosexuales. “Es él a quien hemos visto que es el actor intelectual o el cerebro que les da los elementos que consideran las bases para oponerse”, señala Jorge Saavedra, exdirector de Censida.
Dabdoub señala que los grupos no tienen argumentos que respalden sus demandas. Pero está abierto a dialogar con ellos, ya que no discrimina a otra persona por sus preferencias sexuales.
“Tengo amigos homosexuales que están luchando por salir y amigos que tienen su vida y que dicen yo no traigo a mi pareja cuando salgo con los otros amigos y las esposas y gente que respeta las costumbres, ahora hay gente que es muy radical que te exige que los reciban (…) que no sólo quieren vivir su sexualidad abiertamente, sino que además quieren imponer a la sociedad como forma de vida y es donde brincamos todos”, puntualiza.