Con tantos dispositivos a nuestro alcance, la demanda informativa es mayor, aunque la inmediatez y lo masivo no siempre representan veracidad.
Las redes sociales se han posicionado como la mejor herramienta en la comunicación de masas, al ser una extensa red de usuarios en interacción permanentemente conectados.
Esta red comunitaria intercambia información entre sí, pero también con instituciones públicas, políticos, empresas y medios de comunicación, por tanto, la circulación de noticias y datos es extensa y en retroalimentación constante.
Esta explosión de información disponible en las plataformas sociales, tales como Twitter y Snapchat, por ser en tiempo real, dificulta distinguir la veracidad de las fuentes.
Según la agencia de noticias DW, más de la mitad de los retuits ocurre en los primeros treinta minutos después de que ocurre una eventualidad o noticia. https://bit.ly/1TgrKgv
La respuesta emocional influye mucho en la velocidad con que se esparce una nota, los estados de ánimo que más provocan reacción son la indignación y la duda, por lo que ante la mínima provocación se desata de inmediato la reacción en internet.
En redes sociales, cuando se le da credibilidad a cierta información, tiende a ser por dos principales motivos, la primera, porque se comparte en un contexto de pares; la siguiente, porque la noticia o el dato puede enmarcar sólo lo que queremos ver.
Otro factor a considerar, son las personalidades consideradas como líderes de opinión, cuyos comentarios o afirmaciones tienen un gran valor, incluso si son seudónimos o grupos anónimos, que por su popularidad y estilo se han ganado la simpatía y credibilidad de las audiencias.
No obstante, la identidad digital difiere mucho de la identidad real, la cual es creada a partir de lo que se pretende reflejar públicamente, es un perfil pensado para ser otra versión de uno mismo, por lo que hay datos que son falseados intencionalmente para proteger la intimidad, pero la finalidad de estos perfiles es informar o vender cierta clase de información.
Según una encuesta aplicada por la Asociación de Internautas, el 70% de los encuestados no saben distinguir entre una noticia ilegítima de una fiable. Así mismo, las noticias falsas sobre política, productos alimenticios y peligros para salud son las más replicables y de mayor atención en internet. https://bit.ly/2hu2Knx
Un estudio norteamericano asegura que el 90% de los artículos relacionados a osteoartritis, problemas de espalda y asma que circulan en la red, tienen contradicciones respecto a estudios recientes. https://bbc.in/1lP7BZU
En este sentido, existen dos conceptos que permiten explicar esta situación, la primera es Fake, un término de origen anglosajón que hace referencia a archivos falsos o montajes fotográficos difundidos viralmente; otro es el Hoax o Bulo, son noticias falsas o historias divulgadas como verdaderas para provocar caos o fraude.
La mentira circula con tanta facilidad de plataforma en plataforma, que es fácil dejarse llevar por los clicks o los likes que le acompañan, por lo que no hay que descartar los medios tradicionales, en lo impreso hay mayor veracidad aunque menor inmediatez.
Para prevenir los engaños mediáticos, como lectores es importante aprender a cuestionar antes de aceptar la totalidad de una verdad que circula en redes, corroborar con tantas fuentes como sea posible, también aportar antes de criticar, pero sobre todo conservar el sentido común.
*Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: https://eepurl.com/Ufj3n