Este domingo, Israel volvió a causar indignación mundial con el ataque a un campo de refugiados en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza.
Era de noche cuando cientos de familias realizaban sus actividades cotidianas en las tiendas de campaña en la que se habían alojado las últimas semanas cuando sin ninguna provocación previa, Israel dejó caer varias bombas sobre el campamento, quemando vivos a varios palestinos y dejando heridos a otros tantos.
Casi de inmediato, el gobierno israelí se adjudicó el ataque, el cual, señaló, tuvo como objetivo “una instalación de Hamás en Rafah”. Pero en redes sociales y algunos medios de comunicación se mostraron videos de civiles huyendo aterrorizados de las llamas.
Cabe destacar que el campamento atacado deliberadamente –que algunas fuentes señalan, era manejado por la ONU–, había sido designado como “zona segura” por las propias autoridades israelíes.
Hasta el momento, en este ataque se contabilizan 45 palestinos asesinados, de los cuales 23 eran mujeres, niños y ancianos. Se teme que el número de muertes aumente, toda vez que la atención médica es escasa por la destrucción de hospitales.
“Vimos cuerpos carbonizados (...) También vimos amputaciones, niños, mujeres y ancianos heridos”, fue el testimonio de Mohamed al Mughayyir, funcionario de la agencia de defensa civil de Gaza.
“Perdí a cinco miembros de mi familia. Estábamos sentados en tiendas de campaña cuando de repente el campo fue bombardeado. Perdí a cinco miembros de mi familia, todos quemados por completo. Entre las víctimas había mujeres embarazadas. Nos decían que esta zona era segura hasta que fuimos bombardeados”, explicó uno de los supervivientes a medios de comunicación.
Otras declaraciones y testimonios de sobrevivientes hablan de niños y bebés decapitados por el impacto de las bombas, tal como se ha visto en varios videos que han circulado en internet.
Condena mundial
El ataque aéreo generó diversas condenas internacionales, entre las que se cuentan gobiernos europeos. “Estas operaciones deben cesar. No hay zonas seguras en Rafah para los civiles palestinos. Llamo al pleno respeto del derecho internacional y al cese del fuego inmediato”, fue el mensaje del presidente francés Emmanuel Macron.
Por su parte, Josep Borrell, jefe de política exterior de la Unión Europea, se dijo “horrorizado por las noticias que llegan de Rafah sobre los ataques israelíes que mataron a docenas de desplazados, incluidos niños”.
Además de condenar el ataque sobre el campo de refugiados, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, le recordó a Israel que el acuerdo de asociación suscrito con la Unión Europea (UE) se basa en el respeto a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional. “Es horrible ver cómo han muerto civiles palestinos inocentes en el último ataque. No hay ninguna zona segura para los desplazados internos en Rafah”, fueron sus palabras.
El ataque también repercutió en los vecinos de Israel y los territorios palestinos. Mientras que Egipto señaló que se trató de un ataque contra civiles indefensos, Jordania acusó a Israel de cometer crímenes de guerra, y el gobierno de Arabia Saudita condenó “las continuas masacres cometidas por las fuerzas de ocupación israelíes”.
Por su parte, un portavoz de Turquía prometió hacer “todo lo posible para que estos bárbaros y asesinos rindan cuentas”, y Qatar –que ha actuado como mediador para lograr una tregua y la liberación de los rehenes–, advirtió que el bombardeo podría obstaculizar dichas negociaciones.
Estados Unidos no ha emitido un comunicado. En una rueda de prensa, la Casa Blanca dijo que “Somos conscientes de la masacre en Rafah cometida por Israel, pero estamos recopilando más información”.