INTERCEPT_ |Retiran el manto criminal a la sede británica de la NSA

13 de Mayo de 2024

INTERCEPT_ |Retiran el manto criminal a la sede británica de la NSA

Los británicos son acusados de participar en asesinatos selectivos

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Por Por Ryan Gallagher

Las estrechas carreteras son tranquilas y sinuosas, rodeadas de campos verdes y pocos signos visibles de vida más allá del fugaz paso de un rebaño de ovejas. Pero en el horizonte, gigantescas cúpulas blancas en forma de bolas de golf sobresalen de la tierra, resguardadas detrás de una cerca perimetral rematada con un afilado alambre de púas. Aquí, en el corazón de la tranquila campiña inglesa, se encuentra la mayor base de espionaje en el exterior de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadunidense.

Una vez conocida sólo por el nombre código de Field Station 8613 (Estación de Campo 8613), la base secreta —que ahora se llama Estación Menwith Hill— se encuentra a unos 17 kilómetros al oeste de la pequeña ciudad de Harrogate, en Yorkshire del Norte. Originalmente utilizada para monitorear las comunicaciones soviéticas durante la Guerra Fría, su enfoque ha cambiado drásticamente, y hoy es una parte vital de la extensa red mundial de vigilancia de la NSA.

Durante años, periodistas e investigadores han especulado sobre lo que realmente sucede dentro de Menwith Hill, mientras que los grupos de derechos humanos y algunos políticos han propugnado una mayor transparencia sobre sus actividades. Sin embargo, el gobierno británico se ha negado a hacer comentarios, citando una añeja política de no tratar asuntos relacionados con la seguridad nacional.

Ahora, sin embargo, documentos secretos obtenidos por The Intercept ofrecen una visión sin precedentes del complejo de Menwith Hill. Los archivos revelan por primera vez cómo la NSA ha usado la base británica para ayudar a “un número significativo de operaciones de captura y asesinato” en todo Medio Oriente y el Norte de África, alimentada por una potente tecnología de espionaje que pueden recopilar datos de más de 300 millones de mensajes de correo electrónico y llamadas telefónicas al día.

Durante la última década, los documentos muestran, la NSA ha sido pionera y ha innovado con nuevos programas de espionaje en Menwith Hill para señalar la ubicación de los presuntos terroristas que se conectan a internet en lugares remotos del mundo. Los programas –con nombres como Ghosthunter y Ghostwolf— han prestado apoyo a las operaciones militares británicas y estadunidenses convencionales en Irak y Afganistán, pero también han asistido a misiones secretas en países a los que Estados Unidos no les ha declarado la guerra. Los empleados de la NSA en Menwith Hill han colaborado en un proyecto para ayudar a “eliminar” objetivos de terrorismo en Yemen, por ejemplo, en donde Estados Unidos ha llevado a cabo una campaña polémica de bombardeos usando aviones tripulados que ha resultado en decenas de muertes de civiles.

›Las revelaciones sobre Menwith Hill plantean nuevas preguntas sobre el grado de complicidad británica en los ataques aéreos de EU y otras de los llamadas misiones de asesinato selectivo, que en algunos casos podrían haber violado las leyes internacionales o constituido crímenes de guerra.

Sucesivos gobiernos británicos han declarado públicamente que todas las actividades en la base se llevan a cabo con el “pleno conocimiento y consentimiento” de los funcionarios británicos.

Las revelaciones son “un ejemplo más del nivel inaceptable de secrecía que rodea a la participación del Reino Unido en el programa de ‘asesinato selectivo’ de Estados Unidos”, dijo Kat Craig, directora legal de Reprieve, el grupo de derechos humanos con sede en Londres.

“Es imperativo que el primer ministro transparente la participación de Reino Unido en el asesinato selectivo para garantizar que ni el personal ni los recursos británicos están implicados en actividades ilegales e inmorales”, dijo Craig.

El dato. Las instalaciones de la NSA en Menwith Hill ocupan unas 250 hectáreas de la campiña, las cuales son patrulladas las 24 horas por la policía militar británica.

Las 30 esferas blancas

El equipo en Menwith Hill, cubre aproximadamente unas 250 hectáreas, las que son patrulladas las 24 horas por la policía militar británica armada y monitoreadas por cámaras posadas en los puestos que cubren casi todas las secciones de la valla perimetral de tres metros de alto.

