La generación de energía hidroeléctrica en el oeste de Estados Unidos alcanzó su punto más bajo en más de dos décadas el año pasado, según datos preliminares de la Administración de Información Energética.
Esto se debe a la caída del 11% en la producción durante el año hidrológico 2022-2023, atribuida principalmente a la sequía y el calor extremo causados por el cambio climático.
Los estados del oeste, incluidos California, Nevada, Arizona y Nuevo México, están experimentando una creciente sequía, lo que reduce la cantidad de agua disponible en las represas hidroeléctricas. Como resultado, las empresas de servicios públicos dependen más de los combustibles fósiles para compensar la falta de energía hidroeléctrica, lo que aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero y empeora las sequías.
California, a pesar de un breve respiro de la megasequía, también se vio afectada por la caída en la generación hidroeléctrica.
Se prevé que la producción hidroeléctrica en todo el oeste de EU disminuya un 12% en 2024 en comparación con el año anterior, lo que podría llevar a un aumento en la contaminación debido al uso de centrales eléctricas alimentadas con gas y carbón.
Este descenso en la generación de energía hidroeléctrica no solo tiene consecuencias locales, sino que también contribuye al aumento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La sequía en Estados Unidos y China, los principales emisores de gases contaminantes, fue responsable del 40% del aumento de las emisiones globales en 2023, según la Agencia Internacional de Energía. DJ