El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció su preocupación por la interferencia de agencias extranjeras para socavar la integridad del Ejército mexicano y la soberanía nacional al señalar a la institución castrense en el caso Ayotzinapa.
En su mensaje, señaló que el gobierno de Estados Unidos, a través de agencias como la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) alcanzaron un acuerdo durante el gobierno de Felipe Calderón para que “intervinieran en asuntos de México para poderse meter y ellos mandar”.
“En el gobierno de Calderón se permitió un acuerdo para que organizaciones o agencias de Estados Unidos intervinieran en asuntos de México y ellos actuaban, eran los que mandaban. Y como quisieron hacer lo mismo con el Ejército y no pudieron, entonces de ahí vino una serie de lanzadas en contra del Ejército”.
Referente a la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el mandatario acusó a la Organización de los Estados Americanos (OEA), de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y de exfuncionarios en su administración de intentar desprestigiar a su gobierno.
“Me di cuenta de que habían enrarecido todo a propósito” señaló el Presidente al reiterar que por esa razón él se asumió como el responsable de continuar con la investigación, pues a pesar de la confianza que le otorgó a las personas para investigar, aseguró que se percató de que dejaron todo “para que no llegáramos a la verdad” como parte de una “esquema de protección” creado desde el gobierno anterior.
En ese sentido el mandatario reprochó que tanto el GIEI como el encargado de la Unidad de Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (UILCA), Omar Gómez Trejo se opusieron a que el exprocurador Jesús Murillo Karam, actualmente preso y bajo proceso por los delitos de tortura y desaparición forzada, fuera detenido.
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Y en el caso del exfiscal también lo señaló de no haber solicitado información a la CNDH; dejar correr los términos legales para solicitar las órdenes de aprehensión y no pedir que se aplicaran los Protocolos de Estambul para determinar si efectivamente fueron torturados los 50 participantes que fueron liberados bajo ese argumento. Por lo que reitero que no estaba descartado proceder en contra de Gómez Trejo.
Tras señalar que su interés en que se resuelva el caso obedece a que está en el último tramo de su mandato, indicó que están reconstruyendo todo el proceso llevado hasta ahora porque se suscitaron una serie de eventos que
lo llevaron a pensar que se infiltraron grupos conservadores en su administración para afectar las indagatorias del ataque contra normalistas.
La semana pasada, el Presidente reconoció que ante la “injerencia de estos grupos conservadores yo personalmente estoy conduciendo la investigación, y nos estamos reuniendo periódicamente todo el gabinete de seguridad para ir a fondo”.
Además, rechazó las versiones que aseguran que el Ejército no ha proporcionado toda la información solicitada, lo cual reiteró en la mañanera de este jueves; y por el contrario, destacó los avances en el caso, incluyendo la detención de mandos militares, del procurador Jesús Murillo, y la búsqueda de extraditar a Tomás Zerón, quien se considera orquestador de la “verdad histórica”.
El presidente recordó que Gómez Trejo, quien recientemente declaró que la administración de López Obrador dinamitó la investigación del caso Ayotzinapa, fue recomendado por la CIDH y aceptado por las familias de las víctimas; el mandatario recordó Karla Quintana, la hoy extitular de la Comisión Nacional de Búsqueda había llegado al cargo por recomendación de la Organización de los Estados Americanos (OEA), por lo que tampoco no descartó esa influencia en su caso.
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