El peso mexicano retomó su camino de fortaleza y mandó al dólar, momentáneamente, a un nuevo mínimo de 5 años y medio al descender a las 17.9020 unidades. Desde septiembre de 2017, la moneda estadounidense no se vendía en un precio similar en el mercado internacional.
La bajada del dólar se dio a la par de que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, tranquilizaba a los mercados y ayudó al peso, lo que significó en ese momento de la jornada una apreciación de 1.18 %, o de 21 centavos menos por dólar. Al final de la sesión, el billete verde quedó en los 19.97 pesos.
Para algunos expertos, la moneda azteca podría estar sobrevaluándose, lo que significaría un daño a los bolsillos de las familias que reciben las remesas y que actualmente tienen una importante pérdida cambiaria.
El expresidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Julio Santaella, comentó un tuit con cierta ironía: “¡17.90!
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¿Alguien dijo ‘sobrevaluación’?”
Analistas ven a la apreciación de la moneda como un problema grave, ya que las empresas obtienen menos utilidad y eso puede golpear al empleo. Además consideran que el atractivo de mandar grandes cantidades de dólares a sus familiares podría verse afectado por un menor tipo de cambio lo que también desaceleraría este importante motor del consumo.
Aunque se puede considerar que es algo positivo para la deuda externa del país, la realidad es que el diferencial de tasas que paga el gobierno en instrumentos financieros como los cetes o bonos se ha incrementado a la vez que el tipo de cambio baja y eso cuesta más en el mediano plazo porque las fuentes que sostienen a la economía se pueden debilitar.
Un peso fuerte ayuda a rubros como la producción, las exportaciones, las remesas, la inversión extrajera directa y de cartera, pero un exceso que proviene de las fuerzas monetarias puede desequilibrar a la economía mexicana.
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