La lucha del PRI y PAN contra sí mismos

25 de Abril de 2024

La lucha del PRI y PAN contra sí mismos

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La debilidad de la oposición, tras la pérdida en las elecciones pasadas y las fracturas internas, hace al proceso electoral del próximo año el peor para estos dos partidos, que sólo podrían cambiar el rumbo de su fracaso si colocan a candidatos que den pelea a la ola que arrastra Morena y sus aliados

La lucha por conservar los últimos bastiones políticos comenzó. Seis estados gobernados por el Partido Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática están bajo la amenaza, ante la posibilidad de que amplíe su territorio el Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México y del Trabajo.

El próximo 5 de junio los ciudadanos elegirán a los gobernadores de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo, lo que pone en juego tres de siete estados gobernados por el PAN, la mitad de entidades en poder del PRI, y el único bastión que queda en manos del PRD. Esta pérdida no sólo sería en población gobernada y votos, sino en recursos económicos disponibles para la sucesión presidencial de 2024.

Aunque el proceso electoral está comenzando y también se debe considerar, de acuerdo a los especialistas, los candidatos que elijan las fuerzas políticas, especialmente Morena, que en algunos estados ha mostrado pequeñas fracturas, y la presencia de otras fuerzas, como Movimiento Ciudadano.

Por ahora, las principales encuestadoras han mostrado que Morena, sin que aún estén los candidatos definidos por parte de todos los partidos, aventaja en algunas de las entidades con 10 o 20 puntos a sus adversarios.

El mapa

El arribo de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República aceleró el desvanecimiento del poder del PRI en los estados. En las elecciones de 2018, el declive de la fuerza tricolor fue devastador: perdió ocho de los 12 estados que gobernaba.

En ese mismo año, el partido blanquiazul administraba otras nueve entidades, con lo que ambas fuerzas políticas dominaban más de la mitad del territorio mexicano.

Mientras que Morena tenía bajo su mando seis gubernaturas, la capital del país y en el sur de México. Este sería solo el inicio de su expansión.

Aunque las elecciones intermedias federales pasadas no favorecieron a López Obrador en la Cámara de Diputados, al perder la mayoría absoluta conseguida de forma artificial, logró la preferencia de la ciudadanía en los estados, en la que le arrebató nueve gubernaturas al PRI, PAN y PRD.

El partido tricolor fue el mayor perdedor en las elecciones celebradas este año. Morena le quitó seis entidades: Baja California, Sonora, Sinaloa, Zacatecas, Colima y Guerrero; mientras que al PAN le arrebató Baja California Sur y Nayarit; y al PRD lo despojó de uno de sus dos bastiones, Michoacán.

Ahora, seis gubernaturas están en juego en las elecciones de 2022, a dos años de la celebración de los comicios federales para la renovación de la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión.

El PAN gobierna la mitad de las entidades en disputa: Aguascalientes, Durango y Tamaulipas. Lo que equivale jugarse tres de las siete entidades que tiene bajo su poder.

El peor escenario lo viven los partidos tricolor y perredista. En el caso del PRI, deberá de pelear por dos de las cuatro entidades que posee: Hidalgo, uno de sus bastiones políticos, y Oaxaca. Sin embargo, al año siguiente, tendrá que confrontarse nuevamente para tratar de quedarse con Coahuila y el estado de México. En tanto, el PRD se juega su última carta, con Quintana Roo.

Morena en ascenso

El partido oficial y que tiene ahora más recursos disponibles, de acuerdo a distintas encuestas amenaza seriamente a la oposición con fragmentar aún más su fuerza en las elecciones de 2022.

Ante tal riesgo, el PRI, PAN y PRD conformaron la alianza Va por México que competirá contra Juntos Haremos Historia conformada por Morena, PVEM y PT, más Movimiento Ciudadano.

Ivonne Acuña Murillo, doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología, asegura que los escenarios favorecen al partido del Presidente, en la que podría ganar cinco de los seis estados: Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo. Y así podría pasar de 15 a 20 estados gobernados.

Aguascalientes, consideró la profesora de la Universidad Iberoamericana, será el único estado que podrá mantener la coalición Va por México.

Los partidos de oposición, incluso yendo como coalición, van muy atrás, como 20 puntos de la intención de votos de Morena”, explicó.

La especialista detalló que “de los seis estados que están en disputa, ninguno es de Morena. Todos son de los partidos de oposición. Al final, son los que más perderían. Ya el mismo Marko Cortés, (presidente del PAN), dijo que cree que sí van a perder todas, si acaso salvaría a Aguascalientes”.

“Creo que (Marko Cortés) tenía información de las encuestas porque justo algunas encuestas reafirman ese dicho. El que más tiene que perder es la oposición. Están en una situación de debilidad, aunque el PAN es segunda fuerza, va muy atrás”, refirió.

En caso de que Morena conquistara las cinco gubernaturas, para Acuña Murillo se consolidaría una nueva etapa en el sistema político mexicano, pero con un tono diferente al presidencialismo en la época del PRI.

Luchas internas

Para Acuña Murillo, el próximo año “va a seguir el proceso de debilitamiento, la falta de liderazgos claros dentro del partido para empezar. No creo que Marko Cortés ni Alejandro Moreno estén teniendo el mejor desempeño”.

De momento, no acaban de entender estas dirigencias y estos partidos hacia dónde ir, no han salido del desconcierto de 2018, y lo que significó el triunfo de (López) Obrador y que ellos hayan quedado tan lejos de la primera fuerza”, explicó.

Pero esa fragilidad no sólo es provocada por factores externos, sino también internos. “Ese debilitamiento va a continuar y eso se traduce también en pleitos internos, en corrientes enfrentadas”, detalló la analista. Estas confrontaciones internas en el PRI han sido alentadas por el propio presidente López Obrador, a través de invitaciones hechas a priistas para unirse a su gobierno.

Aunque la fuerza tricolor siga desvaneciéndose en el mapa electoral, es probable que no desaparezca en los próximo años, pero sí se reduzca tanto hasta formar parte de las llamadas “chiquilladas”.

Se ha estado augurando su extinción del PRI de tiempo atrás, pero una y otra vez ha dado muestra de que va a luchar para no irse. Lo que sí es que está pasando a formar parte de la chiquillada”, pronosticó Acuña Murillo.

Para el partido que gobernó más de 70 años, su pasado es precisamente una de sus grandes debilidades, que incluso se encarga el presidente de recordar en cada mañanera.

“El PRI como marca tiene antecedentes negativos que la ciudadanía no olvida y ese es el gran problema del PRI y ahora están tratando de construir otra imagen… yo creo que sí está en serios problemas”, expuso.

En el caso del partido blanquiazul, “lo extraordinario es que vamos a ver cómo le va al PAN, sí también va a llevar esa ruta”, comentó la académica.

En tanto, Salvador Mora, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que las confrontaciones internas para determinar quién será el candidato a la gubernatura en Aguascalientes pondrían en riesgo la victoria del PAN.

Me parece una dirigencia nacional débil que no me parece leyendo adecuadamente el momento histórico, sobre todo 2021 nos arrojó un resultado electoral insospechado”, recordó.

Es por ello que no será suficiente los votos que ha acumulado a lo largo de los años en esta entidad.

“Acción Nacional no la tiene fácil, a pesar de que son estados que tiene una hegemonía, o por lo menos, tiene un papel relevante desde que empezaron los procesos de transición allá en los años 90”, detalló Mora.

El dato. En las elecciones de 2018, el declive de la fuerza tricolor fue devastador: perdió ocho de los 12 estados que gobernaba.