Doctrina Estrada Vs. Doctrina 4T

16 de Mayo de 2024

Jorge Muñoz
Jorge Muñoz

Doctrina Estrada Vs. Doctrina 4T

Columna Jorge Muñoz

La política exterior del presidente López Obrador se ha visto marcada por diversas controversias, desde la recepción y asilo de Evo Morales y la exigencia de una disculpa por parte del rey de España por lo ocurrido durante la conquista, hasta los desatinos ante Naciones Unidas respecto del papel de la institución en el mantenimiento de la paz y el manejo de la pandemia, pasando, por el silencio guardado ante los ataques de Donald Trump a los mexicanos y su abstención de reconocer de inmediato el triunfo del presidente Biden.

Sin mencionar la polémica con Ecuador por proponer a una persona sin carrera diplomática para llevar la embajada de México ante aquel país, lo que provocó que la respuesta de la canciller de aquel país fuera un lacónico “sin comentarios”, o el más reciente intercambio de declaraciones con Javier Milei, flamante presidente de la República de Argentina.

A lo largo de décadas, México ha representado un papel de relevancia en relación con diversos países de nuestro continente, sin embargo, el eje rector siempre había sido la famosa doctrina Estrada que encuentra su máxima expresión en el reconocimiento del principio de autodeterminación de los pueblos, por lo cual, los jefes de Estado mexicanos sólo se habían mostrado reacios a entablar o estrechar relaciones con dictaduras como la española o la chilena.

Pese a la tradición mexicana antes mencionada, a lo largo de este sexenio el Ejecutivo Federal ha tomado posturas que inciden directamente en la vida interna de los pueblos de nuestro continente y en algunos casos ha utilizado calificativos despectivos para referirse a sus mandatarios.

Desafortunadamente este tipo de conducta provoca roses entre gobiernos que pueden traducirse en distanciamientos diplomáticos que, lejos de mejorar el entendimiento para la paz y construcción de un futuro mejor, han producido exabruptos, como el que recientemente se suscitó entre el presidente mexicano y el argentino.

Tras haberse llamado ignorantes mutuamente y haber tomado posturas opuestas respecto del gobierno de Colombia, ambos presidentes han demostrado carecer del tacto para llevar a cabo sus gestiones en pleno respeto del otro.

Sin embargo, vale decir que esta clase de acontecimientos, aunque mediáticos (y precisamente por eso) en el corto plazo, sólo tienen el efecto de generar polémica y mantener vigentes a quienes se encuentran en la disputa verbal, lo cual podría ser la intención del mandatario mexicano.

Al respecto, no omito comentar que las grandes crisis diplomáticas surgen a partir de consecuencias imprevistas por quien decidió actuar con temeridad. En ese tenor, es de lamentarse que Javier Milei haya decidido responder a la provocación del presidente, pues este último siempre ha privilegiado la política interna sobre la exterior, al grado de utilizar la segunda para conseguir sus fines en la primera.

Independientemente de lo anterior, es importante decir que, sin importar la postura que se tenga respecto de sus gobernantes, la relación entre mexicanos y argentinos siempre ha sido de hermandad latinoamericana y que los gobiernos no podrán jamás (sean cuales fueren sus intenciones) provocar la animadversión entre nuestros pueblos. Creo que hablo por las y los mexicanos cuando digo que respetamos las decisiones que ellos han tomado respecto a quien debe guiar su nación y estoy seguro de que el presidente estará de acuerdo en que “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

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