Black Widow: el triste final de la viuda negra

26 de Abril de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

Black Widow: el triste final de la viuda negra

alejandro aleman

Black Widow, la más reciente cinta del MCU, no es más que un lavado de cara para mostrar que la empresa —famosa por su aversión hacia las heroínas como protagonistas de sus películas—, ha cambiado y ahora se erige como una empresa progre y feminista.

Con la misma intensidad y relevancia de algún memorándum interno de la empresa, Black Widow es una película cuyo único objetivo es existir para así palomear los requisitos de inclusión y equidad que la industria exige. Marvel finalmente paga la deuda con los fans que pedían una película sobre el personaje interpretado por Scarlett Johansson, única mujer de aquel club de Tobi llamado Avengers.

Marvel no se quiebra la cabeza y ejecuta la receta de rigor: tomar un género popular (el cine de espías), elegir algún director de renombre, de preferencia de la escena independiente (Cate Shortland, famosa por sus dramas femeninos), un guión que no se salga del redil (escrito por Jac Schaeffer y Ned Benson, los mismos de WandaVision) y exigir disciplina, o ya saben lo que pasa cuando un director se pone creativo (Edgar Wright, Phil Lord, Chris Miller).

Así, Black Widow es un intento fallido de cinta Bond. Situada en algún momento posterior a Captain America: Civil War (Russo’s, 2016), Natasha (Scarlett Johansson) se reencuentra con su hermana Yelena (Florence Pugh, tratando de levantar la película como puede), y así se entera que la secta de las Black Widows (que secuestra, droga y entrena mujeres para convertirlas en asesinas) sigue operando. Como no tiene nada que hacer de aquí a la siguiente película de los Avengers, Natasha decide infiltrar aquella organización y así liberar a todas esas mujeres.

Plena en escenas donde los personajes hablan sin parar (el soliloquio con el villano es particularmente tortuoso), la trama es increíblemente pobre y derivativa. Las escenas de acción son plastas de CGI, en su mayoría mal filmadas, y cuya lógica no dista mucho de la que opera en Rápidos y Furiosos 9: Johansson lo mismo salta de una plataforma a punto de derrumbarse que de un helicóptero o de un edificio, siempre sin despeinarse. Es tan ridículo que hasta Yelena se burla de ella.

Black Widow es una película víctima de su propio juego: por décadas Marvel nos ha dicho que cada pieza de su cinematografía es primordial para su universo fílmico. No es el caso de Black Widow: una cinta por demás inútil (todos sabemos el destino de Natasha), olvidable y que no aporta nada, más allá de hacer tiempo para lo que venga y cumplir con la agenda woke.

El destino de Black Widow fue mucho más decoroso a manos de Thanos que en garras de esta aburrida, ridícula e intrascendente película.

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