La historia no oficial de la matanza en Tanhuato

13 de Mayo de 2024

La historia no oficial de la matanza en Tanhuato

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No hubo persecución ni un enfrentamiento en igualdad de condiciones

Mónica Villanueva y María Idalia Gómez

Llegaron de madrugada, mientras dormían como pajaritos. Sigilosamente los rodearon, los amagaron, jugaron con ellos, los cazaron, los torturaron y mataron, incluso después a varios de ellos los ultrajaron.

“Fue el trabajo más fácil que hicimos. Los agarramos como pajaritos, dormiditos en el nido”, decían en tono de burla los policías federales frente a los familiares de las víctimas.

Los civiles, al escuchar ruidos y disparos, se despertaron y comenzaron a correr, la mayoría descalzos, varios sin camisa, algunos en ropa interior. Intentaban huir, pero fue inútil, eran 41 policías federales armados, con camionetas artilladas que se apostaron en lugares estratégicos del Rancho del Sol, en Tanhuato, Michoacán. Poco después 54 elementos llegaron en apoyo, acompañados de un helicóptero artillado y entonces el lugar se convirtió en un infierno.

A partir de los testimonios de testigos y familiares de las víctimas, y los resultados de peritajes, todos materiales inéditos que integran la investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ejecentral reconstruyó lo que ocurrió desde las primeras horas del 22 de mayo del año pasado y que, de acuerdo al organismo nacional, el resultado fue cuerpos calcinados, armas sembradas, mentiras en las declaraciones de los policías, omisiones de las autoridades y el uso de una fuerza letal mayor a la necesaria, donde 42 civiles murieron, 22 víctimas de ejecuciones arbitrarias.

La CNDH le dio rostro a los que murieron. Uno era un churrero, otro fontanero, dos eran jóvenes nini, uno era soldador, cinco ex militares, tres ex policías municipales y un ex agente de seguridad privada. De los 28 restantes no se especificó. De los 42, sólo 8 tenían antecedentes penales.

El montaje oficial

Apenas habían pasado el medio día, cuando desde la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) se difundió la versión oficial: a las 8:30 horas policías federales fueron agredidos cuando circulaban por la autopista Nogales-México, tramo Guadalajara-Ecuandureo, por un grupo de personas armadas que viajaban a bordo de una camioneta blanca Tacoma, Toyota, lo que desató una persecución hasta el Rancho del Sol.

Esa misma versión señalaba que los civiles armados habrían estrellado su camioneta contra un árbol, se bajaron corriendo del vehículo y se introdujeron a la casa, donde se intensificó la refriega. Más tarde llegarían refuerzos incluido un helicóptero con doble ametralladora.

›Durante 15 meses y hasta la semana pasada, la acción de la policía federal, que incluyó la muerte de 42 personas, fue “en legítima defensa”, insistió el titular de la CNS, Renato Sales.

En esa operación, se dijo, un policía murió, otro resultó herido y tres civiles que portaban armas fueron detenidos.

La CNDH visitó el rancho, entrevistó a los sobrevivientes, a familiares de las personas muertas, a los policías que participaron, a testigos tangenciales, revisó los cuerpos y recabó evidencias para distintas pruebas periciales. Su conclusión no coincide con la versión oficial, porque se basa en los informes de los policías federales y sus superiores, los cuales no son veraces, ni siquiera en la hora en que comenzó, concluyó el organismo.

Hace una semana que la Comisión emitió la recomendación 4VG/2016 a la CNS y al gobierno de Michoacán, todavía ninguno de sus representantes responde formalmente sobre la aceptación para su cumplimiento, cuentan con un plazo de 15 días para hacerlo el cual puede ampliarse.

La toma de madrugada

“Eran aproximadamente las 6:30 horas cuando llegaron los policías federales, quienes me taparon la cara con una playera, me esposaron con las manos hacia atrás; nos gritaban muchas groserías y me patearon en la espalda muchas veces”, relató uno de los tres detenidos, que era el encargado de abrir la puerta al rancho y quien dijo que recibía mil 500 pesos semanales de “El Gordo” por ser el portero.

Los testimonios y algunas necropsias confirman que eran entre las 6:00 y 7:00 horas del viernes cuando un grupo de 41 policías federales llegaron al Rancho del Sol. Entraron en cinco vehículos artillados, que colocaron en lugares estratégicos y se desplegaron en diferentes puntos alrededor de la casa, algunos entre la maleza. Otros detrás de una barda frente al inmueble, para “dar seguridad perimetral a los compañeros que se encontraban sobre la avenida principal y frente a la casa”, narró un policía federal.

El portero del rancho, después de ser sometido, escuchó que entraron varios vehículos y casi de inmediato se oyeron disparos. Entonces los civiles salieron de los lugares en los que dormían, algunos en el patio y otros dentro del inmueble. Ante la confusión, muchos intentaron huir, 11 iban descalzos, uno con el torso descubierto y uno sólo vestía trusa, los demás sí portaban toda su ropa. Las pruebas periciales revelaron que en la huida les dispararon por la espalda, otros de frente, porque no vieron a los policías que entre la maleza los esperaban pecho-tierra o rodilla-tierra.

