Violencia y agresiones, enmarcan el deporte nacional

1 de Agosto de 2025

Simón Vargas
Simón Vargas

Violencia y agresiones, enmarcan el deporte nacional

simon vargas

“Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.” Mahatma Gandhi

La narración desesperada de los comentaristas ante lo sucedido el pasado sábado en el estadio Corregidora, durante el partido disputado entre Querétaro y el Atlas, además de las fotografías que reflejaban el miedo en los ojos de quienes corrían asustados, aunadas a los videos con el salvajismo y brutalidad (los adjetivos quedan pequeños) en las manos, pies y rostros de cientos de personas, podría ser un eco de lo que no hemos logrado, incluso a pesar de los esfuerzos, minimizar o erradicar el incremento de la violencia.

En una era mediática, en la que los videos se hacen virales y las imágenes dinamitan críticas y miedos escondidos, términos como crueldad, saña, inhumano y perversidad invadieron las redes sociales; y aunque con el paso de los años noticias como estas se han hecho cotidianas, aún nuestra capacidad de asombro podría ayudarnos y (debería) impulsarnos a hacer un alto.

Pero además de lo acontecido el sábado, no olvidemos que los números no dan tregua y que en fechas recientes incluso las noticias fueron acaparadas por un video de ciudadanos siendo fusilados en un paredón en Michoacán, donde hasta el momento, como en lo sucedido en el estadio, ha habido muy poca información y no muy clara.

El tema de la violencia ha sido estudiado desde hace muchos años; psicólogos, psiquiatras, sociólogos, educadores, entre otros, han buscado entender el origen, incluso con respecto al deporte se han propuesto teorías como la instintiva, la de frustración/agresión y la del aprendizaje social, por citar algunas, en las que este sector se analiza desde escenarios como la catarsis, el desaliento, los patrones reforzados y, por supuesto, el contexto social.

De acuerdo al documento Aproximación a la violencia en el futbol y en el arbitraje, publicado por la Revista Iberoamericana del Ejercicio y el Deporte los motivos más frecuentes para manifestar esta conductas agresivas en público por parte de los espectadores son los siguientes: a) la protección que ofrece el grupo, el anonimato, la lejanía de la grada respecto al terreno de juego y la seguridad de que diga lo que diga no será castigado e, incluso, será reforzado por otros espectadores próximos; b) el proceso de socialización vinculado a las conductas propias del público que asiste a los encuentros, es decir, dentro del grupo es reforzante que el individuo se comporte como los demás, entonando cánticos, insultando o llevando los mismos símbolos, y c) la necesidad de buscar un espacio seguro donde liberar las tensiones acumuladas durante la semana.

Hagamos un alto y preguntémonos: ¿Y si mucha de la rabia y el resentimiento mostrados hacia el prójimo ha sido catalizada por el estrés social? Como lo decía el escritor y filósofo español José Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, por lo que no debemos perder de vista que todo lo que está en torno a nosotros influye de un modo u otro en el actuar de cada uno y, por supuesto, en nuestra actitud hacia el prójimo.

Una publicación del laboratorio de de ideas RAND Corporation denominada El estrés se acumula en las comunidades marginadas, generación tras generación sostien que la carga alostática podrían ser una forma para descifrar lo que afecta a las comunidades y que ésta puede acumularse en la sociedad; es así que el peso constante de la desesperación, la desinversión, la discriminación o la disparidad entre otros muchos factores, podrían influir para que una crisis se convierta en un posible punto de inflexión, que permita a la población exteriorizar toda la rabia contenida.

He abordado el tema en escritos anteriores, sin embargo, no quería pasar por alto lo sucedido recientemente, ya que debemos continuar poniendo en el centro de la atención las agresiones y la violencia. Es indiscutible que con el paso del tiempo hemos sido testigos de la forma en que las manifestaciones, la convivencia en espacios laborales, familiares y públicos, e incluso hoy en el deporte se han convertido en origen y destino de conflictos acumulados a lo largo del tiempo.

No permitamos que las situaciones violentas continúen en incremento, trabajemos en una reestructuración del tejido social, en una comunicación basada en valores y en fomentar el amor al prójimo.