Estados Unidos es de los pocos países en el mundo que corona su sistema penal con ejecuciones de presos condenados por la pena de muerte.
Una nueva distinción muy sombría resultó de las ejecuciones practicadas este año en ese país, pues según datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC) hubo fallas en las ejecuciones.
Los datos revelan la sorprendente estadística de que el 35% de los 20 intentos de ejecución llevados a cabo este año fueron visiblemente problemáticos.
Hubo problemas como que algunos fueron extraídos mientras agonizaban al momento que los funcionarios intentaban asegurar una vena a través de la cual inyectar drogas letales.
En otros casos, se llevaron a cabo en violación de los protocolos estatales y algunos continuaron pese a que había defectos en esos mismos protocolos, lo cual ha sido calificado como tortura.
De total de ejecuciones, hubo siete intentos de acabar con la vida de los presos condenados que podrían interpretarse como fallidos.
La alta proporción de ejecuciones problemáticas apunta a una creciente tormenta sobre la práctica de las inyecciones letales, método dominante en Estados Unidos.
La primera inyección letal se realizó en Texas el 7 de diciembre de 1982, cuando al asesino convicto Charles Brooks se le administró una dosis letal de tiopental sódico.
Incidentes fallidos
En Alabama, Arizona y Texas se registraron fallos en los procedimientos al tratar de asegurar las venas de los prisioneros.
Por otro lado, en el estado de Alabama, ocurrió lo mismo. Por ejemplo, con la ejecución en julio de Joe Nathan James los verdugos batallaron por tres horas para colocar una vía intravenosa.
Los casos fallidos llevan a preguntar si Estados Unidos es incapas de aplicar la pena de muerte a sus condenados.
En este contexto, hubo procedimientos fallidos en Idaho, Ohio, Tennessee y Carolina del Sur, en donde se vieron obligados a suspender temporalmente las ejecuciones por incumplir con los protocolos estatales.
Según reportó The Guaerdian, hay 27 estados que permiten la pena de muerte en sus leyes, en la práctica solo seis la aplicaron este año: Alabama, Arizona, Oklahoma, Mississippi, Missouri y Texas.
Cabe señalar que las ejecuciones de 2022 solo se realizaron 18 ejecuciones una de las cifras más bajas de cualquier año desde 1991.
La DPIC señaló que la mayoría de las personas que fueron asesinadas por la pena de muerte este año tenían enfermedades graves como del tipo mentales graves; cinco tenían discapacidad intelectual; 12 tenían antecedentes de infancias traumáticas y tres fueron asesinados por delitos que cometieron cuando eran adolescentes. DJ
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