Corrupción inmobiliaria

Parece que el Cártel Inmobiliario ataca de nuevo, está vez en la alcaldía Cuajimalpa, donde un terreno en disputa, que alberga el Refugio Franciscano para perros en situación de calle, fue invadido el jueves pasado, de forma ilegal, simulando un desalojo y con el apoyo de elementos de seguridad encapuchados y un actuario para darle un barniz de legalidad a la ejecución de una sentencia que todavía no estaba firme porque el plazo para apelar no se agotaba aún, y algo fundamental: la complacencia de la alcaldía Cuajimalpa que encabeza el panista Carlos Orvañanos.

Lejos de evitar un desalojo ilegal, Orvañanos primero volteó hacia otro lado y luego trató de lavarse la cara mandando croquetas y un veterinario para los más de mil perros de calle que viven en el refugio. La historia, de ambiciones y corrupción, en tan larga como interesante, pues involucra a una Institución de Asistencia Privada, la violación de la voluntad, expresada en testamento, de un filántropo fallecido, un posible fraude fiscal en contra del Gobierno de la CDMX por la simulación de una compraventa de inmueble a precio irreal para evadir impuestos, y un terreno de 163 mil metros cuadrados donde se pretende construir un megadesarrrollo para departamentos en Lomas de Vista Hermosa. El asunto sacará chispas porque huele mal.