El gobierno de Estados Unidos teme que el Grupo Wagner, la compañía de mercenarios al servicio del régimen de Vladímir Putin, haya llegado a América Latina.
La propuesta de Ley de Autorización de la Defensa Nacional para el año fiscal 2024, presentada el mes pasado ante el Comité de Defensa de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, incluye un apartado en el que solicita al jefe del Pentágono, Lloyd Austin, un informe sobre el despliegue de acciones de defensa y seguridad por parte de Rusia y China en América Latina.
“El comité ordena al secretario de Defensa que proporcione un informe a los comités de Defensa del Congreso antes del 1 de marzo de 2024 sobre las actividades relacionadas con la defensa o la seguridad que pueden estar vinculadas a organizaciones criminales transnacionales como el Grupo Wagner”, se lee en el documento.
La legión de mercenarios liderada por Yevgeny Prigozhin saltó a la fama el mes pasado tras revelarse que habían decidido dejar de hacer el “trabajo sucio” al Kremlin para sublevarse contra los mandos militares rusos.
De acuerdo con reportes de la prensa rusa, Wagner es un entramado de empresas y grupos paramilitares que han obtenido influencia política debido a operaciones encubiertas a favor de Putin; a cambio, Wagner tiene vía libre para a la explotación de los recursos naturales de los países donde opera, lo que les permite autofinanciarse.
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Los congresistas de Estados Unidos saben de la peligrosidad de este tipo de grupos y de la facilidad de infiltrarse a América Latina debido a los elevados niveles de corrupción en los gobiernos, la fragilidad de las instituciones de seguridad y la fuerza que han adquirido los grupos delincuenciales.
El informe encargado al jefe del Pentágono debe incluir, según las instrucciones del Congreso, una “descripción de la provisión de asistencia de seguridad y educación militar” por parte de Rusia o China a países u otras entidades en América Central y del Sur.
También exige “una descripción de actividades irregulares o asimétricas dirigidas, controladas o realizadas por Rusia y China”, para incluir las actividades relacionadas con la defensa o la seguridad de las organizaciones delictivas organizadas transnacionales.
El comité de Defensa también demanda un análisis de las actividades económicas de Rusia y China en América Latina, incluidas las compras de tierras agrícolas y la inversión en infraestructura, pues teme que estén destinadas a fines militares o navales que puedan influir en los gobiernos provinciales y locales.
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