A medida que el uso de drones se expande en todo el mundo, los legisladores se han enfrentado a nuevos y complejos desafíos regulatorios para proteger la privacidad de los ciudadanos comunes y en algunos casos con una visión de protección a la seguridad nacional.
Según la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), actualmente hay 1.7 millones de drones registrados sólo en Estados Unidos, lo que abrió la posibilidad de una vigilancia generalizada por parte de gobiernos, empresas e individuos, y los legisladores luchan por mantenerse actualizados, porque también representan un riesgo, como ocurrió en uno de los aeropuertos más importantes de Gran Bretaña, que en 2019 debió cerrar por varias horas sus operaciones ante la detección de un dron que no sólo ponía en riesgo el aterrizaje y despeje de las aeronaves, sino tenían que descartar un posible ataque terrorista.
›De acuerdo con el estudio de la empresa de análisis Surfshark, cerca de 200 países han promulgado algún tipo de regulación vinculada con los drones; aunque muchos expertos sostienen que la regulación actual es insuficiente para hacer frente a la amenaza de una vigilancia generalizada.
La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha reforzado las normas sobre drones en la Unión Europea y sus otros estados miembros (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein), donde se aplican diferentes reglas, según la clase de dron y el lugar.
En el continente americano, 33% de los países permiten vuelos de drones experimentales más allá de la línea de visión y muy por encima de 22% promedio global. Los países con legislación sobre drones experimentales incluyen a Canadá, Islas Caimán, Antigua y Barbuda y otras pequeñas naciones caribeñas.
En México, las autoridades exponen que se requiere una línea de visión para el uso de estos artefactos, refiere el estudio de Surfshark.
Por los aires. Estos vehículos voladores han pasado de ser elementos de la ciencia ficción y a medida de que su uso continúa en expansión, los países han elaborado normas que permitan abordar problemas actuales y futuras, particularmente sobre al posible impacto de esta tecnología en la privacidad.
En Asia, el 21% de los países con legislación tienen prohibiciones absolutas sobre los drones, esto los coloca como los más efectivos en el control de estos aparatos; mucho más que el promedio mundial de 8% y la mayor proporción de cualquier continente. En Bután, por ejemplo, el vuelo con drones solo está permitido por el gobierno.
Más de la mitad de todos los países de África no tienen legislación relacionada con los drones, pues el 21% tiene una prohibición total de la tecnología, la mayor parte de cualquier continente. Otro 13% de los países africanos tiene una prohibición efectiva de la tecnología, la segunda mayor proporción de cualquier continente. En tanto, el 56% de los países de Oceanía no tienen legislación relacionada con los drones.