Ejércitos encaran al virus
En medio de la pandemia, las Fuerzas Armadas de AL colaboran en cuidar fronteras, mantener el orden público y repartir ayuda humanitaria
ACAPULCO, GUERRERO, 08MAYO2020 Agentes de la Guardia Nacional y la Marina realizaron un operativo sobre el boulevard Vicente Guerrero una de las principales entradas al puerto de Acapulco, para invitar a comerciantes a cerrar algunos negocios no esenciales con el propósito de evitar la propagación del covid-19. FOTO: CARLOS ALBERTO CARBAJAL /CUARTOSCURO.COM
/Carlos Alberto Carbajal/Carlos Alberto Carbajal
En América, las Fuerzas Armadas han ayudado en labores subsidiarias para contener el avance del Covid-19 en el continente. En 11 países han sido utilizadas para mantener un Estado de excepción, en 12 para atender la emergencia sanitaria y en 16 para imponer medidas de aislamiento social obligatoria.
De acuerdo con un análisis elaborado por la Red de Seguridad y Defensa de América Latina, los sistemas de defensa realizan tareas subsidiarias, entre ellas brindar asistencia en caso de desastres y apoyar el orden público.
En el caso de México, las Fuerzas Armadas han ofrecido instalaciones de salud y colaborado en la repatriación de ciudadanos varados en otros países y en la desinfección de espacios. También aplicaron el Plan DN-III-E y la contratación de profesionales y mano de obra calificada para apoyar al sistema nacional de salud.
Vigencia. El pasado 4 de mayo, días antes de la etapa más crítica de la pandemia, el presidente Andrés Manuel López Obrador aplicó el plan DN-III para auxiliar a la población afectada por la Covid-19.
Su trabajo no ha sido necesario para mantener un Estado de excepción, que en el marco legal requeriría la aprobación del Congreso. Sin embargo, en Guatemala, Panamá, Venezuela, El Salvador, Perú, costa Rica, Ecuador, Colombia, República Dominicana, Chile y Brasil han participado para evitar daños a la seguridad nacional y mantener el orden público.
“En vista de esta pandemia, los diferentes gobiernos han establecidos protocolos de emergencia, algunos de ellos hasta en colisión con derechos humanos básicos y leyes constitucionales. Bajo la promesa de temporalidad en la vigencia de estas medidas y la necesidad de ellas, la sociedad hace oídos sordos a sus implicaciones, pero éstas no deberían ser olvidadas cuando la emergencia llegue a su fin”, explica el documento.
El informe concluye que la crisis ocasionada por la Covid-19 debe obligar a considerar enfoques nuevos de la seguridad humana conceptualizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, para considerar la seguridad no sólo desde una perspectiva militar sino en sus dimensiones sociales, políticas, alimentarias, medioambientales, comunitarias y sanitarias.