La parte que resulta más fácil de ver desde el exterior es un grupo de 30 esferas blancas gigantescas. Sin embargo, esas instalaciones también cuentan con espacios para el ocio, accesibles sólo para quienes tienen las credenciales necesarias. Entre los edificios de operaciones en los que los analistas escuchan las conversaciones intervenidas, hay una pista de boliche, una pequeña sala de billar, un bar, un restaurante de comida rápida y un almacén general.

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La mayoría de las llamadas telefónicas internacionales, el tráfico de internet, los correos electrónicos y otras comunicaciones se envían a través de una red de cables submarinos que conectan países como si fueran arterias gigantes. En los puestos de avanzada de espionaje en todo el mundo, la NSA y sus socios intervienen esos cables para monitorear los datos que fluyen a través de ellos. Pero Menwith Hill se enfoca en un tipo de vigilancia distinto: espían las comunicaciones cuando son transmitidas por el aire.

De acuerdo con los documentos secretos obtenidos por The Intercept gracias al informante de la NSA Edward Snowden, Menwith Hill tiene dos grandes capacidades de espionaje. La primera se llama Fornsat, que usa poderosas antenas de gran alcance contenidas dentro de las cúpulas esféricas para intervenir las comunicaciones mientras éstas son intercambiadas por los satélites extranjeros. La segunda se llama Overhead, que usa satélites en órbita propiedad del gobierno de EU que sobre vuelan los países objetivo de localizar y controlar las comunicaciones inalámbricas –como llamadas de teléfonos celulares e incluso el tráfico WiFi– en tierra.

Para 2009, la misión de vigilancia satelital de Menwith Hill, cuyo nombre código es Moonpenny, monitoreaba 163 enlaces de datos diferentes vía satélite. Las comunicaciones interceptadas eran canalizadas a una gran variedad de repositorios diferentes de acopio de llamadas telefónicas, mensajes de texto, correos electrónicos, historial de navegación de Internet y otros datos.

No está claro exactamente el número de comunicaciones que Menwith Hill es capaz de intervenir en un momento dado, pero los documentos de la NSA indican que el número es extremadamente grande. En un solo periodo de 12 horas en mayo de 2011, por ejemplo, sus sistemas de vigilancia crearon más de 335 millones de registros de metadatos, que revelan información como el remitente y el destinatario de un correo electrónico o números de teléfono de la persona a quien un usuario ha llamado y en qué momento.

Para mantener en secreto la información sobre la labor de supervisión del Menwith Hill, los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido han engañado activamente al público durante años con toda una historia que le permite mantenerla encubierta: la base sirve como una instalación utilizada para proporcionar “un rápido relevo de radio y funcionar como un centro de investigación en comunicaciones”.

Un documento clasificado de EU, que data de 2005, advirtió a los empleados de la agencia de espionaje no revelar la verdad. “Es importante conocer la historia que hemos difundido sobre MHS [Menwith Hill Station] y proteger el hecho de que MHS es un centro de recolección de inteligencia”, indicó el documento. “Cualquier referencia a satélites que están siendo operados o cualquier conexión con la recolección de información están estrictamente prohibidas”.

Producto de la Guerra Fría

El puesto de avanzada fue construido en la década de 1950 como parte de un acuerdo hecho por los gobiernos británico y estadunidense para alojar al personal y al equipo de vigilancia de Estados Unidos. En sus inicios, la tecnología de Menwith Hill era mucho más primitiva.

De acuerdo con Kenneth Bird, quien trabajaba en la base en la década de 1960 durante la Guerra Fría, en ese entonces su foco estaba en el seguimiento de las comunicaciones telefónicas en Europa del Este. Las conversaciones interceptadas eran almacenadas en grabadoras de cinta de carrete, dijo Bird en su informe publicado 1997, y algunas llamadas eran transcritas en tiempo real por los analistas, utilizando máquinas de escribir.

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El moderno Menwith Hill es un lugar muy diferente. Ahora, no sólo son sus sistemas de espionaje son capaces de filtrar muchas más comunicaciones, sino que tienen un alcance geográfico mucho más amplio. Además, los objetivos de la vigilancia han cambiado drásticamente, al igual que los fines para los cuales se lleva a cabo el espionaje.

Los documentos obtenidos revelan que los satélites espía operados en Menwith Hill hoy pueden intervenir comunicaciones en China y América Latina, y también proporcionar “cobertura continua de la mayor parte de la masa terrestre de Eurasia”, donde se interceptan “señales de comunicación de tácticas militares, científicas, políticas y económicas”. “Pero quizás el papel más importante que la base ha jugado en los últimos años ha estado en Medio Oriente y el Norte de África.

