La crisis sanitaria por Covid-19 dejó en evidencia las desigualdades sociales y económicas que enfrentan gran parte de la población; además de los retos de las zonas rurales, las ciudades del país afrontan un problema adicional debido al número de habitantes que concentran y los altos grados de disparidad financiera, que tan sólo en el Área Metropolitana de la capital, representa un riesgo para poco más de 8 millones de personas.
Con esto en mente, un grupo de investigadores de la Escuela de Economía de Londres (LSE) elaboró una serie de propuestas para revertir las debilidades observadas en las ciudades mexicanas durante la pandemia con el fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, así como crear condiciones óptimas para afrontar otras crisis de este tipo y reducir los índices de mortalidad reportados en estas zonas.
Los investigadores proponen que para lograr estas mejoras se debe reformar la política nacional de vivienda y la calidad del transporte público, especialmente por el crecimiento irregular de las zonas urbanas que no ha permitido una mejor planeación para garantizar que todos los habitantes tengan servicios básicos a su alcance; de hecho el reporte señala que las malas condiciones en estos rubros representan un gasto de entre 3 y 5 % del Producto Interno Bruto (PIB) anual
