“Fue un error resolver el país como lo entendemos las élites”

18 de Mayo de 2024

“Fue un error resolver el país como lo entendemos las élites”

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Constructora de instituciones y organizaciones de la sociedad civil, la activista estima que la clave para aminorar la polarización es escuchar a los diferentes, pero lamenta que el presidente López Obrador “ni nos ve ni nos oye”

las élites

—¿En el actual contexto, hay condiciones para un diálogo conciliatorio?

—Comenzaría diciéndole que hay una terrible desconfianza, hay viejas historias, viejas conductas, viejos enfrentamientos y, entonces, localizar gente que realmente pueda convocar a diálogos plurales, me parece conflictivo y complicado. Yo he estado tratando de insistir en la necesidad de la construcción de diálogos, pero lo más que se logra son diálogos entre grupos de élite que acaban conversando en los mismos términos sofisticados, alejados de las realidades concretas de la gente.

¿Es un problema de voluntad o de comunicación?

—Los términos de la conversación en cada estrato pueden ser muy diferentes, pero sí pienso que es importante escuchar los dolores que enfrentan las personas de los estratos medios y bajos, y los estratos altos de la población deberíamos hacer un esfuerzo de realmente escuchar y saber qué es lo que aqueja a las mujeres, a los niños, a los adolescentes, a las personas mayores, a los pueblos indígenas. Han sido históricamente los grupos sin voz.

“Yo creo que el país tendría que estar dispuesto a oír. Y no me parece un buen camino el que el señor Presidente diga que escuche y que él interpreta al pueblo. Me queda claro que no es así. No representa a las mujeres, no representa a los niños, ni a los adolescentes. Seguimos en un diálogo entre élites, entre la élite de la 4T y la élite de la no 4T, pero al final élites. Y tratamos de resolver el país como lo entendemos las élites. Y yo sí estoy convencida de que hemos sido muy privilegiados, y que hemos abusado de nuestros privilegios”.

¿Hay un antídoto contra la exclusión y la polarización?

—Esta construcción de Estado de derecho que tenemos es una construcción con privilegios. Hay que hacer una reconstrucción del Estado, hasta avanzar a un pacto social nuevo, pero con los niveles de polarización que estamos actualmente me parece muy peligroso y muy complicado, porque son tiradas a matar, no hay puntos siquiera de acercamiento y eso está produciendo un enorme daño país. El deterioro social, el deterioro político que estamos viviendo, yo en mis casi 80 años de vida nunca lo había visto.

¿Quién gana?

—Nadie. Ahora mismo no sabemos cuánto tiempo nos va a tomar, si es que vamos a poder, recomponer la enorme destrucción de confianza, de convivencia, de conversación auténtica entre todos los que formamos este país.

¿La destrucción acabará hasta que finalice este gobierno?

—No lo veo. Este episodio de la consulta de revocación de mandato me parece un paso más hacia el abismo, y una especie de cachetada a todos nosotros de decir: ‘Mira lo que hago, yo acarreo a las votaciones, y todo mundo me toma imágenes para que digan; ‘yo Mario Delgado transporto gente a votar’. Yo siento que vamos hacia un abismo que nos va costar mucho trabajo retornar a la paz, a la confianza, a la creencia de que otro México es posible. Y a mí francamente me preocupa mucho lo que pase con las poblaciones jóvenes que están sujetas a tantísimos riesgos

“No lo veo en este gobierno la más mínima intención de dialogar con los diferentes que somos parte de este país, y seguimos en la misma tónica de ejercicio del poder muy concentrado. Sé que hay grupos que se están reuniendo, pero es la misma historia: antes de las elecciones presidenciales se juntan grupos, hacen propuestas de un nuevo México, de modelos alternativos de país, pero no sirven para nada. Hay que hacer una construcción desde abajo, dialogando con la gente, escuchando a las personas, creando un diálogo posible sin conceptos abstractos, alejados de la población. Y tenemos que cambiar la conversación pública hacia los temas que a las personas realmente les interesa y no la conversación que sostienen las élites”.

¿Detecta actores moderados?

—Yo varias veces me he preguntado ¿quién escuchará, con quién se puede platicar? No hay manera. Lo más curioso es que eso que decía Salinas de ‘Ni los veo ni los oigo’ lo aplica a fondo Andrés Manuel, ni nos ve ni nos oye.

“Yo tengo tres años que no tengo ningún espacio de diálogo ni en el gobierno de Ciudad de México ni en el gobierno federal. No hay con quién. Y si hay con quién, al final tienen que obedecer lo que dice la Presidencia. Hay una cancelación total de la escucha por parte del gobierno, y no veo tampoco esos diálogos con el pueblo, porque son más bien discursos e intervenciones de una sola voz”.

Las organizaciones ¿qué margen tienen para revertir la polarización?

—Desde que cancelaron los fondos públicos para las organizaciones, intenté hablar varias veces con López Obrador para explicarle que era una tontería, porque muchas de las poblaciones en situaciones de vulnerabilidad son atendidas por las organizaciones civiles, porque las políticas y programas del Estado no las alcanzan.

“López Obrador equipara organizaciones de la sociedad civil con los grupos de pensamiento como el Imco, México Evalúa, Mexicanos Primero o Mexicanos contra la Corrupción. Esos son centros de pensamiento, pero no son organizaciones de la sociedad civil; son estudiosos, académicos, que tiene recursos y a quienes el retiro de fondos del gobierno... Es muy triste. Y muchas de las organizaciones estaban con López Obrador. Se negaban a confrontarse, pedían hablar con él, le pedían platicar y jamás les dio entrada, jamás se pudo platicar con Andrés”.

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