Los procesos electorales no perdonan, como en toda competencia hay ganadores y perdedores. Saber colocarse del lado correcto de la historia es primordial para salir avante. El Partido Verde Ecologista México hizo de esta elección una ventana de oportunidad, desde el año pasado mantiene una alianza con el partido dominante y eso le ha dado frutos. Ser aliado de Morena hoy paga bien, la cosecha de triunfos continua y desde el 2018 no han parado de ganar.
En el 2021 el Verde se quedó con la gubernatura e San Luis Potosí y con lugares importantes en la Cámara, ha sabido administrar los conflictos y aunque conserva nexos con sus antiguos aliados para hacer gestión política, no ha perdido de vista que estar en una alianza ganadora le conviene.
En este 2022 se suma en tres de las cuatro gubernaturas que gana Morena, sólo en Hidalgo no fue en coalición, pero en Quintana Roo se dice que fue un factor determinante para el triunfo aplastante de Mara Lezama.
El Verde poco a poco va ganando espacios y se hace de un lugar importante en el panorama electoral en favor de Morena, es un aliado que mueve sus piezas y avanza lento, pero sin pausa.
Desde 2018 el panorama político en México cambió radicalmente; liderazgos y partidos estaban obligados a replantear su actuar para mantenerse en la escena política y es necesario reconocer que no todos han tenido la habilidad de adaptarse a los nuevos tiempos.
Los viejos aliados del Partido Verde no han podido construir una oposición con la que la ciudadanía se sienta identificada y sistemáticamente han ido perdiendo terreno y popularidad, que enfrentan una franca crisis es una realidad que salta a la vista y aunque sus liderazgos salgan a decir que “hay tiro para el 2024”, lejos se ven las posibilidades de que sean competitivos.
Por el otro lado, Morena sigue avanzando y ha encontrado en el Verde y en el PT aliados que le acompañan en el triunfo. En política nada está escrito en piedra y aprovechar las coyunturas es parte de la tarea diaria de los partidos y sus líderes; construir acuerdos y sumar voluntades es una tarea que debe ocuparlos la mayor parte del tiempo.
La jornada electoral del pasado fin de semana es una clara muestra de una coalición de partidos que se están coordinando para sumar y ganar, además de ser la antesala al proceso electoral de 2023 en donde nuevamente dos bastiones priistas estarán en juego.
Coahuila y el estado de México son las siguientes joyas que quiere Morena en su corona para dar el tiro de gracia al priismo y es seguro que intentará echar mano del Verde para continuar con la racha ganadora.
Las hachas ya se afilan y la energía inyectada con el resultado del pasado domingo deja a los ganadores encarrilados para el futuro cercano, desde hoy ya deben estar pensando en cómo ganar en los dos últimos semilleros priistas en donde el Verde seguramente repetirá como aliado morenista.