Dan formal prisión a torturador de Lydia Cacho

18 de Abril de 2024

Dan formal prisión a torturador de Lydia Cacho

Lydia Cacho
Foto Cuartoscuro
Foto Cuartoscuro

Juez valora como suficientes los elementos de prueba contra el expolicía, Alejandro Rocha Laurean, entregados por PGR

A tres días de que se diera a conocer la detención de Alejandro Rocha Laureano, uno de los presuntos torturadores de la periodista Lydia Cacho ocurrido en 2005, este viernes la Procuraduría General de la República (PGR) informó que los elementos de prueba que la dependencia presentó en su contra fueron suficientes para dictarle auto de formal prisión por el delito de tortura.

En un comunicado, la PGR señaló que la determinación de iniciarle proceso a Alejandro Rocha quien estaba como policía en activo de la Fiscalía de Puebla cuando fue detenido, se derivó de que el juez del caso valoró que fueron suficientes y adecuadas las pruebas presentadas para acreditar la probable responsabilidad como uno de los policías de Puebla y Quintana Roo que en 2005 detuvieron y retuvieron por más de 20 horas a la también autora y activista.

El martes pasado, agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) detuvieron a Alejandro Rocha en la ciudad de Puebla en cumplimiento de la orden de aprehensión concedida a la agente del Ministerio Público de la Federación, adscrita a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) por el requerimiento del Juez Segundo de Distrito de Quintana Roo.

Trece años después de los abusos que sufrió Lydia Cacho, quien a raíz de su publicación Los Demonios del Edén, en donde señala al empresario Kamel Nacif Borge conocido como El Rey de la mezclilla de pervertir menores y ser protector del también empresario, Jean Succar Kuri, sentenciado en 2011 por pederastia; Cacho fue demandada por el empresario de origen libanés por difamación.

Con la detención de Alejandro Rocha suman tres de los 17 uniformados implicados en la detención y retención de la periodista, ocurrida en Quintana Roo, al sur del país, a los nueve meses de haber publicado su libro. De acuerdo con lo dicho por la propia escritora, los policías la trasladaron trasladó en una camioneta hasta Puebla y durante el trayecto de 20 horas la incomunicaron y le impidieron comer y fue víctima de tortura psicológica, tocamientos y amenazas de muerte.