Condenan a exmilitar por muerte del padre de Rigoberta Menchú

6 de Mayo de 2025

Condenan a exmilitar por muerte del padre de Rigoberta Menchú

Responsabilizan a exmilitar de la muerte de 37 en la quema de la embajada de España en Guatemala en 1980

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Un tribunal condenó el lunes a 90 años de prisión a Pedro García Arredondo por la muerte de 37 personas, entre ellas Vicente Menchú, dirigente campesino y padre de la Premio Nobel de la Paz en 1992 Rigoberta Menchú, en la quema de la embajada de España en Guatemala en 1980.

El Tribunal de Mayor Riesgo “B’’ también lo encontró responsable de la muerte de tres personas, el sobreviviente Gregorio Yujá —quien fue rescatado con vida del incendio y llevado a un centro asistencial pero luego fue secuestrado y asesinado— y dos estudiantes que fueron asesinados mientras asistían al funeral de las víctimas del incendio.

Según los testimonios aportados al proceso, campesinos, indígenas, obreros y estudiantes ingresaron a la sede diplomática el 31 de enero de 1980 para denunciar las atrocidades que cometía el ejército en sus comunidades en el marco de la guerra civil en Guatemala (1960-1996).

Los jueces determinaron que Arredondo, entonces un jefe policial a cargo de la sección denominada “Comando Seis”, fue responsable de ordenar a policías no dejar salir a nadie de la sede diplomática mientras se incendiaba ni permitir el ingreso de los bomberos para rescatar a las víctimas, que gritaban cuando se quemaban vivas.

La jueza presidenta del tribunal Jeannette Valdés dijo al inicio de la lectura del fallo que el incendio “que se dio en la quema de la embajada ha tenido 35 años de buscar que sea apagado con el pronunciamiento de una sentencia, y hoy van a tener ustedes ese pronunciamiento con el cual se va a concluir ese fuego, por medio de un fallo justo, desprovisto de ideologías”.

La jueza Sara Yoc leyó el fallo por los delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa y delitos contra los deberes de humanidad. Dijo que los testigos narraron paso a paso lo sucedido y que la policía nunca negoció la rendición de los campesinos que habían tomado la sede diplomática. También explicó que el condenado sabía muy bien que se quemaría la sede diplomática, pues una cámara de video lo grabó minutos antes saliendo del lugar.