Atentar contra la salud femenina minó la confianza en la corte suprema de EU
La confianaza de los ciudadanos estadounidenses en su Corte Suprema cayó del 68% en 2019 al 43% en 2022. En 2023 se recuperó un poco, pero no mucho.
/Annenberg Public Policy Center, encuestas del Día de la Constitución, 2005-2023.
Haber revertido el derecho constitucional al aborto hizo que mucha gente pasara a ver a los integrantes del tribunal como “políticos con toga”, señalan investigadores
Durante décadas, la Corte Suprema de Estados Unidos fue una de las pocas instituciones estadounidenses respetadas tanto por votantes demócratas como por republicanos. Pero ese “estatus especial del tribunal se ha evaporado”, pues se percibe que la Corte ha tenido un dramático giro hacia la derecha evidenciado por el fallo de 2022 en el caso Dobbs vs. Jackson sobre salud femenina, el caso que revirtió el derecho al aborto.
Esto es lo que encontró una investigación, dirigida por el Centro de Políticas Públicas Annenberg de la Universidad de Pensilvania, cuyo reporte fue publicado hoy, 8 de marzo, en la revista Science Advances. En el título, el artículo pregunta “¿Se ha convertido la Corte Suprema en un poder político más?”.
“La conclusión más importante es que antes de 2022, antes de Dobbs, no hay evidencia real de polarización política en las opiniones del público sobre la Corte Suprema”.
Legitimación y confianza
Entre 2005 y 2019, una gran mayoría de estadounidenses de todo el espectro político tenían “mucha” o “bastante” confianza en la Corte Suprema, según las encuestas, propias y de otros, recabadas en el estudio. Pero de 2019 a 2022, la confianza se desplomó del 68% al 46 por ciento.
Más aún, las 18 encuestas utilizadas muestran que durante casi dos décadas, hubo poca evidencia de polarización partidista; pero tras el fallo que revirtió el caso Roe vs. Wade, que hacía constitucional el derecho al aborto, la polarización se hizo evidente, y así se mantuvo durante 2023.
“Estos hallazgos sugieren que al menos una parte del público ve cada vez más a la Corte como políticos en toga, con implicaciones preocupantes para su papel en nuestra democracia”.
De acuerdo con un comunicado del Centro de Políticas Públicas Annenberg, el equipo de investigación rescata las palabras de Alexander Hamilton de hace más de 230 años: La Corte “no tiene fuerza ni voluntad, sino únicamente juicio”.
Esto significa, añaden, que “no puede hacer cumplir sus decisiones, sino que debe persuadir a las otras ramas y al público para que las obedezcan, algo que sólo puede provenir de la legitimidad”.