Adolescentes: documental y ficción

27 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Adolescentes: documental y ficción

alejandro aleman

El inicio de Adolescentes (Francia, 2019) es sumamente engañoso. La cámara de Paul Guilhaume y Antoine Parouty nos presenta a Anaïs y Emma, dos mejores amigas, adolescentes de 13 años a punto de terminar el ciclo escolar. Ambas van en el mismo salón y en la primera escena las vemos (junto con todo el grupo) recibir el clásico sermón del profesor que les cuestiona sobre su futuro.

Vamos, ¿quién piensa en eso a los 13 años? Claro, a ambas chicas les preocupan sus calificaciones, pero su atención está puesta en los mangas japoneses, en el club de teatro, en los chicos y en el cambio de escuela que viene.

La cosa es que, por los encuadres de la cámara (esos primerísimos planos) y la naturalidad de los personajes, la primera impresión es que estamos frente a una ficción, pero es todo lo contrario: Anaïs y Emma son en realidad mejores amigas, en verdad tienen 13 años y las múltiples conversaciones que sostienen a cuadro no provienen de un guion.

La cámara literalmente hará registro de sus vidas, de sus problemas, de su crecimiento, a lo largo de cinco años en una Francia que convulsiona con eventos como el ataque a las instalaciones de Charlie Hebdo y la masacre del Bataclán.

Este ejercicio dirigido por el prolífico cineasta de origen galo Sébastien Lifshitz, recuerda forzosamente al Boyhood (2014) de Richard Linklater, aunque en vía contraria: usando las herramientas del documental para emular a la ficción, Lif-shitz se inmiscuye en lo íntimo de estas dos adolescentes con una sutileza tal que no sólo hace parecer que esto está planeado sino que además nunca juzga a sus personajes por sus decisiones de vida.

Así, más que testigos, nos convertimos en cómplices de estas dos adolescentes, nos angustiamos con el estrés que les generan sus padres (“No estudias lo suficiente”), nos llenan de ternura con sus dudas (“¿Cuándo es buena idea tener la primera vez?”), empatizamos con sus pequeñas tragedias (“¡Me cortó por teléfono!”) y nos sorprendemos con la espontaneidad de ambas a pesar de sus diferencias tan abismales: Emma es más centrada, mientras que Anaïs es dulcemente ingobernable.

El híbrido resultante es conmovedor y divertido, de una frescura impresionante de los personajes a cuadro, mismos que nunca rompen la cuarta pared ni tampoco pierden naturalidad. Todo un triunfo del cineasta, sus fotógrafos y de las dos chicas.

“El futuro es angustiante”, dice Anaïs. Para entonces ya hemos acompañado a estas dos mujeres en su paso por la adolescencia, los desamores, la enfermedad, los cambios sociales y políticos. Ya nos cuesta abandonarlas y sólo nos resta desearles que les vaya bien y que tengan una genial vida.

Adolescentes está disponible en Amazon Prime Video.