“No se olviden que no son el mañana, no son el “mientras tanto”, sino el ahora de Dios.” Papa Francisco
En medio de un momento sumamente desafiante como el que atravesamos, una de las preguntas que surge es: ¿Cuál es la trascendencia de esta celebración? contrario a lo que podría pensarse este día nos da la oportunidad de visibilizar la importancia de los jóvenes en nuestra sociedad, pero sobre todo, nos permite hacer un alto para recordar que justamente este segmento poblacional desde hace varios años ha sido el principal gestor de cambios a nivel mundial.
A pesar de la distribución por edad, hasta el momento no existe una definición exacta del grupo que comprende el término “juventud”; sin embargo, con fines estadísticos la Organización Mundial de las Naciones Unidas ha establecido a los jóvenes como aquellas personas entre los 15 y 24 años, aunque muchos países y organizaciones marcan la edad límite del concepto en función del punto en que son tratados como adultos frente a la ley, lo que se conoce como “mayoría de edad”.
Sin embargo, a pesar de la diferencia en el establecimiento del rango de edades, con el paso de los años la juventud ha comenzado a marcar notables diferencias en casi todos los ámbitos de la sociedad, pero sobre todo en aquellos relacionados con tecnología, educación, igualdad de oportunidades o protección del planeta y recursos naturales; datos arrojados por la encuesta realizada por Global Shapers Community.
Y es que hoy jóvenes como Greta Thunberg, Malala Yousafzai, Emma Gonzáles, Jack Andraka y Boyan Slat, entre otros, han logrado desde campañas para detener el calentamiento global, reivindicar la educación, controlar la venta de armas, hasta inventos como sensores para detectar la presencia de células cancerosas o sistemas que utilizan las corrientes oceánicas reduciendo así el proceso de limpieza de los mares; es decir, no sólo se han convertido en la voz de causas justas, sino que también han revolucionado la vida.
Desde hace varias décadas la juventud ha marcado parteaguas; su tenacidad, perseverancia y voluntad nos han llevado como civilización a puntos trascendentales, basta recordar a Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg o a Louis Braille quien con tan solo 15 años creó el sistema de lectura y escritura para personas con discapacidad visual; y es que de acuerdo a la Fundación Internacional de Jóvenes Líderes hoy las problemáticas de pobreza, salud, medio ambiente, negocios, liderazgo y nuevas tecnologías, requieren soluciones novedosas implementadas creativamente pero sobre todo que los jóvenes proyecten su voz y salgan al mundo a ser escuchados.
Las cifras nos arrojan una verdad innegable: poco a poco los jóvenes se convertirán en el segmento poblacional con mayor peso, ya que en datos del Banco Mundial en 2019 el 25.6% de la población mundial tenía una edad de entre 0 y 14 años, así mismo, la encuesta de Global Shepers mencionada anteriormente arrojó que el 50% de la población alrededor del mundo cuenta con menos de 30 años y para nuestro país las cifras son similares ya que el Consejo Nacional de Población informó que hasta el año pasado el 31.4% en México eran niñas, niños y adolescentes comprendidos en un rango de edad de los 0 a los 17.
Si bien es cierto que la juventud día con día se vuelve más activa, aún tienen muchos paradigmas que eliminar, además de que la crisis sanitara derivada del COVID-19 los ha sumergido en un difícil proceso de incertidumbre tanto financiero como laboral y personal; hoy incluso el Foro Económico Mundial ha comenzado a acuñar el término “Generación Confinada” para hacer referencia a los jóvenes de entre 15 y 24 años quienes serán los más afectados por la pandemia que vivimos.
Y es que los efectos se extenderán por lo menos una década y los jóvenes quedaran marcados por el efecto del coronavirus que desafortunadamente no hizo más que visibilizar y agudizar las vulnerabilidades que ya se presentaban en el campo laboral.
Durante este día mundial debemos replantearnos las circunstancias, instar a los gobiernos a crear políticas públicas que brinden oportunidades laborales para los jóvenes y establecer medidas urgentes para disminuir el miedo al futuro y devolverles así un poco de esperanza, lo que sin duda nos permitirá avanzar como sociedad y mirar con fe y esperanza el mañana.