Especialmente en partes remotas del mundo donde no hay enlaces de cables de fibra óptica, es común que las conexiones a internet y las llamadas telefónicas sigan siendo completadas vía satélite. En consecuencia, Menwith Hill, se convirtió en un activo vital en la campaña antiterrorista del gobierno de EU después de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Desde entonces, la base se ha usado ampliamente para aprovechar las comunicaciones en las zonas inaccesibles en las que, se sabe, operan grupos extremistas islámicos como Al Qaeda y Al Shabaab, por ejemplo, en la región fronteriza entre Afganistán y Pakistán, Somalia y Yemen.

›Menwith Hill ha sido usada fundamentalmente para algo más que la recopilación de información de inteligencia sobre las personas y los gobiernos en los países de Medio Oriente y el Norte de África. Las herramientas de vigilancia como el sistema Ghosthunter fueron desarrolladas para ayudar directamente a las operaciones militares a ubicar a personas o grupos objetivo para que luego pudieran ser capturados o muertos.

Los documentos de la NSA describen a Ghosthunter como un medio “para localizar objetivos cuando se conectan a internet”. Fue desarrollada por primera vez en 2006 como “la única herramienta de su clase”, la que ha permitido “un número significativo de operaciones de captura y neutralización” de supuestos terroristas. Sólo se ofrecen unos pocos ejemplos específicos, pero sirven para dejar claro el notable poder de penetración de la tecnología.

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En 2007, por ejemplo, los analistas de Menwith Hill usaron Ghosthunter para ayudar a localizar a un presunto “facilitador” de Al Qaeda en el Líbano que fue descrito como “altamente procesable”, es decir que había sido considerado un blanco legítimo para matar o capturar.

La ubicación del objetivo —que era conocido por varios nombres, entre ellos Abu Sumayah— fue rastreada con un margen de error de unos cientos de metros triangulando sus comunicaciones. Después, un satélite espía tomó una fotografía aérea del barrio en Sidón, en el sur de Líbano, en donde se creía que vivía, mapeando las calles y las casas de los alrededores. Un documento top secret que detalla la vigilancia indica que la información debía ser transferida a una unidad de operaciones especiales secreta conocido como Grupo de Trabajo 11-9, que habría sido equipado para llevar a cabo una incursión secreta para matar o capturar a Sumayah. El resultado de la operación, sin embargo, no está claro, ya que no se revela en el documento.

En otro caso, en 2007, se utilizó Ghosthunter para identificar a un presunto “proveedor de armas” de Al Qaeda en Irak llamado Abu Sayf. Los sistemas de vigilancia de la NSA vieron a Sayf conectarse a su correo electrónico de Yahoo y a su mensajero desde un cibercafé cerca de una mezquita en Anah, una ciudad a orillas del río Éufrates ubicada a unos 300 kilómetros al noroeste de Bagdad. Los analistas de Menwith Hilss usaron Ghosthunter rastrearon su ubicación y satélites espía operados desde la base británica capturaron imágenes aéreas. Esta información fue transmitida a los comandantes militares de Estados Unidos con sede en Faluya para ser incluida como parte de un “plan de asesinatos selectivos”.

Unos días más tarde, una unidad de operaciones especiales llamada Grupo de Tareas-16 irrumpió en dos propiedades, donde detuvieron a Sayf, su padre, dos hermanos y cinco cómplices.

Aunque los documentos de Snowden establecen que Menwith Hill ha ayudado a “un número significativo” de operaciones de “aprehensión y asesinato”, no revelan detalles específicos acerca de todos los incidentes que derivaron en muertes. Lo que está claro, sin embargo, es que la base se ha enfocado en países como Yemen, Pakistán y Somalia como parte de los programas de rastreo de ubicación como Ghosthunter y Ghostwolf–que fueron creados para ayudar a identificar a los individuos para que pudieran ser capturados o asesinados– lo que sugiere que ha desempeñado un papel en los ataques con aviones no tripulados en esos países.

Jemima Stratford, una abogada británica de derechos humanos, dijo que había “serias preguntas a hacerse y serios argumentos a ser planteados” sobre la legalidad de las operaciones letales apoyadas en Menwith Hill. Las operaciones, dijo, podría haber violado la Convención Europea de Derechos Humanos, un tratado internacional en el que el Reino Unido sigue a pesar de su reciente votación para salir de la Unión Europea.

El dato. Los servicios secretos de EU tienen un personal de dos mil 200 integrantes en Menwith Hill, la mayoría de los cuales son estadunidenses.

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