Aun fallido, el ataque contra Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta de Argentina, ha generado una movilización tanto de las autoridades como de los civiles y los líderes de otros países y organizaciones.
Desde las últimas horas de este jueves y hasta ahora, el Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) del país se ha mantenido en sesión y en “estado de alerta”, e incluso podría decretar un paro general, lo que a su vez desencadenaría en una huelga nacional con movilización la próxima semana.
Aunado a esta resolución, la CGT se sumó a la movilización en protesta en la Plaza de Mayo este viernes, una manifestación a la que se sumaron varios miembros del Gobierno.
Las autoridades investigan el hecho como “homicidio agravado en grado de tentativa”, aunque los ciudadanos tienen sus dudas sobre la legitimidad del mismo. Por un lado, los grupos de opositores radicalizados de extrema derecha se han volcado a las redes sociales con hashtags como #NoLesCreoNada, #OperetaK y #CFKSeVictimiza para celebrar el atentado, mientras que algunos escépticos han asegurado que se trató de un montaje para dar validez al gobierno del presidente Alberto Fernández.
Por motivos de seguridad, la vicepresidenta abandonó su residencia en Buenos Aires, donde se había alojado hasta el momento del ataque, y se desconoce su paradero actual. Sin embargo, el lugar ha permanecido fuertemente resguardado por elementos de seguridad.
Ante este panorama de crispación la presidencia decretó este viernes como un día feriado, con el fin de que los argentinos puedan “expresarse en defensa de la vida, de la democracia, y en solidaridad con la vicepresidenta”, aunque esta medida fue calificada como una excusa “para movilizar militantes” por parte de la oposición, aunque también condenaron el hecho.
A pocas horas de que hayan iniciado las investigaciones, los testigos han comenzado a declarar ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal federal Carlos Rívolo, y entre los que darán su testimonio se encuentran custodios de la Policía Federal a cargo de la seguridad de la vicepresidenta.
Movilización histórica
Miles de personas se congregaron en la icónica Plaza de Mayo de Buenos Aires para repudiar el atentado fallido. Convocados por organizaciones políticas, sindicales y sociales, las manifestaciones se extendieron a otros puntos del país, con la presencia de miembros de las organizaciones Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), La Cámpora, Movimiento Evita, Barrios de Pie, CTA Autónoma, La Dignidad, Partido Solidario, Nuevo Encuentro, Frente Popular Darío Santillán (FPDS), la Federación de Tierra y Vivienda (FTV) y el Frente Transversal, entre otras.
Ante la multitud de asistentes, el gobierno cerró totalmente el tránsito vehícular en las calles aledañas y reforzó la seguridad, y hasta el momento se ha decretado saldo blanco.
¿Sabías que? Pese a estar en contra de la marcha que se realizó hoy, la oposición cerró filas en torno a la vicepresidenta.