Esto de la política se ha vuelto claramente un tema de salud mental. Sí, ¡Así como lo esta leyendo! ¡De salud mental!
-Café doble-
Es que fueron muchos los factores que se conjugaron. Las encuestas que mandaban señales erróneas y los sentimientos que estaban a flor de piel y nos orillaban a ver sueños materializados en donde lo único que realmente existía eran probabilidades.
Y es que los cálculos no le salieron tan bien a algunos estados como Yucatán, donde la gubernatura se pierde, pero la capital se conserva. Me consta que los números existían. Todos vimos las encuestas.
Peeeeero hay casos especiales donde independientemente de las encuestas, había muchísimo trabajo y una dinámica de gobierno de disciplina, presencia y alta competencia Me refiero a -redoble de tambores- “Shihuahua” .
Y es por ello que menciono el asunto de la salud mental. La política es de tiempos. Pero diría yo que también es de paciencia. Pero, sobre todo, de cordura, de sobriedad, de buen trato.
Y aunque NO están para saberlo, les platico que hace dos meses trascendió un video que todo México vio donde increpan a Javier Corral, exgobernador de Chihuahua, en un foro en Ciudad Obregón, Sonora. Corral iba como cualquier ciudadano.
-Un fuerte-
Christopher James Barousse lo acusó de encerrarlo y torturarlo cuando era gobernador. Aquí les dejo la liga para que lo vean con sus propios ojos.
Corral cínicamente y como siempre hacen los de su tipo, fingió demencia, olvido y le echó la bolita a la Fiscalía.
Barousse defiende que logró probar su inocencia.
El caso de Barousse es bastante interesante porque se dice que Javier Corral, hoy flamante morenista, iría a la Función Pública del gabinete de la Sheinbaum, intentando encabezar una supersecretaría desde donde perseguiría, a la carta, a funcionarios contrarios al régimen. El caso de Barousse, pues, sería el pan de cada día en el Gobierno de Claudia Sheinbaum.
Un chivo en cristalería, con permiso para encarcelar. Así, sin más.
¿Podrá Javier Corral resistir la tentación de querer descarrilar políticamente a la gobernadora, Maru Campos, que le ganó el Congreso de su estado a Morena y que retuvo con su partido cuatro de los cinco municipios más importantes de Chihuahua?
Es el sexenio de las mujeres.
De Corral todo podemos esperar, pues a Maru, hasta la quería meter a la cárcel, no porque hubiera hecho algo, solamente porque no era su candidata y además de todo el hoy pretenso de llevar el buen actuar del Gobierno federal dejó el estado quebrado y no ha dado cara a sus cuentas. Incluso déjenme contarles, los empresarios se juntaron con la nueva gobernadora en ese entonces y al enseñarles Maru el cómo Corral dejo las finanzas del estado, ellos mismos le propusieron subir el impuesto a la nómina. Así pues, por este tipo de cosas es que se fue a Morena, para buscar impunidad y olvido de sus actos.
El abuso de poder está en su ADN, ¿qué le estará inventando al nuevo gobierno? Porque tarde que temprano también será su enemigo.