Familiares coincidieron en que al estar en el Ministerio Público, escucharon de los policías federales charlas burlonas que adrede hacían en un tono alto de voz:

“Los agarramos como pajaritos en sus nidos, caían uno tras otro”, soltó alguno.

“¿Cómo iban cayendo compañero?”, expresaba.

“Como pajaritos, con su piquito abierto”, respondía otro agente.

“Compañero, ¿cómo caían?”, insistía uno.

“Como pajaritos”, respondía otro de los policías.

“¿Cómo los agarramos?”, insistía un agente alto.

“Dormidos”, respondió un policía federal de baja estatura.

Cuatro mil disparos

Alrededor de las 8:30 horas llegó un equipo de apoyo, porque de acuerdo al testimonio de uno de los federales, el primer equipo se quedaba sin municiones. Eran 10 carros radio patrulla con 54 elementos y el helicóptero Black Hawk provisto de dos ametralladoras, con tres tripulantes (capitán, copiloto y técnico) y dos artilleros.

“Pude observar (desde el helicóptero) unas camionetas de la Policía Federal y personal de la institución se encontraban parapetados, al igual observé gente vestida de civil que estaba entre una casa y una bodega [...] fue entonces que me ordenó el capitán del helicóptero realizar unos disparos de advertencia [...] disparé en el suelo a un costado de la bodega [...] el capitán de la misma me ordenó realizar una vez más otros disparos sobre la bodega, acatando dicha orden disparé entre dos a cuatro segundos aproximadamente dentro de la bodega [...] el capitán me ordenó realizar un barrido más a la casa, por lo que disparé a la casa durante tres o cuatro segundos aproximadamente, cabe señalar que las órdenes las recibía directamente del capitán de la aeronave, nunca escuché al Comisario [...] ”, narró el jefe de artilleros del helicóptero.

Las declaraciones de algunos policías federales indican que la aeronave realizó al menos dos “barridos de protección”, para que los agentes pudieran avanzar hacia la bodega y hacia la casa. Desde el helicóptero, explicaron los agentes, observaron cómo uno de los civiles intentó accionar contra el helicóptero un lanzacohetes portátil, abastecido con un cohete calibre .66, pero el hombre fue abatido, aunque cerca del arma no había ningún cuerpo, por lo que la CNDH, basándose solamente en esos testimonios y el dictamen de la Procuraduría de Justicia de Michoacán, consideró que posiblemente fue abandonado en ese lugar por otros.

El helicóptero presentó tres impactos de bala; desde la aeronave se dispararon 4 mil veces, declaró el segundo artillero. La mayoría de los impactos fueron sobre la bodega, lo que provocó una explosión.

La CNDH concluyó que, conforme a los peritajes, se corroboró la muerte de cinco civiles por disparos desde el helicóptero, cuatro de ellos dentro de la bodega. Aunque en ese inmueble murió una quinta persona, pero por el arma de otro oficial.

MANIPULACIÓN. El organismo constató que hubo manipulación de los cuerpos y de evidencia.

“Hablen o los vamos a matar”

El relato de los policías sostenía que los tres sobrevivientes se escondieron en la casa y, cuando la inspeccionaban aparecieron, y así lograron capturarlos:

“Se dejaron de escuchar y sentir las detonaciones, por lo que comenzamos a inspeccionar en la parte baja de dicha casa […] en ese momento, al ingresar a una de las recámaras, salen detrás de unas puertas de madera, parecidas a las de un clóset, tres sujetos de sexo masculino, cada uno con armas de fuego largas”, narró uno de los policías. Los civiles lanzaron las armas al piso y manifestaron que pertenecían al Cártel de Jalisco Nueva Generación, detalló otro de los agentes.

Pero el testimonio de los tres sobrevivientes junto con las pruebas periciales practicadas a los cuerpos confirmó que por lo menos la policía mató en la casa a dos y a un tercero le aplicó la ley fuga.

Cuando la policía tomó el control del rancho, el portero, fue llevado a la casa, en donde al descubrirle los ojos logró ver a cuatro hombres hincados, sometidos. Guardó su imagen en la memoria, porque los federales le exigían que los reconociera. El testimonio del portero fue vital para la CNDH, porque permitió hilar cómo los agentes federales los fueron matando uno a uno.

“Levantaron a uno de los hincados y se lo llevaron a otro lado de la casa, casi enseguida se escucharon disparos en el interior del inmueble, cerquita, además de un ruido fuerte”, relató el portero, quien fue colocado en el mismo lugar que el resto de los prisioneros.

“Unos minutos más tarde regresaron adonde estábamos nosotros y nos dijeron ‘hablen o los vamos a matar’. Luego, pararon a otra de las personas hincadas y le hicieron lo mismo, yo sentí que también a mí me iban a matar, me temblaban los pies. Posteriormente, pararon a otra persona, lo dejaron que corriera, entonces se escuchó mucho ruido y gritos que decían: ‘agárrenlo, va por allá’, se oyeron más disparos y otros ruidos, hasta que volvía el silencio”, detalló el potero.

