Ucrania volvió a revitalizarse. Este martes, Rusia vivió un nuevo ataque con drones en un edificio del barrio de negocios de la capital; el mismo lugar que fue atacado hace dos días.
La ofensiva, que fue calificada por el Kremlin como un “ataque terrorista”, afectó la fachada de uno de los pisos del edificio, aunque Rusia aseguró que logró interceptar al menos otros dos drones en los distritos de Odintsovo y Naro-Fominsk.
“Después del primer ataque, todo el mundo se decía: ‘no golpearán el mismo lugar dos veces’, pero esta mañana nos despertamos en estado de shock. No estoy segura de si me voy a mudar, pero creo que sí”, dijo a AFP una residente del barrio.
Los ataques a la capital rusa y sus alrededores se han multiplicado desde principios de año y en mayo uno de ellos incluso alcanzó al Kremlin. También hubo varios ataques contra la península de Crimea, anexionada en 2014 por Rusia, que afectaron a puentes clave para el suministro de las fuerzas rusas que luchan contra Ucrania.
La contraofensiva se da después de que el presidente Volodymyr Zelenski advirtiera que “la guerra está volviendo al territorio de Rusia”. Sin embargo, la respuesta ha sido lenta, debido a las propias tropas rusas que siguen en el territorio invadido y sus líneas defensivas, formadas por trincheras, trampas antitanque y campos de minas.
Desde el 7 de mayo se han contabilizado al menos 20 ataques a regiones de Rusia con drones. Y aunque muchos de ellos han sido derribados antes de estallar, se reporta al menos una muerte y varios heridos.
Tras el estallido de este martes, el presidente Vladímir Putin respondió asegurando una vez más que la ofensiva ucraniana es un fracaso, casi al mismo tiempo que en la región rusa de Bélgorod se siguen librando intensos combates en los que los soldados ucranianos se ven favorecidos por el armamento y equipo occidental.
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