EJE CENTRAL | REDACCIÓN
El Gran Remate de Libros, que se realiza anualmente en la explanada del Auditorio Nacional, llega este año a su décima edición con un máximo de 210 expositores.
El secretario de cultura capitalino, Eduardo Vázquez, recordó que la primera edición, en diciembre de 2007, contó con ocho expositores. “Hoy tenemos 210 expositores, con más de 500 editoriales” que ofrecen descuentos del 50, 60 y hasta 80% sobre el precio de lista.
Al comentar que en esta feria los lectores se reencuentran con libros que ya tuvieron su exhibición en librerías, agregó que “el dinero recaudado nos dice que (los libros) sí se merecen (una segunda) oportunidad”.
De acuerdo a cifras oficiales, en 2015 el Gran Remate fue visitado por 145 mil personas, superando en 26% las ventas respecto al 2014.
A realizarse del 22 al 29 de marzo del presente año, en los 2 mil 300 metros cuadrados se podrán encontrar todos los géneros literarios, artísticos y de investigación -narrativa, poesía, ensayo, biografía, ciencia, literatura infantil y juvenil, fotografía, diseño, arquitectura, temas especializados y más- sino que también habrá numerosas actividades en torno al libro y la lectura: narraciones orales, cuenta cuentos, charlas con escritores y poetas, además de música en vivo para público de todas las edades.
Además, en esta edición se recordará a Cervantes y a Shakespeare a 400 años de su muerte; a los escritores Elena Garro y Gonzalo Rojas en el centenario de su nacimiento, así como al poeta Rubén Darío, que murió hace un siglo.
Gerardo Estrada, gerente de Auditorio Nacional, comentó que la iniciativa librera es significativa ya que “llega a públicos no necesariamente cercano a los círculos de lectura”.
“Es un verdadero privilegio que esta actividad se desarrolle en nuestro recinto”, reiteró.
Por su parte, Ignacio Echevarría, en su última presentación pública como presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), afirmó que “esta feria es especial para todos” debido al lugar, a los asistentes y al tipos de libros, “que tienen oportunidad de resucitar”.
“Veo dos tipos de públicos”, dijo. Los lectores asiduos, y otro grupo, al que definió como “lectores de closet”, conformado por “familias que no van a librerías quizá por falta de cultura o por el precio; y aquí hay oportunidad del reencuentro con libros que la gente quiere; y además a un precio más económico”, concluyó.