Los hombres de traje

Los sobrevivientes se salvaron gracias a unos hombres de traje que bajaron de uno de los helicópteros de la Policía Federal, a quienes la CNDH no identificó en sus investigaciones.

“Nos llevaron fuera de la casa y nos pusieron en una barda, donde nos hincaron, la barda era de color amarillo y después nos subieron a una camioneta. Luego, fuimos llevados a una bodega y llegaron dos paramédicos (...). Me subieron a una camioneta de Policía Federal, en la parte de atrás, debajo de unos asientos sacaron unos tambos de gasolina, como de unos veinte litros, en ese momento bajó otro helicóptero y del mismo descendieron personas vestidas de traje. Enseguida me llevaron a unas oficinas pero antes de llegar me hicieron que disparara un arma”.

El tercer testigo recordó ante la CNDH la conversaciones entre los agentes y los hombres vestido de traje, porque fue entonces que supo que había sobrevivido.

“Tráete la gasolina”, gritó un agente.

❝Ya no mates a ninguno, ya reporté dos vivos❞, respondió uno de los hombres de traje.

“Enseguida llevaron a otro (de los sobrevivientes) a nuestro lado. Luego nos condujeron a una barda amarilla, donde nos hincaron, nos esposaron con unos plásticos y las manos hacia atrás y todo el policía que se nos acercaba nos golpeaba. Después nos llevaron a la barda de enfrente y enseguida me subieron a una camioneta, además me pusieron una pistola en la sien derecha y me preguntaron ‘quieres que te mate’. Después me llevaron a unas oficinas en las que me hicieron firmar unas hojas que no me dejaron leer”, detalló el tercero de los sobrevivientes quien es procesado por el ataque.

SEMBRADAS. Un comparativo fotográfico, verificado por especialistas, comprobó que les sembraron armas a las víctimas.

Los arrojaron al fuego

Entre las 9:45 y las 13:40 no está claro que pasó, pero imágenes mostradas por CNDH advierten que fue el lapso que se usó para mover cadáveres, sembrar armas y alterar la escena del crimen.

Los testimonios de las policías municipales y cuerpos de emergencia confirman que entre los federales no les permitieron ingresar, sólo les pidieron apoyar con seguridad perimetral. Los únicos que tuvieron el control del rancho fueron los cerca de 100 agentes federales.

Cuando los bomberos lograron ingresar al predio, después de las 11 de la mañana, observaron en la bodega un cuerpo prácticamente calcinado. Estudios periciales de la CNDH revelaron que esta persona fue arrojada al fuego estando con vida y aunque su grado de calcinación era altísimo, peritos de la Procuraduría General de Justicia de Michoacán aseguraron que le practicaron estudios toxicológicos en los que resultó positivo.

En la parte posterior de la bodega, había tres cuerpos más quemándose, los cuales debieron apagar los bomberos, de acuerdo a su testimonio, aunque la CNDH sólo documentó dos en esa zona de las palmeras. No existe una explicación concluyente porqué presentaban fuego, pero los periciales mostraron que se trató de “un agente de ignición ajeno al de la bodega”, lo que podría traducirse en una quema intencional y que ocurrió cuando ya estaban muertos.

Hasta cerca de las dos de la tarde ingresó la autoridad ministerial estatal con sus peritos, fue entonces que se inició a dar fe de las armas y de los muertos. Los detenidos ya no estaban.

“Personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Michoacán ingresó al Rancho del Sol a las 13:40 horas, iniciando de manera formal la diligencia a las 14:00 horas”, quedó asentado en los reportes, es decir que pasaron ocho horas desde que inició la toma del rancho.

El reporte la procuraduría sería el aval de la alteración de la escena, pero la reconstrucción de la CNDH logró establecer que las víctimas se encontraban en desventaja respecto de sus agresores, al menos 13 de ellas se encontraban de espalda respecto de sus victimarios.

También que las armas de fuego que se asociaron a 11 víctimas, les fueron colocadas deliberadamente y a dos más no se les asociaron armas de fuego. Esto significa que 13 víctimas se encontraban desarmadas cuando fueron asesinadas.

Uso excesivo de la fuerza

De las personas muertas en el rancho, estas son las lesiones que presentaban: ∙11 víctimas tenían lesiones en la cabeza, de las cuales 9 sufrieron heridas en la cavidad torácica ∙5 sufrieron heridas en el tórax ∙6 presentaron lesiones en tórax y abdomen

De la actuación de los policías: 12 policías admitieron que accionaron sus armas ∙39 elementos fueron sometidos a la prueba de rodizonato de sodio y absorción atómica, de los cuales 38 resultaron positivos y 1 negativo. ∙El policía herido se negó a que le realizaran la prueba de rodizonato de sodio y absorción atómica ∙2 policías reconocieron que dispararon sus rifles y las ametralladoras empotradas en el toldo de al menos una patrulla.

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