Crónica | Primer Informe, la ruptura de los protocolos
Aunque lo había anunciado, sorprendió. López Obrador no portó la Banda Presidencial, pero no violó la Constitución
Dos minutos antes de la cita con su historia, el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó al templete donde centenas lo esperaban. Su traje azul marino resaltaba lo plateado de su cabello, su corbata color vino combinaba con el libro que llevaba entre las manos, y con el color de su partido.
Este domingo, se conmemoraban 195 años de Informes de Gobierno, pero de él era el primero. Esperó 18 años por esto. La trompeta lo anunció, saludó a la bandera y se presentó ante los mexicanos. Una silla lo esperaba en el medio del templete.
Por primera vez, el águila devorando una serpiente sobre un nopal era el centro de la imagen que enmarcaba su presentación. A su derecha, sus héroes, los que representan la cuarta transformación. En la esquina izquierda, Zapata. Tres tiras verde, blanca y roja, completaban –esquineadas- la imagen.

Aunque lo había anunciado, sorprendió. López Obrador no portó la Banda Presidencial, pero no violó la Constitución, pues el informe de gobierno no es un evento oficial, donde dicta la Carta Magna se debe utilizar.
A las once de la mañana, como marcaba la agenda, el primer mandatario inició su discurso. “No lo voy a leer todo”, advirtió en tono de broma antes de comenzar a enumerar los logros de su administración.
96 minutos de logros
Tres horas antes, sobre la calle de Moneda, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y bajo el rayo del sol que comenzaba a pegar, los periodistas se formaban para ingresar a Palacio Nacional, el grupo de comunicadores eran tres veces más que los que regularmente se dejan ver a las “mañaneras”. Al frente, en la Puerta Mariana, otro grupo recibía a los primeros invitados.
Manuel Bartlett, el director de la Comisión Federal de Electricidad, y quien se encuentra en el ojo de los medios, fue el primero en arribar.
Por primera vez en casi dos siglos, el Presidente de México emitiría su mensaje antes de que el documento fuera entregado en la Cámara de Diputados.
Al Patio de Honor fueron llegando los invitados, aunque entre ellos unas veinte sillas se quedaron sin ocupar. Gobernadores de todos los colores, empresarios de la talla de Carlos Slim a quien el mandatario agradeció su apoyo, representantes de la Iglesia, de los intelectuales, también estuvieron presentes. Sus hijos, Jesús Ernesto López Gutiérrez, José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, se encontraban en la tercera fila.
Entre los 600 invitados, Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa del mandatario. Mientras la hora se llegaba, los funcionarios repartían saludos, abrazos y fotografías.

Javier Corral, el gobernador de Chihuahua, faltante en el informe de los 100 días y declarado opositor del Presidente, en esta ocasión sí asistió. Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a quien el tabasqueño ha señalado de haber callado en gobierno anteriores y criticar el actual, estuvo en primera fila.
El último en llegar fue Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz y uno de los más allegados al mandatario.
Durante 96 minutos, Andrés Manuel López Obrador pronunció uno a uno los logros de su administración, en un patio pequeño, cubierto por un techo de cristal y que decoraban 14 banderas de México.
Ahí, a la vista de las fotografías de los exPresidentes de México que se encuentran en la segunda planta de Palacio Nacional, fue interrumpido por los aplausos en 22 ocasiones, sólo la mitad de las ovaciones que tuvo José López Portillo en su sexto informe de gobierno.
“Todo ello me mantiene optimista, pero sin aflojar el paso, porque el poder es humildad y deber, y no tengo derecho a fallar. Además, esto lo comparto con ustedes y con millones de mexicanos, es una dicha enorme en estos tiempos, vivir en estos tiempos, para servir a México”, pronunció para finalizar, seguido de un “¡Viva México, viva México, viva México!”.
Tres informes en un año
En redes sociales la pregunta era constante. ¿Por qué `tercer informe’? En la logística y en la pared que enmarcaba el evento se podía leer “Tercer Informe de Gobierno al Pueblo de México. Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Andrés Manuel López Obrador. 1 de septiembre de 2019”.
En 274 días de gobierno, justificó la Presidencia, López Obrador se ha dirigido tres veces a los mexicanos: el 11 de marzo, al cumplir los 100 primeros días de su administración; el 1 de julio, a un año de su triunfo en las elecciones, y en esta ocasión.
Desde la noche del sábado, algunas personas llegaron a Palacio Nacional para apoyar al tabasqueño, como don Jesús Ortiz Navarrete, desde Tulimán, Guerrero.
Pero, mientras López Obrador pronunciaba su discurso en Palacio Nacional, en la Ciudad de México, desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, cerca de 15 mil personas se manifestaron contra su gobierno, “no somos fífís”, afirmaban.
El sol ya se sentía, aún bajo el techo de cristal que cubre Patio de Honor, cuando López Obrador anunció el final de su discurso. Tras el Himno Nacional, en medio de los invitados un hombre alzó la voz: “¡Viva México!”, exclamó y los presentes le respondieron “¡Viva!”.
Con paso firme y el informe en mano, el mandatario bajó de la tarima y salió hacia su oficina. Cinco minutos pasaron antes de que se vaciara el lugar, sólo quedaban rezagados el director del IMSS, Zoé Robledo, que se tomaba fotografías en un punto del cuadro; en otro, el padre Alejandro Solalinde y la escritora Elena Poniatowska, hacían lo propio.