The Wonder: el poder de las historias

7 de Mayo de 2024

Alejandro Alemán
Alejandro Alemán

The Wonder: el poder de las historias

alejandro aleman

En un inesperado prólogo que da inicio a The Wonder (USA, 2022) —octavo largometraje del realizador chileno Sebastian Lelio— la cámara de Ari Wagner (The Power of the Dog) nos muestra mediante un paneo parte del estudio donde esta película se está filmando, mientras una voz en off nos invita a “creer” en esta historia. “No somos nada sin historias”.

Así, este moderno estudio se convierte en Irlanda, 1862. Lib (Florence Pugh) es una enfermera que viaja desde Inglaterra para cumplir con una misión: observar a una niña de nueve años llamada Anna (Kila Lord Cassidy) quien se encuentra feliz y rozagante a pesar de tener cuatro meses sin comer alimento alguno.

Un grupo de notables (todos hombres, claro) han llamado a Lib para que observe el fenómeno y reporte lo que vea. Para este grupo de viejos, todo indica que estamos frente a un milagro, por lo que Anna debería ser canonizada.

Pero Lib es una mujer de ciencia, vivió los horrores de la guerra, vio morir a mucha gente en sus brazos, por lo que la opción religiosa es improbable. Anna debe alimentarse de alguna forma, ¿pero cómo?

Lib no es la única escéptica, se le suma William (Tom Bruke), un periodista que busca escribir una historia sobre esto: ¿realmente estamos frente a un milagro divino o todo es una estafa?

Lo que inicia como un fastidio, casi un insulto a la inteligencia de Lib, se convierte en un ejercicio de empatía maternal. Y es que lo que le piden no es observar un milagro, sino ser testigo de cómo una niña muere poco a poco con la venia de sus padres y del pueblo entero, ávido de algo en qué creer.

El extraordinario manejo de la luz a cargo del cinefotógrafo Ari Wegner (The Power of The Dog) junto con el inquietante score de Mathew Herbert crean atmósferas ominosas que por momentos evocan al cine de terror.

Pero la joya de esta cinta es Florence Pugh. Su actuación parece sencilla, pero en realidad demanda toda una serie de sutilezas que no se ven todos los días. Pugh elude el melodrama, pero sabe contagiar la incomodidad de la situación. Lo hace con la mirada, con el tono de voz, con la forma de caminar. Es una actuación de nimiedades que resultan extraordinarias. Merece un Oscar, y es poco frente a la calidad de su trabajo.

La insistencia del guión (escrito por Lelio junto con Alice Birch y Emma Donoghue, esta última autora de la novela homónima) en recalcar la importancia de las historias no se entienden, sino hasta avanzada la película. Lib podría usar la fuerza para obligar a Anna a comer, pero entiende que sus padres y el pueblo mismo necesitan una historia milagrosa para seguir adelante. Ciencia y religión se traslapan en una zona compartida: la necesidad humana de contar historias y creer en ellas.

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