Apenas unos minutos después de que el presidente López Obrador manifestara el propósito de que México cuente con “un servicio de salud pública universal, de calidad y gratuito”, se presentó en conferencia de prensa un análisis del Centro investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) que demuestra que no hay recursos ni una estrategia presupuestaria que permita alcanzar lograr esta meta.
De acuerdo con el análisis del CIEP del Paquete Económico 2023 para el gasto en salud, el aumento de 4.2% que se plantea “alcanzaría a incrementar el gasto per cápita en IMSS, ISSSTE y Pemex. Sin embargo, la población sin seguridad social vería una caída de 2.1 % en su gasto per cápita, el cual pasaría de 3 mil 733 pesos en 2022 a 3 mil 694 pesos en 2023”.
El gasto público en salud, señala el estudio, ha disminuido desde el año 2010, alcanzó su punto más bajo en el primer año de esta administración en 2019, cuando fue equivalente al 2.47 % del producto interno bruto (PIB), y ha sido de manera consistente menos de la mitad del el 6 % del PIB que recomiendan organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Incluso se señala que el presupuesto del programa IMSS-Bienestar, creado para la atención de las personas que no cuentan con seguridad social por su empleo, registraría una caída de 16.9 %.
Para financiar el IMSS-Bienestar se proyecta hacer uso del remanente del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi), que, entre otras cosas, financia la atención de padecimientos de alta especialidad, como VIH/SIDA o los distintos tipos de cáncer, de la población que no cuenta con seguridad social; a lo que se suma que este fondo disminuyó drásticamente por la atención de la pandemia y que no se ha destinado recursos ni planes financieros para su recuperación.
El análisis tenía entre sus preguntas principales evaluar si México estaría preparado en caso de que viniera otra pandemia, y la respuesta no solo es negativa, sino que tal parece que faltarán recursos incluso para atender a las principales causas de muerte en el país, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
El panorama para la atención de esas enfermedades “se ve muy complicado”, por el agotamiento del Fonsabi y porque su atención disminuyó durante la pandemia.
“La salud no está siendo prioridad” para el gobierno, comentó Alejandra Macías, directora del CIEP, lo cual se refleja en el presupuesto, “que es donde se plasman las prioridades del gobierno”.
Con miras a la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2023, que deberá ocurrir el 15 de noviembre o antes, Macías dijo que “no se trata sólo de destinar más presupuesto a la salud” sino de tener coherencia, por ejemplo con el IMSS-Bienestar, que no cuenta con recursos vinculados.
El documento completo del CIEP se puede descargar en https://ciep.mx/M4vO
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